Han pasado más de 24 años desde que se estrenara Deseando amar (In the Mood for Love), película que consagraría a su director, Wong Kar-Wai convirtiéndolo en un cineasta de culto dueño de un universo y una sensibilidad cinematográfica extremadamente refinada.
Él fue uno de los responsables de que el cine asiático se pusiera de moda en Occidente, fue capaz de convertir sus historias en universales a través de un estilo visual de carácter sensitivo que generaba imágenes de una fuerza expresiva repletas de poesía hipnótica.
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Sin embargo, cuando se encontraba en el cénit de su carrera, después de estrenar The Grandmaster en 2013, desapareció de la faz de la tierra. Anunció algunos proyectos que nunca se llevarían a cabo, hasta el punto que muchos llegaron a pensar que no volvería a ponerse detrás de la cámara, dado su talante extremadamente meticuloso y obsesivo a la hora de embarcarse en cada una de sus obras, cada vez más caras y ambiciosas.
Después de un buen puñado de especulaciones, se concretó por fin una nueva producción que sí parecía que iba a ponerse en marcha. Como no podía ser de otra manera, era de todo menos convencional. Se trataba de la adaptación de la novela del chino Jin Yucheng ambientada en el Shanghai de los años sesenta y noventa, alternando entre ambos periodos para construir una sinfonía narrativa, una de las especialidades del director.
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El cierre de una trilogía que empezó con ‘Deseando amar’
Así, se contaría la historia de un joven empresario (encarnado por Hu Ge) y su ascenso en el mundo de los negocios dentro de una ciudad que comienza a florecer, de manera que iremos asistiendo a sus cambios desde le Revolución Cultural hasta principios del siglo XXI.
En un primer momento, iba a ser una película, pero finalmente, Blossoms Shanghai se convirtió en una serie. Eso sí, en una serie de 30 capítulos de 50 minutos de duración cada uno. O lo que es lo mismo, en total, 1.500 minutos, 25 horas.
El director tardó tres años en rodarla con toda la ambición que le caracteriza. Incluso ha afirmado que para él, constituiría la tercera parte de un tríptico que formaría junto a Deseando amar y 2046.
Sin noticias de distribución internacional
¿La mala noticia? No se puede ver en Occidente. Se estrenó el pasado diciembre en la plataforma de streaming china Tencent Video y no se tienen más noticias acerca de su distribución internacional. Al parecer, en China se ha convertido en un acontecimiento y hay ya, incluso, rutas turísticas para visitar los lugares emblemáticos que aparecen en la ficción, además de haber despertado un sentimiento nostálgico y reivindicativo de las raíces de la propia ciudad.
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El director también se ha encargado de poner en valor un dialecto que se encontraba relegado por el mandarín, como es el shanghainés. En realidad, hasta el momento, todas sus películas estaban habladas en cantonés, la lengua mayoritaria de Hong Kong, su ciudad de origen.
Al parecer, ahora Wong Kar-Wai parece haber fichado por Prime Video para el que podría ser su próximo proyecto, Tong Wars, centrado en las Guerras Tong del siglo XIX en Estados Unidos que enfrentaron a una serie de bandas rivales, a modo de sociedades secretas dentro del crimen organizado por quedarse con los bajos fondos de la ciudad de San Francisco.