El “cambio tranquilo” y un viaje a la centralidad: ¿por qué EH Bildu puede ganar por primera vez las elecciones del País Vasco?

La disputa por la hegemonía de una autonomía en la que el PNV ha gobernado desde 1980 (excepto los tres años del gobierno socialista) está más viva que nunca

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El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, durante el inicio de la campaña electoral de EH Bildu. (Iñaki Berasaluce/Europa Press)
El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, durante el inicio de la campaña electoral de EH Bildu. (Iñaki Berasaluce/Europa Press)

EH Bildu está ante una oportunidad histórica. La coalición soberanista abertzale encara las primeras elecciones del País Vasco en las que mira al PNV de tú a tú. La sombra del empate técnico entre las dos principales fuerzas de este territorio se posa en los primeros compases de la campaña, que tendrá su examen definitivo el próximo 21 de abril. La disputa por la hegemonía de una autonomía en la que el PNV ha gobernado desde 1980 (excepto los tres años de mandato del socialista Patxi López) está más viva que nunca.

El pasado 28 de mayo, EH Bildu exhibió su potencial en los comicios municipales, fruto de un auge paulatino, al avanzar en todo el País Vasco y ser primera fuerza en Vitoria. Además de abrirse paso a nivel estatal tras los pactos con los Gobiernos de Pedro Sánchez, y superar incluso al PNV en el Congreso (seis escaños frente a cinco), la formación recuperó el Ayuntamiento de Pamplona gracias al apoyo histórico del Partido Socialista de Navarra a la moción de censura contra la entonces alcaldesa de UPN.

Este ascenso puede tener su máxima expresión en dos semanas. Aunque la victoria no significaría llegar a liderar el Gobierno Vasco, ya que el PSE-EE (PSOE) aspira a seguir siendo la llave de gobierno para los jeltzales, superar al PNV en unas elecciones vascas supondría un golpe en la mesa en el tablero político. Llegados a este punto, ¿por qué este auge de la coalición soberanista vasca?

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“El mensaje de EH Bildu es un mensaje de cambio tranquilo”, comenta Asier Blas, profesor de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). El panel de los siete candidatos se compone de caras nuevas para la ciudadanía vasca, pero dentro de ese alto grado de desconocimiento generalizado, el aspirante a lehendakari de EH Bildu, Pello Otxandiano, es el mejor valorado entre los votantes.

Según la encuesta preelectoral del País Vasco publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el pasado 1 de abril, el candidato de la izquierda abertzale tiene un 5,64 de media, ligeramente por encima del candidato del PNV, Imanol Pradales, con un 5,48 de puntuación. Ambos están muy por encima del resto de aspirantes en lo relativo a la percepción entre los encuestados.

Las elecciones vascas, una pugna entre PNV y EH Bildu

Y es que son los representantes de una disputa electoral “con un claro carácter bipartidista”. “Y según avancen los días, se reforzará esa disputa”, apostilla Asier Blas acerca del sistema vasco. Más allá de que haya otras fuerzas que obtengan representación (previsiblemente PSE-EE y PP, mientras que Sumar, Podemos y Vox se juegan tener asiento en el Parlamento), la “sensación es que hay una disputa entre dos partidos por la victoria”.

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En esta suerte de contienda, Blas subraya el perfil “tecnócrata” del candidato de EH Bildu, un partido que ha dejado en un segundo plano la lucha por la independencia del País Vasco, toda vez que apuesta por tener más autogobierno, la bandera históricamente agitada por el PNV. Eso no quita que los jeltzales quieran airear en sus discursos las relaciones de EH Bildu con el carácter “más rupturista” que simbolizaba la izquierda abertzale antes del cese definitivo de la violencia por parte de ETA.

El CIS da al PNV como ganador de las elecciones vascas, con EH Bildu muy cerca y el PSE-EE como partido clave para decidir el gobierno.

“Pello Otxandiano transmite una visión tecnócrata y no difiere del candidato del PNV. Ambos buscan no activar el voto a la contra ni molestar a nadie para no polarizar”, esgrime este politólogo, que destaca además otro aspecto del aspirante a lehendakari de EH Bildu: “Es un candidato bien preparado, que juega a no asustar y muestra frescura, y trata de hacerlo mejor porque tiene un plan sin la corrupción que envuelve al PNV”, apunta.

Radiografía de los votantes de EH Bildu

Las aspiraciones de EH Bildu de superar al PNV pasan por un viaje hacia la centralidad en el plano ideológico y nacionalista, es decir, una apuesta paulatina por dejar de ser considerado como un partido de extrema izquierda y dejar a un lado la batalla por la independencia del País Vasco. “EH Bildu se presenta como un partido más moderado y sosegado. La propuesta es que haya un cambio sin que haya un terremoto”, remata este politólogo. Asimismo, su normalización a nivel autonómico y estatal gracias a los acuerdos con diferentes partidos y en todas las escalas han reafirmado su viraje desde que se fundó la coalición en 2012.

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“EH Bildu está sabiendo conectar con las preocupaciones de la ciudadanía vasca y esto lo demuestran los tres planes sectoriales que presentaron en precampaña, que coinciden con las preocupaciones que indica el sociómetro [publicado por el Gobierno vasco]”, expone Estitxu Garai, profesora de la UPV/EHU. Esta experta en análisis político se refiere a los proyectos sobre el empleo, la vivienda y la sanidad (Osakidetza), con una batería de medidas específicas.

Pello Otxandiano, a la izquierda, junto al coordinador general de la coalición, Arnaldo Otegi. (Javier Etxezarreta/EFE)
Pello Otxandiano, a la izquierda, junto al coordinador general de la coalición, Arnaldo Otegi. (Javier Etxezarreta/EFE)

Asier Blas destaca que el PNV tiene más fuerza entre la población de más de 50 años, mientras que EH Bildu encuentra en los menores de 50 su principal caladero de votos. En este sentido, Estitxu Garai subraya que la coalición soberanista está “ampliando su base electoral”. En concreto, los de Arnaldo Otegi tratan de dirigir sus mensajes de manera “transversal” para pescar sufragios en dos ríos revueltos.

Por un lado, aunque EH Bildu “tiene un electorado muy fiel y consolidado, y las fuerzas progresistas normalmente tienen una base más joven, en este caso hay un desgaste del PNV por una percepción de que hay un agotamiento de modelo y un empeoramiento de los servicios públicos, y se trata de un electorado de 50 años para arriba”.

Además, en la división a la izquierda del PSOE, con Sumar y Podemos concurriendo por separado, EH Bildu puede “aprovechar ese desencanto en este espacio”, un voto que también puede ser “transversal en edad”. En este sentido, Estitxu Garai señala el camino para dar la estocada al PNV: “A su base fidelizada se suma el reto de construir un frente amplio, por lo que tiene que permear en otros sectores”. Todo ello en una población vasca muy envejecida, “por lo que el voto de los mayores de 50-60 años tendrá mucho peso electoral”.

Ante la normalización “plena” de EH Bildu en el País Vasco, la profesora de Persuasión y Publicidad en la UPVEHU opina que el principal factor en disputa es el liderazgo por ver “quién es capaz de mostrarse como un agente transformador o capaz de acometer las transformaciones necesarias en sectores estratégicos: transición energética, transformación digital o blindar los servicios públicos ante el envejecimiento de la población”. “Esa es la clave”, apostilla, algo que obliga al PNV a virar su mensaje porque, “más allá de posicionarse como gestor, quiere venderse como un partido capaz de acometer esos cambios”.

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