Las diferencias entre la serie y la película de ‘The Gentlemen’: mismo director pero universos diferentes

Guy Ritchie es uno de los directores británicos más destacados actualmente, gracias a sus grandes trabajos junto a Jason Statham a lo largo de los años. Pero el gran éxito que supuso en 2019 la película The Gentleman junto a grandes actores como Charlie Hunnam, Matthew McConaughey, Hugh Grant, Michelle Dockery y Colin Farrel, animó al de Hartfield a seguir adelante con la trama y crear un universo más extenso con la historia.

Esto mismo es lo que ha hecho en la producción de Netflix, para la que bajo el mismo nombre ha creado una serie basada en la misma trama y en la que expande el mundo de la película. En esta nueva serie estrenada el pasado 7 de marzo mantiene las aventuras de narcotraficantes mientras que se adentran en un entramado de personajes. Unos protagonistas con el característico tono de humor negro a los que el director suele acostumbrar y bajo una atmósfera cargada de pesimismo con los cielos grises tan significativos del ambiente británico.

Pero en esta ocasión, los actores elegidos para dar vida a los gánsteres han sido Theo James, Kaya Scoledario, Daniel Igs, Joely Richardson, Ruby Sear y Vinnie Jones, quienes representan en ocho episodios de entre 40 minutos y una hora a los personajes, gracias a los que Ritchie se ha adentrado en el mundo de la pequeña pantalla. En estos, no solo ha dirigido los dos primeros episodios de la serie, también ha coescrito junto a Matthew Read los guiones. En esta ocasión, se puede permitir una narrativa más extensa y detallada en la que mostrar un mayor contraste entre la vida de la alta sociedad y el submundo criminal. Además, podemos conocer más sobre el universo de los personajes y el trasfondo que ocultan sus personalidades.

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La serie, tal y como dijo el director, sigue adelante con la trama de la película: la eterna lucha entre aristocráticos magnates de dudosa fortuna y los mafiosos sin escrúpulos. Y de esta manera, repasa también de forma superficial el choque de mundos aparentemente distantes, pero inevitablemente entrelazados, por sus oscuros intereses y la búsqueda de poder.

La trama se centra en la historia de Eddie Horniman, quien hereda inesperadamente una finca y títulos de su padre, por los que acaba descubriendo que forma parte de un imperio del canabis. Además, se tiene que enfrentar a varios mafiosos y narcotraficantes de Gran Bretaña que también quieren hacerse con la fortuna. Decidido a apartar a su familia de los negocios, Eddie necesita vencerlos en su propio territorio y acaba finalmente cada vez más metido de lleno en el mundo criminal.

El público se preguntó en un principio si sería necesario haber visto la película para adentrarse en este nuevo spin-off. Pero las grandes diferencias entre el montaje, los personajes y la ambientación crean una larga distancia de la narración principal. De nuevo Ritchie vuelve a sorprender con una fotografía impecable pero con movimientos que llegan a ser tediosos por los diálogos absurdos de algunos de los protagonistas.

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