¿Puede el voto joven ayudar a la victoria de EH Bildu? La expectativa de “cambio” sacude el País Vasco: “Votaremos todos al mismo partido”

Los expertos consultados por ‘Infobae España’ vaticinan una sensación de relevo en el panorama electoral vasco. Algunas encuestas pronostican al partido liderado por Pello Otxandiano, el favorito de los jóvenes, como ganador

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El voto joven en las elecciones al País Vasco. (Ilustración de Infobae España)

Lea Urrutia (2005, Vitoria-Gasteiz, Álava) votará por primera vez en unos comicios este domingo 21 de abril. La joven, con nombre ficticio, cumplió en 2023 los 18 años, y asegura que pese a que todavía “tiene que leerse los programas electorales” que le han llegado a casa, sí acudirá a las urnas para elegir al nuevo lehendakari que sucederá a Íñigo Urkullu tras 12 años en el cargo. Urrutia, que actualmente estudia Enfermería en Barcelona, volverá a casa el fin de semana electoral para depositar su voto. Asegura que ya tiene “una idea” sobre a quién va a votar, pero quiere “leer más” para “decidirse”.

Como ella, 75.634 jóvenes vascos votarán por primera vez en unas elecciones autonómicas. Sobre sus amigos, también de su edad, asegura que “la gran mayoría votará”. Y posiblemente, todos lo mismo. “Nuestro entorno tiene una ideología muy similar. Probablemente, votaremos todos al mismo partido, o por lo menos de la misma rama”, cuenta a Infobae España.

No es ningún secreto que el voto joven es el más volátil y el menos fidelizado. La última encuesta preelectoral publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el pasado 10 de abril aseguraba que sólo un 37% de los jóvenes entre 18 y 24 años tiene su voto claro “mucho antes del inicio de la campaña electoral”, mientras que un 33,9% “lo decide durante la última semana de la campaña electoral”. ”El voto joven es muy volátil y lo que están votando ahora mismo no tiene muchas veces que ver con lo que van a votar más adelante”, explica Aner Ansorena, consultor y analista político.

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Sin embargo, todos los expertos consultados aseguran que el ambiente se siente diferente, pese a que la participación del panorama electoral vasco parece invadida por el pesimismo. En las elecciones autonómicas de 2012, la abstención alcanzó el 36%; mientras que en 2016, la cifra rozó el 40%. El máximo histórico llegó en 2020, en unos comicios celebrados en plena pandemia del coronavirus y en verano, en el mes de julio. Casi la mitad de los electores (47%) no acudió a las urnas.

Sin embargo, en esta ocasión los expertos vaticinan un cambio. Así lo asegura Jonatán García Rabadán, doctor en Ciencia Política por la Universidad del País Vasco y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Vasca de Sociología y Ciencia Política. “Son elecciones competitivas. Se percibe que puede haber algo más en juego de lo que venía viéndose en anteriores elecciones”, explica.

Con esta sensación coincide también el último avance de resultados de Tezanos, que da la victoria a EH Bildu, aunque con una ventaja mínima respecto a su rival nacionalista, el PNV, que ha gobernado desde 1980, con la excepción de tres años de Gobierno socialista. Otras encuestas aseguran que la semana que viene habrá un empate técnico entre la formación abertzale y la jeltzale. “La pregunta clave es si la expectativa de cambio va a movilizar al electorado joven en Euskadi, y esto va a marcar la diferencia entre los dos principales partidos”, cuestiona Ainhoa Novo, profesora agregada del Departamento de Ciencia Política y de la Administración.

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Asimismo, García pronostica que esto seguramente sea eso un factor detonante para el crecimiento de la participación. “¿Hasta qué punto? Pues ahora mismo no lo podemos saber”, añade. Con esto coincide Ainara Villaño, politóloga y responsable de Comunicación Política y Asuntos Públicos en Silván & Miracle. “La demoscopia más o menos ronda alrededor del 62% o 63%, pero yo creo que puede alcanzar un 65%”, dice. “Pero en ningún caso creo que vayamos a ir a los niveles más altos de participación en Euskadi”, añade, haciendo referencia a las elecciones autonómicas de 2001, donde hubo una polarización muy intensa en el que, por primera vez, izquierda y derecha constitucionalistas presentaron una estrategia común para desbancar al Partido Nacionalista Vasco, y en el que se alcanzó un 79% de participación.

El impacto de EH Bildu

En la encuesta preelectoral que el CIS elaboró en septiembre de 2012, también con motivo de las elecciones autonómicas al País Vasco, un 26,6% de los jóvenes encuestados de entre 18 y 24 años aseguraron que no votarían. Más de una década después, el organismo que dirige Tezanos ha reducido esta cifra considerablemente: solo el 5,1% han marcado esta opción en la última encuesta preelectoral publicada el pasado 10 de abril.

