La rentabilidad de las letras del Tesoro pierde brillo y, tras alcanzar récords históricos a finales del año pasado con intereses que superaron el 3,8%, vuelve a caer lastrada, entre otras causas, por la bajada prevista de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) el próximo mes de junio.
Así, en la subasta celebrada hoy martes, la rentabilidad de las letras a seis y doce meses ha caído respecto a la ofrecida en marzo, a pesar de ello, el Tesoro ha colocado 5.231,93 millones de euros en deuda a corto plazo, en el rango medio-alto previsto, mientras que la demanda conjunta ha casi duplicado lo adjudicado, con unas solicitudes de 10.328 millones de euros.
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A plazos de seis meses, el Tesoro ha ofrecido una rentabilidad marginal del 3,623%, menor que el 3,715% otorgado en marzo, y ha colocado 1.310,10 millones de euros, frente a una demanda de 3.412,53 millones.
En letras a doce meses, el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha dado un interés marginal del 3,449%, también inferior al 3,516% otorgado en marzo. A este plazo ha adjudicado 3.921,83 millones de euros, con unas peticiones de 6.915,79 millones por parte de los inversores.
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Los pequeños ahorradores apuestan por las letras
A pesar de la caída de la rentabilidad, los analistas prevén que el apetito por la deuda del Estado español continúe entre los pequeños ahorradores, que se convirtieron en 2023, junto a las instituciones privadas sin fines de lucro al servicio de los hogares, en los mayores tenedores de letras del Tesoro, cerrando el año con 24.428 millones de euros, según datos publicados por el Banco de España.
Así, la participación de los hogares en la compra de letras pasó de 1.826 millones a cierre de 2022 a 24.428 millones en diciembre de 2023, aumentando su participación en ese intervalo desde una cuota del 2,4% en diciembre de 2022 a más del 34% en el mismo mes de 2023.
Necesidades de financiación
La apuesta de los pequeños ahorradores por la deuda pública española ayudará al Tesoro a cumplir el objetivo que se ha marcado en su estrategia de financiación para este año. Prevé unas necesidades de financiación nueva de en torno a los 55.000 millones para este ejercicio, lo que supone una reducción de 10.000 millones respecto a las de 2023.
En cuanto a la emisión bruta prevista ascenderá a 257.572 millones de euros, un 2% superior a la de 2023 debido al incremento de las amortizaciones, y el grueso se cubrirá mediante la emisión de instrumentos a medio y largo plazo con el objetivo de mantener la vida media de la cartera de deuda pública. También prevé recurrir a las sindicaciones para la emisión de determinadas referencias de obligaciones del Estado.
Otro de sus objetivos para 2024 será mantener la diversificación de la base inversora y apostar por la emisión de bonos verdes como elemento estructural del programa de financiación, reforzando así el mercado de finanzas sostenibles.
Después de la subasta de este martes, el Tesoro volverá a los mercados de deuda el próximo 16 de abril, con una emisión de letras a 3 y 9 meses y otra el 18 de bonos y obligaciones del Estado.