Un idílico pueblo en medio rodeado de campos, bosques, montañas y con vistas a los Picos de Europa busca comprador. Se trata de la aldea de El Mortorio, situada en la localidad de Piloña, en el corazón de Asturias, y desde hace años intenta encontrar nuevo dueño. El pueblo viene con todo incluido: sus 13 hectáreas de campos que se extienden alrededor, casas rurales que ofrecen en total 48 plazas para visitantes, dos edificios con potencial para su renovación, 1.000 m2 de más casas residenciales, un ‘hórreo’ y una nave de 400 metros cuadrados para maquinaria de almacenamiento y mantenimiento.
En concreto, el pueblo cuenta con 1.115 m2 construidos, de los cuales 950 m2 son útiles, abarca una superficie total de 130.000 m2 e incluye 12 edificios individuales, de los cuales ocho son casas rurales, un ‘hórreo’ y más de 20 parcelas edificables.
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Por el tipo de infraestructuras, El Mortorio parece ofrecer todo tipo de opciones para el turismo rural. De hecho, el portal inmobiliario Idealista detalla que las casas rurales están todas renovadas entre 1995 y 2004 y, en su opinión, “las opciones de inversión también aumentan con el potencial de los dos edificios con posibilidad de renovación, que pueden convertirse en recepción y casa rural, lo que permitiría convertir el pueblo en una experiencia vacacional diferente”.
Las casas rurales tienen entre 2 y 4 dormitorios, sala de estar, cocina y comedor y cuentan cada una de ellas con acceso privado y calefacción individual. Más de la mitad de ellas también tienen chimenea en su interior para las épocas más frías del año.
¿Y cuál es el precio para todo esto? Aunque en un principio la aldea al completo salió a la venta por 2,37 millones de euros, la pandemia obligó a bajar su precio un 21%, hasta 1,87 millones de euros y aún continúa así. Eso supone una rebaja de casi 200.000 euros.
Sin bar, pero a 22 kilómetros de la playa
Aunque esté todo preparado para el turismo rural, El Mortorio tiene una carencia: no tiene ni bares ni tiendas. Pero a solo 10 kilómetros de distancia, el pueblo de Infiesto dispone de restaurantes, cafeterías, bares y supermercados para hacer compras y tomar algo.
Gracias a su enclave, tanto el mar como la montaña están a menos de media hora. Las excursiones son infinitas: a la playa de La Griega se puede llegar en media hora (está a unos 22 kilómetros), a Covadonga son solo unos kiómetros más (34,2 km) y Cangas de Onís a 25 km.
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Aunque el anuncio de compraventa del pueblo completo no incluye fotos del interior de las viviendas, conocer solo el exterior de este pueblo perdido en medio de las montañas nos permite soñar con la posibilidad de construir nuestro propio pueblo de escapada rural en el que refugiarnos y acoger a amigos y familia y convertirlo a su vez en una inversión turística para todos aquellos a los que le guste el senderismo, la naturaleza y el campo. Las posibilidades son (casi infinitas). Solo se necesitan... 1,87 millones de euros para poder empezar a hacerlas realidad.