La influencer rusa Inessa Polenko ha muerto tras caer de un acantilado de más de 50 metros de altura mientras se hacía un selfie. La joven de 39 años compartía contenido de sus múltiples viajes a sus casi 9.000 seguidores en Instagram, pero su imprudencia durante una visita a Georgia ha acabado de forma trágica con su vida.
Polenko se encontraba en un mirador panorámico en la ciudad de Gagra cuando decidió saltar la barrera de protección y tomarse una fotografía en el borde de la plataforma. Las cámaras de seguridad captaron cómo la joven acabó resbalando y se precipitó al vacío, quedando tendida sobre la playa.
Pese a que los equipos de emergencias acudieron rápidamente al lugar, la esteticista falleció posteriormente en la unidad de cuidados intensivos del hospital regional. Su cuerpo fue trasladado a su ciudad natal, Sochi, donde familiares y amigos pudieron darle el último adiós tras el triste accidente. Entretanto, las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias de su muerte.
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La joven acostumbraba a compartir instantáneas de sus viajes alrededor del mundo, haciendo partícipes a sus seguidores de sus visitas a distintas regiones de Rusia, Egipto a Dubái. De hecho, en sus últimos post de Instagram se pueden ver algunas de las fotografías que tomó durante la escapada a Georgia que le acabó costando la vida.
Tal y como se puede comprobar en su cuenta de Instagram, la influencer subestimó en más ocasiones el riesgo que supone posar en ciertos entornos. Y es que entre sus publicaciones se encuentra, por ejemplo, una fotografía tomada sobre la Roca Parus, en la costa rusa. “Algún día contaré esta historia”, escribía en la descripción, presumiendo de haber subido a la roca con “tacones de 12 centímetros y una cola de dos metros”.
Problema creciente
Desgraciadamente, el de Inessa no es un caso aislado, pues cada vez son más las noticias de influencers que sufren accidentes fatales por intentar captar la mejor toma, aunque para ello tengan que cometer imprudencias que ponen en riesgo su vida. De hecho, algunas instituciones ya están alzando la voz para pedir medidas de prevención y protección que eviten este tipo de incidentes mortales, como por ejemplo establecer ‘zonas prohibidas’ para los selfies.
El fatal desenlace de Inessa Polenko se suma a otros casos recientes que han dado la vuelta al mundo, como la muerte de una mujer el pasado diciembre en el Cañón de Atuel, en San Francisco, mientras se hacía un selfie. Colarse en la zona de leones de un zoo para hacerse una foto con los animales o posar al borde de una cascada han sido otras imprudencias recientes que han costado la vida a un hombre en India y una mujer en China, respectivamente.