En el último programa de First Dates han ido a buscar el amor los solteros: Camilo y Rosa. Este, se presentó como un hombre con cultura que quiere conocer a una mujer simpática pero, sobre todo, con belleza interior. Rosa, por su parte, quiere volverse a enamorar y conocer de por fin a un príncipe azul, ya que “los de ahora están todos desteñidos”. Camilo ha querido obsequiarla con una planta de ciclamen porque “le gustó el color” y a ella le ha parecido un gesto muy romántico, por lo que la cita comenzó de muy buena manera.
Aunque el madrileño había afirmado que para él “la belleza es relativa” y no importaba el físico, no dudó en comentar que, para saber si de verdad le gustaba Rosa “tendría que verla con una minifalda, unas medias más sexis y en bañador o en bikini”. Una consideración un tanto desafortunada pero que no dudó en disipar al conocer la procedencia de ella: “¿Eres de Sydney?”. Y es que Camilo se mostró muy curioso sobre su procedencia al regalarle ella un llavero con un canguro y comenzaron a hablar sobre la fauna australiana.
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Para demostrar esa belleza interior que necesitaba ver de ella, ha decidido hacerle varias preguntas con las que Rosa ha acabado diciendo: “Más que en una cita, me he sentido en un test”. Y es que le ha cuestionado sobre cómo se decía su nombre en inglés, también sobre si había comido carne de canguro y si conocía sobre los aborígenes de la isla. También ha alucinado con su historia personal y al conocer que se vino de Australia con solo 7 años. Esto parece que le ha gustado mucho, ya que ha acabado diciéndole que era “la rosa más bonita que hay en el jardín”, y quería conocer de qué colores le gustan más las flores. “Depende de la ocasión, las rojas son las del amor, las blancas de la amistad…”, ha respondido ella.
Ella no estaba muy convencida de la cita
Su interés ha ido in crescendo y opina Camilo que estaba hablando con una mujer “sincera, buena persona. Vive en Móstoles y ha nacido en Australia”. Aunque Rosa no estaba muy convencida con la relación, ya que él le parecía un poco mayor y no ha dejado de darle indirectas como: “Eres majo, tengo muchos amigos majos”. Pero esto no le ha quitado las ganas de seguir conociéndola y ha querido saber aún más. Para ello, le ha seguido preguntando sobre libros y le ha propuesto jugar con políticos, a lo que ella se ha negado. Finalmente para ella, la situación le ha parecido “un poco pedante, a quién le importa como se brinda en búlgaro”.
Ya en el reservado, los solteros han comenzado a bailar pero él no se ha atrevido con una bachata y no han podido acercarse tanto como a ella le hubiera gustado. Sin embargo, él ha seguido piropeando a Rosa durante todo momento y le ha propuesto tener una segunda cita: “Quiero descubrirte, creo que tienes mucho en tu interior”. Aunque ella ha decidido que era mejor que se mantuviesen como amigos, y ante esto él se ha entristecido un poco: “¿Qué es lo que no te gusta de mí para cambiarlo?”. Ella no se ha atrevido a responder, pero durante toda la cita ha ido dando pistas: “Un poquillo listillo, parecía que venía a pillarme”.
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