La Fundación Anar ha constatado en un nuevo estudio que las agresiones sexuales a menores han aumentado un 55,1% entre 2019 y 2023 y que en la mayoría de ocasiones el agresor es un hombre, mayor de edad, del entorno de la víctima. De hecho, el 50,3% son miembros de la propia familia. En la gran mayoría de los casos, el principal modo de agresión se produce de forma presencial.
El estudio, que lleva por título Agresión Sexual en Niñas y Adolescentes según su testimonio. Evolución en España (2019-2023), ha sido elaborado en base a los testimonios de los menores de edad que ha atendido la fundación a consecuencia de esta violencia. Así, se han documentado un total de 4.522 casos de agresiones sexuales, lo que también se traduce en en 4,5 casos registrados en la actualidad por cada caso atendido en 2008. “Es un aumento del 353% en los últimos quince años”, indican. De esa forma, la organización dio respuesta a un total de 81.252 consultas y peticiones de ayuda.
“Queremos poner el foco en la agresión sexual en menores de edad, un fenómeno oculto y escondido en el que predomina el miedo y la vergüenza”, señala Benjamín Ballesteros, director técnico de la Fundación Anar, que también destaca la necesidad de extremar el cuidado a la hora de hablar de las víctimas “para evitar su reconocimiento y su estigmatización social, saber situarlas en el plano adecuado para evitar la culpa y promover el sentido de justicia para animar a la denuncia”, añade.
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Respecto al tipo de agresión sexual, el informe recoge cinco tipos: agresiones sexuales presenciales (91,5%), grooming (ciberacoso) (3,1%), sexting no consentido (2,2%), pornografía (1,3%) y explotación sexual y/o prostitución (1,9%). Por tanto, la agresión sexual presencial es el tipo mayoritario, independientemente del sexo de las víctimas.
Niñas y adolescentes son las más afectadas
El estudio también constata que la mayor parte de las víctimas de las agresiones sexuales, el 78,7%, son niñas y mujeres. El índice de feminidad, con un 401,5%, es decir, por cada 100 varones menores de edad agredidos, se registran 401,5 agresiones en mujeres menores de edad, “subraya la especial vulnerabilidad de este género” frente a este tipo de violencia.
En cuanto a la edad, la media se sitúa en los 12,5 años, una cifra que aumenta respecto al anterior estudio. No obstante, “en el caso de los niños varones es especialmente reseñable cómo la mayoría de los casos se sitúa entre los 0 y los 9 años”, añade el estudio.
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Si atendemos al entorno de las víctimas, el 40,7% vive con ambos progenitores y un 36,1% en familias monoparentales. Asimismo, el 58,7% proceden de familias españolas y el 41,3% de familias migrantes, un porcentaje relevante teniendo en cuenta que la proporción de menores de edad extranjeros en España solo supone el 12,8% de la población infantil total. El estudio también indica que un 2,5% de las víctimas tiene alguna discapacidad y siete de cada 10 presentan un rendimiento escolar bajo.
El 79% de los agresores son conocidos de la víctima
La Fundación Anar revela que el 94,3% de los agresores son hombres, la mayoría mayores de edad. En cuanto a la relación con la víctima, existe escasa percepción de riesgo en el entorno y es especialmente preocupante que casi 8 de cada 10 agresores (79,5%) son personas conocidas por la víctima y, de éstos, el 50,3% son miembros de su propia familia. Un dato que aumenta hasta el 85,9% en el caso de las víctimas más pequeñas (0-9 años). Siendo el padre biológico o la pareja de la madre en el 27,9% de los casos. La tasa de reincidencia es del 10%.
Las agresiones sexuales grupales (o en manada) siguen en aumento, pasando de constituir el 2,1% en 2008 a representar el 10,9% de las agresiones en 2023.
Padres que no saben cómo actuar
Las consecuencias de esta violencia sexual “son muy graves” y entre ellas la fundación destaca el cambio brusco del comportamiento y estado anímico (23,5%), así como problemas psicológicos graves (20,8%) como la conducta o ideación suicida (9,1%). “Nos preocupa que 6 de cada 10 progenitores no saben cómo actuar o no actúan correctamente ante las agresiones sexuales por negligencia o falta de reacción (41,5%), miedo a la revictimización (21,8%), negación (17,9%) y lo que es peor, culpabilización (9,8%) o justificación al agresor (9%). Debemos ser sensibles ante el sufrimiento que este acontecimiento entraña para la víctima y actuar inmediatamente tratando de reducir el impacto que puede tener en su vida”, indica por su parte Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda Anar.
El estudio también indica que el 70% de los menores de edad que han sido agredidos sexualmente no recibe tratamiento psicológico. Por todo ello, desde la Fundación Anar recuerdan que para con el fin de prevenir esta violencia es fundamental ”concienciar a la sociedad sobre esta problemática y garantizar la formación de familias y profesionales, así como la coordinación entre todos los agentes implicados”.”Es labor de todos deconstruir la sexualidad desde la alarma social, el miedo y el tabú y fijar modelos de referencia sanos”, concluyen.