El Athletic Club trasciende del fútbol, solo hay que ver las históricas imágenes en Bilbao este jueves, inéditas en cuatro décadas. En un día así, nadie que sienta los colores podía faltar, ni mediando una campaña crucial. El País Vasco celebra elecciones en un par de domingos, pero por unas horas no fue noticia, hasta el punto que los actos huyeron de Vizcaya, para centrarse en Álava y Guipúzcoa. Quien no huyó fue Imanol Pradales, candidato del PNV, por una razón de peso que explicó así en la red social X: “Con nueve años pude acompañar a la gabarra con mi aita. 40 años después he vuelto a tener el honor de seguir este histórico acontecimiento con mi querida trainera de La Sotera. ¡Una experiencia que no voy a olvidar en mi vida!”
En efecto, Pradales, ataviado con camiseta del Athletic y mallas, subió la ría del Nervión junto a los jugadores, el entrenador y la Copa del Rey ganada el pasado sábado ante el Mallorca en Sevilla. Nunca se ha definido como un gran remero, pero lleva practicando este deporte, y su físico lo atestigua, desde los 17 años. El político, doctor en Ciencias Políticas y Sociología, profesor en Deusto y con ocho apellidos castellanos, hunde sus raíces en el barrio Mamariga de Santurce, donde estudió en una ikastola donde impartió, también a él, el todavía jefe del gobierno vasco Iñigo Urkullu. Para Pradales, lo de este jueves fue un viaje al pasado, junto a su padre, cuando hizo lo propio al lado del entonces equipo de Javier Clemente.
Pero Pradales no abandonó su responsabilidad. Por la mañana, había protagonizado un acto junto a la fábrica de Mercedes en Vitoria, donde desgranó sus planes en relación con la transición energética y ecológica en Euskadi, comprometiéndose a promover “una nueva fiscalidad” para incentivar la descarbonización. A mediodía, como el resto de aspirantes, conoció el barómetro sobre el 21-A del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que no le deparó una alegría precisamente. Según este sondeo, EH Bildu ganaría las elecciones al Parlamento Vasco con hasta dos puntos más que el PNV en intención de voto. El PSE-EE seguiría teniendo la llave para decantar el gobierno y Sumar y Vox estarían en el límite -es del 3%- para tener representación.
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Bilbao es una fiesta
Bilbao es una fiesta y lo es desde el sábado. Sacar la gabarra del dique seco costaba, como poder organizar un desfile así en condiciones de seguridad para todos los presentes. Y, por eso de la superstición, nadie quiso mover un dedo hasta que Álex Berenguer marcó el penalti definitivo en el estadio de La Cartuja; hasta que Iker Muniain alzó la copa en el palco ante el rey. Eso no quiere decir que ciudad y jugadores no hayan festejado hasta el jueves. Lejos de eso, es probable que sea este viernes cuando han descansado por primera vez. El martes, las redes sociales comenzaron a inundarse de vídeos de las estrellas del equipo, con el propio Muniain o Iñaki Williams como instigadores, cantando, bailando y bebiendo entre aficionados por las calles, en una nueva muestra de que se trata de una institución diferente.
El recorrido de la gabarra congregó a centenares de miles de personas en torno a la ría. El equipo había entrenado horas antes, ya que la competición continúa y este fin de semana juega contra el Villarreal. El Athletic, como Pradales frente a EH Bildu, se está disputando un puesto en Champions League la próxima temporada frente al Atlético de Madrid. Después, comieron en el Real Club Marítimo del Abra de Las Arenas, punto de partida de la travesía. El momento más emotivo se vivió ante ‘la Catedral’, el estadio de San Mamés, cuando los jugadores lanzaron pétalos al agua en memoria de los athleticzales que fallecieron. Más de 150 embarcaciones completaron el séquito de los campeones. La celebración se prolongó cerca de seis horas.