La vacuoterapia, la luminoterapia en problemas de salud mental, la respiración consciente, el chi-kung/qigong, el zerobalancing, la aromaterapia y las técnicas de relajación basadas en la inducción de sensaciones corporales deben ser consideradas pseudoterapias por la falta de evidencia científica, que hace descartar el uso de las mismas en el ámbito clínico. Es la conclusión de los informes desarrollados por la Red Española de Agencias de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema nacional de Salud (RedETS), dependiente del Ministerio de Sanidad.
En cambio, Sanidad sí que reconoce las ventajas del taichí, aunque aclara que “el beneficio va ligado a la realización de una actividad física”. “Desde el punto de vista fisiológico, sería un tipo de ejercicio con el que se pueden trabajar todos los músculos del cuerpo, potenciando fuerza, flexibilidad y equilibrio y con menos problemas de sobrecarga muscular y riesgo de lesiones asociados a otras disciplinas deportivas”, destacan. El informe concluye que esta práctica, como actividad física realizada en diversas patologías, sobre todo las del área osteomuscular, resulta “beneficiosa” respecto al bienestar percibido y a diversas funciones como la reducción del dolor.
Estas ocho terapias evaluadas forman parte de las 16 que, según informó el Ministerio de Sanidad el pasado mes de febrero, estaban listas para publicar. Por tanto, aún faltan otras ocho por conocer.
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Descartadas del ámbito clínico
La vacuoterapia (‘cupping’ o terapia con ventosas) en patología osteomuscular, que consiste en la aplicación de copas de cristal o plástico, calentadas sobre la piel o mediante otras técnicas de hacer ventosa, en diferentes puntos del cuerpo, que “no se puede considerar una terapia segura” por los riesgos inherentes por la aplicación de la técnica sobre el cuerpo humano, mayoritariamente en la vacuoterapia húmeda. “El beneficio que podrían mostrar se basa en estudios de baja calidad que no permiten sustentar su eficacia, por lo que no estaría recomendado su uso en esta indicación”, se detalla en el documento.
La luminoterapia en problemas de salud mental, por su parte, se basa en el uso de la luz con fines terapéuticos. Se aplica comúnmente con el uso de una caja de luz colocada aproximadamente a un metro de distancia a una altura dentro del campo visual; sin embargo, es posible la aplicación con una fuente de luz portátil que se pone sobre la cabeza, artefactos de iluminación montados en el techo; o terapia de luz ‘naturalista’, conocida como simulación amanecer-anochecer, que imita las transiciones crepusculares al aire libre. Debido a distintas limitaciones metodológicas de los estudios incluidos, no es posible extraer conclusiones definitivas sobre la eficacia y seguridad de esta práctica en problemas de salud mental. Además, el informe señala que “no existe evidencia suficiente” que apoye su uso en salud mental.
En cuanto a la respiración consciente, que consiste en estar presente de forma plena en el momento en que se realiza la respiración y sentir los efectos de esta sobre el cuerpo, el informe destaca que han de ser interpretados “con cautela”. La causa es la falta de garantía de que sus resultados sobre eficacia sean extrapolables a la práctica clínica.
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Lo mismo ocurre con el chi-kung/qigong, ejercicios de respiración y movimiento con algún posible beneficio para la salud. Con él, se pueden trabajar todos los músculos del cuerpo potenciando la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio. Sanidad concluye que podría tener el beneficio propio de una actividad física de bajo impacto sobre las personas con enfermedades osteomusculares y en aquellas donde pueda contribuir a disminuir los niveles de estrés y mejorar la calidad de vida con un riesgo bajo de efectos adversos. Sin embargo, alerta de que “la evidencia que sustenta esta afirmación es de baja calidad”.
El zerobalancing, por su lado, es una técnica o modalidad de trabajo corporal y manual mente/cuerpo que, según su fundador, Fritz Frederick Smith, involucra ‘energía’ y ‘estructura’, logrando un equilibrio en el individuo. Del documento se extrae que, con la información disponible en el momento, no existe evidencia sobre la seguridad y eficacia de la técnica en ninguna condición clínica.
La baja calidad de los estudios realizados también es la causa de la calificación de la aromaterapia como pseudoterapia. Se trata de una rama de la fitoterapia que utiliza aceites esenciales (extraídos de plantas) con el objetivo de mejorar el bienestar, reducir la ansiedad, el estrés y otros síntomas clínicos tanto emocionales como físicos. Si bien la aromaterapia puede ser un recurso complementario de algún valor para el tratamiento de síntomas físicos y psicológicos en enfermedades cardiovasculares y dismenorrea, desde Sanidad aclaran que “los aceites esenciales son naturales, pero no inocuos”. De hecho, se han identificado una serie de eventos adversos leves asociados a su uso.
Por último, entre las técnicas de relajación basadas en la inducción de sensaciones corporales, destaca el entrenamiento en relajación autógena (o entrenamiento autógeno), que consiste en alcanzar un estado de relajación profunda a través de representaciones mentales de sensaciones físicas (calor, frío, pesadez) en diferentes partes del cuerpo. El informe señala que el entrenamiento autógeno podría resultar beneficioso en la mejora de síntomas psicológicos y físicos en distintas condiciones de salud, pero las conclusiones no pueden ser “definitivas” debido al bajo número de estudios para cada condición de salud y su riesgo de sesgo alto o incierto. “Es necesario seguir evaluando la seguridad de estas técnicas”, finaliza el documento.
Las 73 pseudoterapias ya catalogadas por Sanidad
Hasta la fecha, se han publicado 13 informes de evaluación, que se suman a las 73 terapias calificadas desde un inicio como pseudoterapias al no contar con evidencia científica de ningún tipo.
Estas 73 pseudoterapias son: análisis somatoemocional, análisis transaccional, ángeles de Atlantis, armónicos, arolo tifar, ataraxia, aura soma, biocibernética, breema, cirugía energética, coaching transformacional, constelaciones sistemáticas, cristales de cuarzo, cromopuntura, cuencos de cuarzo, cuencos tibetanos, diafreoterapia, diapasones, digitopuntura, esencias marinas, espinología, fascioterapia, feng shui, flores del alba, frutoterapia, gemoterapia, geobiología, geocromoterapia, geoterapia, grafoterapia, hidroterapia del colon, hipnosis ericksoniana, homeosynthesis, iridología, lama-fera, masaje babandi, masaje californiano, masaje en la energía de los chacras, masaje metamórfico, masaje tibetano, medicina antroposófica, medicina de los mapuches, medicina ortomolecular, metaloterapia, método de orientación corporal Kidoc, método Grinberg, numerología, oligoterapia, orinoterapia, oxigenación biocatalítica, piedras calientes, pirámide vastu, plasma marino, posturología, pranoterapia, psicohomeopatía, psychic healing, quinton, radioestesia, rebirthing, sincronización core, sofronización, sotai, tantra, técnica fosfénica, técnica metamórfica, técnica nimmo de masaje, terapia bioenergética, terapia biomagnética, terapia de renovación de memoria celular (cmrt), terapia floral de California, terapia floral orquídeas, y terapia regresiva.
Los últimos nueve informes, publicados en agosto de 2022, analizaron la eficacia y seguridad de la acupuntura, el pilates, el yoga, la terapia floral, la reflexología, la musicoterapia, la terapia tumoral, la meditación y el masaje estructural profundo.
(Información elaborada por Europa Press)