Tanto Aner Ansorena como Ainara Villaño explican que, pese a la abstención que predomina, este cambio se debe a que hoy en día EH Bildu moviliza a gran parte del electorado joven. De hecho, es el partido con más éxito entre las franjas de edad de 18 a 44 años , y también entre los estudiantes. Si solo votasen los jóvenes, EH Bildu obtendría el 37% de los votos, según datos de la EITB Focus publicados en el mes de marzo. “Es Bildu quien está activando ese votante. Y lo ha hecho en los últimos años”, cuenta Villaño.

Ambos analistas explican que la situación política actual y la de hace 12 años ha cambiado mucho. En primer lugar, porque EH Bildu nació en junio de ese mismo año. “Gente que no se veía representada en las instituciones o en los partidos políticos antes de 2012, a partir del nacimiento de nuevos partidos ve a quién votar”, puntualiza la politóloga. “Esos jóvenes que en 2012 se estaban absteniendo ahora están optando por Bildu”, añade.

El candidato a lehendakari, Pello
El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, de Bildu. (Iñaki Berasaluce/Europa Press)

Imanol Negral Bravo, politólogo y analista político y electoral, coincide con los dos expertos mencionados anteriormente. “La formación EH Bildu está subida en una ola que le puede catapultar a ganar las elecciones. Y en su defecto, le separarán muy pocos puntos en porcentaje de votos y pocos escaños con respecto a su principal competidor, que es el PNV”, explica.

En su día, este cambio se vio influido por el movimiento 15-M, que en el año 2011, tras una ola de indignación en España, concentró a miles de personas en numerosas ciudades para protestar contra la precariedad, la corrupción y la crisis, lo que llevó a organizar acampadas. “Es en el rango entre 2011 y 2015 cuando nacen unos nuevos partidos que cambian completamente el sistema de partidos”, comenta Negral. Entre ellos, se incluyen la formación de Arnaldo Otegi o Podemos.

Negral asegura que este tipo de elector se denomina “votante estratégico”, y busca maximizar la utilidad del voto. “Son los votantes de EH Bildu que se abstuvieron o votaron a Podemos en las elecciones generales de 2015 y 2016, pero que, para las elecciones de 2019 y 2023, decidieron volver y optar por EH Bildu”, dice, haciendo referencia a las elecciones municipales del año pasado.

A esto hay que sumarle la tradición histórica que liga a los jóvenes vascos a inclinarse por la izquierda. Jonatán García explica que, pese a que no se debe generalizar a un grupo de edad, en el País Vasco sí “hay una confluencia de factores, estructurales, económicos e históricos” que hacen que los jóvenes tiendan por esta vertiente ideológica, que coincide con Bildu. “La juventud vasca sí que tiene cierta sensibilidad hacia la izquierda y hacia el independentismo. Y eso se refleja en el perfil de votante de Bildu, que es un votante muy joven”, añade Ainara Villaño.

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La abstención no es sinónimo de desinterés

El sondeo elaborado por EiTB del mes de febrero, en el que se incluía el porcentaje de indecisos, aseguraba que un 31% de los jóvenes entre 18 y 29 años no tenían claro su voto respecto a las elecciones del 21-A. Sin embargo, Villaño asegura que no es cierto que no estén interesados en política. De hecho, según el Sociómetro Vasco del mes de marzo, un 41% de los jóvenes comprendidos entre los 18 y los 29 años están “muy” y “bastante interesados en política”. Una cifra ligeramente mayor a la de edades comprendidas entre los 46 y 64 años (38%). Respecto a esto, Villano añade que los jóvenes “exploran otras formas de participación política más allá de la convencional, que es ir a votar”.

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De la misma manera, Negral explica que la participación política puede expresarse de múltiples maneras. “Los individuos pueden estar involucrados en asuntos sociales y políticos de formas que no siempre se reflejan en la participación convencional”, dice. Por esto, asegura que los jóvenes del País Vasco se organizan como respuesta a problemas específicos a través del activismo, de movimientos sociales o colaborando con organizaciones comunitarias, pero no siempre acuden a las urnas o se afilian a un partido tradicional.

Aun así, los partidos no se rinden. Todas las formaciones políticas han incluido una serie de medidas para conquistar a los jóvenes. Mientras los expertos auguran la esperanza de un cambio, las encuestas anticipan un empate. ¿La expectativa de cambio movilizará al electorado joven?, preguntaba la politóloga Ainhoa Novo al inicio de este artículo. El próximo 21 de abril habrá una respuesta.

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