El Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha ha considerado como procedente el despido de una trabajadora que, durante una baja por enfermedad, inauguró un centro para el cuidado de las uñas. La empresa descubrió esta infracción gracias a la ayuda de un detective privado que acudió al local para hacerse la manicura. Esta sentencia confirma una resolución anterior del Juzgado de lo Social nº 4 de Toledo que obtuvo una conclusión igual ante el caso presentado y había sido demandada por la exempleada.
La mujer llevaba trabajando en la compañía de productos lácteos desde el año 2003 y en 2022 tuvo un hijo, por lo que disfrutó de su permiso de maternidad hasta agosto de ese año. Solo tres meses más tarde inició un proceso de Incapacidad Temporal por enfermedad que se prolongó durante casi un mes. En el parte médico de baja se detallaba una limitación de la capacidad funcional debido a un “dolor que no permite trabajo habitual” por trastornos en los músculos.
La empresa al tiempo tuvo conocimiento de que su exempleada había aprovechado la baja para fundar su propio local, por lo que le comunicaron por escrito su despido disciplinario “por transgresión de la buena fe contractual y por utilizar una situación de incapacidad temporal declarada por un servicio médico para realizar tareas laborales en otra entidad”, lo que va en contra del Convenio Colectivo.
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El detective acudió al local a hacerse la manicura
Las sospechas de sus jefes comenzaron con una publicación de Instagram en la que se anunciaba la próxima apertura de un nuevo local de uñas. Para poder comprobarlo, contrataron a un detective privado y así averiguar si sus suposiciones tenían algún fundamento. La primera prueba fue que la cuenta de Instagram estaba asociada al nombre y el número de teléfono de la demandante.
El investigador acudió primero a la dirección que se indicaba en redes sociales, donde vio carteles anunciando que había sido inaugurado tan solo dos días antes. Estuvo esperando hasta que llegó la mujer y entró para hablar con ella. Dialogaron sobre diversos temas como el precio del curso acrílico, los datos de contacto y el horario del centro, con lo que confirmó que permanecía abierto desde las 9:00 hasta las 22:00 de lunes a sábado. La empleada le entregó una tarjeta profesional con su número de teléfono, email y nombre del negocio.
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Pasó un día entero para comprobar sus horas de entrada y salida y al segundo día llamó para concertar una cita esa misma tarde. A las 17:00 recibió al detective y le realizó personalmente el trabajo de manicura solicitado, por lo que ya no dejaba ningún espacio para la duda de que la demandante estaba realizando un trabajo diferente durante su baja por enfermedad.