Escándalo por lo sucedido en la Semana Santa de Elche: acusan a un concejal por tener sexo en una Iglesia

El revuelo comenzó tras las celebraciones de Semana Santa, cuando se difundió la noticia de que el concejal había accedido a una de las iglesias de la localidad junto con una mujer durante la madrugada

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Varias personas durante la eucaristía del Domingo de Pascua de Resurrección en una Iglesia (Jesús Hellín / Europa Press)
Varias personas durante la eucaristía del Domingo de Pascua de Resurrección en una Iglesia (Jesús Hellín / Europa Press)

En Elche se ha visto sacudida por un escándalo que ha trascendido los límites de la fe y la tradición de la Semana Santa, sumergiendo a la comunidad en un debate profundo sobre la ética y el comportamiento de sus representantes públicos. La controversia se centra en la figura de un concejal del Partido Popular, específicamente el encargado de Deportes y Policía, quien ha sido acusado de mantener relaciones sexuales en un recinto sagrado y bajo circunstancias que han provocado una ola de indignación entre los feligreses y la población en general.

El revuelo comenzó tras las celebraciones de Semana Santa, cuando se difundió la noticia de que el concejal había accedido a una de las iglesias de la localidad junto con una mujer durante la madrugada, mientras varios miembros de la cofradía se encontraban en plena preparación de los pasos procesionales. Según ha difundido El Plural, en un momento de la noche, el concejal, aparentemente influenciado por el alcohol, inició un comportamiento íntimo con la mujer en presencia de los parroquianos, acto que culminó con ambos escondiéndose debajo de uno de los tronos procesionales más venerados por la comunidad de Elche.

Testigos del incidente relataron cómo, durante aproximadamente media hora, se perdió de vista a la pareja bajo el paso. Al emerger, la apariencia desaliñada del concejal y la mujer confirmó las sospechas de quienes seguían allí, intentando intervenir infructuosamente para que la situación se resolviera de manera rápida y discreta, buscando mantener el respeto por el espacio sagrado y su significado en el contexto de la Semana Santa.

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La profanación de un espacio tan sagrado y en un contexto de profunda significación religiosa y cultural provocó una rápida reacción. Los testigos expresaron su disgusto e intentaron que la pareja abandonara el lugar, enfrentándose a la negativa de estos. Según declaraciones recogidas por la cofradía Santísimo Cristo de La Columna, este comportamiento inapropiado fue recibido con descalificaciones por parte de los presentes, y el concejal, antes de marcharse, realizó el acto de santiguarse, lo que añadió una capa de mayor controversia al asunto.

El malestar generado condujo a comunicaciones inmediatas con las autoridades municipales y eclesiásticas, buscando maneras de abordar el escándalo. La noticia se dispersó “como la pólvora” por toda Elche, poniendo en cuestionamiento la conducta de un miembro del gobierno local y amplificando el debate sobre la responsabilidad moral de los funcionarios públicos. La cofradía afectada ha dejado entrever que se encuentran evaluando cómo manejarán la situación del concejal, quien es miembro de la misma y conocía bien los procedimientos internos por su previa participación como costalero.

Frente a las acusaciones y el creciente escrutinio público, el concejal implicado ha tomado una postura defensiva. A través de un comunicado, negó “tajantemente” haber cometido cualquier acto de índole sexual dentro del recinto eclesiástico. Además, resaltó que ha iniciado acciones legales contra quienes han difundido lo que él califica como “rumores malintencionados”, insistiendo en la ausencia de pruebas concretas o denuncias formales en su contra.

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Este suceso ha encendido un debate sobre la conducta esperada de los representantes públicos, no solo en el desempeño de sus funciones oficiales sino también en su comportamiento fuera de ellos, especialmente en contextos de significado cultural y espiritual profundo como lo es la Semana Santa para muchos. La comunidad de Elche, mientras tanto, se mantiene a la espera de cómo se resolverá este incidente, que ha manchado una de sus tradiciones más arraigadas y ha llevado a una reflexión colectiva sobre los valores, la fe y el respeto en el espacio público.

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