El 17 de abril de 2014 nos dejaba el gran escritor colombiano Gabriel García Márquez. El pasado 6 marzo también se cumplió otra efeméride, el 97 aniversario de su nacimiento y, precisamente ese día, fue el elegido para la publicación de una obra póstuma del autor que no había visto la luz hasta el momento, titulada En agosto nos vemos.
El Premio Nobel de Literatura logró configurar un universo propio marcado por el realismo mágico y formó parte de lo que se llamó el ‘boom latinoamericano’, junto a coetáneos como Julio Cortázar, Carlos Fuentes o Mario Vargas Llosa.
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Tras diez años de su fallecimiento, repasamos algunas de las novelas fundamentales de un escritor inolvidable.
‘Cien años de soledad’
Su obra magna y una de las novelas más importantes de la literatura universal. En su primer trabajo, La hojarasca, el escritor hizo referencia, por primera vez, a un lugar llamado Macondo, que aparecería en diferentes cuentos posteriores. Sin embargo, aquí se embarcó en la tarea de darle a este espacio ficticio una dimensión de una enorme envergadura para contar la historia de los Buendía, una saga familiar que abarcaría hasta siete generaciones.
Una novela circular, absorbente que se mueve entre la realidad y el mito, repleta de recursos novedosos, como la estructura no lineal, las fugas fantásticas, las prodigiosas elipsis y los personajes casi legendarios, como Melquíades, que además de haber muerto varias veces, es el autor de unos pergaminos misteriosos que no se podrán leer hasta pasados 100 años.
‘El amor en los tiempos del cólera’
Al igual que su novela más icónica, aquí los temas fundamentales vuelven a ser la soledad y el amor, el paso del tiempo, la vejez y la muerte. Se trata de una novela más humana y con ella el escritor quiso plasmar la relación de sus progenitores. Florentino Ariza es un poeta locamente enamorado de Fermina Daza, una joven de familia acaudalada. Comenzarán una relación epistolar, pero el padre de ella, se la llevará lejos para impedir que continúen juntos. Él le prometerá 50 años de amor. Y, aunque sea convertido en fantasma, cumplirá su promesa.
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Ambientada en un pueblo portuario del Caribe, la historia transcurre a los largo de décadas y nos introduce, a través de una prosa casi alucinatoria, en un territorio legendario donde late el melodrama y el espíritu folletinesco.
‘Crónica de una muerte anunciada’
Una mezcla entre estilo narrativo y la crónica periodística para dar lugar a una apasionante novela policial. La historia parte de un suceso real ocurrido en 1951 en Colombia, del que el autor tomó los principales datos: el vecino de un pueblo fue asesinado porque una mujer lo acusó de haberle quitado la virginidad. Años después, un amigo del desparecido (la voz del narrador), intentará esclarecer los hechos a través de la reconstrucción de ese relato por medio de diferentes fuentes.
Una novela profundamente moderna que en apenas 150 paginas construye todo entramado de misterio con todo tipo de técnicas y de registros que nos llevan de la oralidad al lenguaje más culto a través del multi-perspectivismo, que compone un apasionante rompecabezas literario.
‘El otoño del patriarca’
Es considerada como una de las novelas menos accesibles y experimentales del escritor (un largo poema en prosa en forma de monólogo múltiple) pero supone una magistral fábula en torno al poder, las dictaduras y las tiranías latinoamericanas.
En ella, el escritor quiso arriesgar más que nunca en la forma y el estilo, por eso apenas hay puntos, ni diálogos, ni párrafos, solo seis bloques en los que se vierte la agonía ante la muerte de un anciano general.
‘El coronel no tiene quien le escriba’
La segunda novela de García Márquez que tiene como protagonista a un viejo coronel que espera una pensión que nunca le llegará. En la simpleza de esta obra está su grandeza, en los personajes entrañables, que aguardan un destino que nunca alcanzarán. Todos los viernes, el protagonista irá al puerto, a la oficina de correos, por si llega la carta que le confirmará una paga como veterano de guerra.
Para el escritor, es una de sus novelas más queridas, y fue adaptada al cine por el mexicano Arturo Ripstein, con Fernando Luján, Marisa Paredes y Salma Hayek como protagonistas.