¿Píldora roja o píldora azul?: las razones que convierten a ‘Matrix’ en un hito de la ciencia ficción

La cinta de las hermanas Wachowski cumple 25 años y sigue siendo un emblema del género un cuarto de siglo después de su estreno en la gran pantalla. La película que ganó cuatro premios Oscar no sólo inspira la estética de los ‘centennials’ apasionados por la música ‘techno’, también es considerada de culto

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Carrie-Anne Moss y Keanu Reeves
Carrie-Anne Moss y Keanu Reeves en una escena de 'The Matrix' (HBO Max)

“Habitábamos un espacio donde las palabras no existían, por lo que siempre vivíamos en un mundo de imaginación”, admitieron Lilly y Lana Wachowski años después del estreno de The Matrix, las artífices del universo distópico en el que las balas se esquivaban con movimientos similares a los ejecutados por profesionales del Circo del Sol. Como mujeres transgénero, ambas tuvieron que habitar espacios sólo plausibles en su imaginación hasta que dieron el gran paso.

Por medio de la necesidad, y gracias a la creatividad imperante de ambas, conformaron una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia. En su 25º aniversario, se estrenó en el año 1999, The Matrix continúa siendo tan revolucionaria como actual. No en vano, la dependencia de las máquinas y la tecnología llevó a su protagonista, Neo (interpretado por Keanu Reeves) a despertar del letargo inducido por los números digitales de color verde neón.

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El éxito de la primera cinta llevó a las creadoras a lanzar dos secuelas cinematográficas, The Matrix Reloaded y The Matrix Revolutions, ambas estrenadas en el año 2003. Casi dos décadas después, sumergidos en una era en la que Hollywood parece tener predilección por los reboots y los remakes para explotar la nostalgia del espectador, las hermanas Wachowski estrenaron una cuarta película en el año 2021, The Matrix Resurrections.

Para recordar sus virtudes en pro de su cumpleaños cinéfilo, en Infobae España hemos recopilado cinco razones que explican la longevidad de su trama y la importancia de su historia, cada vez más latente en una coyuntura dominada por la tecnología y la inteligencia artificial (IA).

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Una escena de 'The Matrix',
Una escena de 'The Matrix', estrenada en el año 1999 y creada por las hermanas Wachowski

Su estética andrógina

La imagen proyectada por Trinity (Carrie-Anne Moss) y Neo (Keanu Reeves) en las películas del universo Matrix se hubiese convertido en tendencia en las plataformas predilectas de la población centennial de haberse estrenado en la coyuntura actual. Veo a los jóvenes de todo el mundo recreando los looks de cuero negro y pelo engominado de los protagonistas conformados por las Wachowski. La plataforma de compraventa Vinted albergaría un récord de búsquedas basadas en sus prendas de ropa.

Las gafas de sol, el monocromatismo elegante, pero peligroso, de las tonalidades oscuras, los largos abrigos de charol y el misticismo de una imagen andrógina en la que hombre y mujer son uno. La sencillez de su presentación emborrona los límites del género, pues ni los atributos masculinos ni los femeninos se vislumbran en ellos. De nuevo, las hermanas detrás de la saga de ciencia ficción se adelantaron a su tiempo, pues años después la alta costura (y la sociedad) bebería de las influencias andróginas para cuestionar las barreras impuestas.

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Carrie-Anne Moss y Keanu Reeves
Carrie-Anne Moss y Keanu Reeves en una escena de 'The Matrix' (HBO Max)

Su metáfora ‘trans’

The Matrix no es una película que invite a la contemplación. Actúa de espejo y pone al espectador en una situación en la que la reflexión no sólo es bienvenida, más bien obligatoria. Tras su estreno en 1999, los espectadores intentaron descifrar el mensaje oculto de su guion, pero muchos se entroncaron con una realidad que se no desvelaría instantáneamente. Lo andrógino está relacionado con una de las metáforas presentes en la cinta: la experiencia de ser una persona transgénero.

Las hermanas Wachowski vivieron dicha situación a velocidades distintas. Lana fue la primera en hacer la transición de hombre a mujer. En una entrevista de 2012 con la revista New Yorker describió los problemas de disforia de género que padeció durante el rodaje de la segunda y tercera película de la saga. “Durante años, ni siquiera podía decir las palabras ‘transgénero’ o ‘transexual’”, contó. “Cuando comencé a admitirlo, supe que en algún momento tendría que decírselo a mis padres, a mi hermano y a mis hermanas”, añadió entonces.

Cuatro años después, en 2016, Lilly Wachowski se presentó con su nuevo nombre y aseguró que también se identificaba como una mujer transgénero en una entrevista con el periódico Windy City Times. Fue ella quien desveló la metáfora ‘trans’ de The Matrix. Todo en The Matrix tiene que ver con el deseo de transformación, pero todo venía desde un punto de vista encapsulado. “Teníamos el personaje de Switch, que era hombre en el mundo real y luego una mujer en Matrix”, detalló Lilly en un reportaje publicado en el canal de YouTube de Netflix Film Club. ¿Por qué no lo revelaron en el momento del estreno? “Esa era la intención original, pero el mundo no estaba del todo listo”, admitió entonces.

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Lana Wachowski junto a Carrie-Anne
Lana Wachowski junto a Carrie-Anne Moss y Keanu Reeves en la presentación mundial de 'The Matrix Resurrections' en el año 2021 (REUTERS/Fred Greaves)

La dualidad de su universo

Las películas clásicas de ciencia ficción se emborrona en sus películas, que presentan un universo paralelo que promete servir de cubo de agua fría para despertar a una población entumecida e inconsciente. Así, ingerir la píldora endo vídeos de TikTok como si de pipas se tratase. El caso de Matrix es distinto. Las hermanas Wachowski presentaron un mundo dependiente de la máquina, pero más allá del esoterismo de haberse transformado en Rappel al acertar el porvenir del ser humano, la doble pantalla de su universo sigue siendo uno de sus elementos distintivos.

La barrera entre la realidad y la ficción se emborrona en sus películas, que presentan dos mundos paralelos, pero conectador, uno de ellos sirviendo de cubo de agua fría para despertar a una población entumecida e inconsciente. Así, ingerir la píldora roja supone conocer una verdad inquietante que cambia la vida y tomar la píldora azul implica mantenerse en el conformismo de aquello que se conoce. Matrix se adelantó al metaverso, a la existencia contraria en un mundo completamente digital, a la monumentalidad física y el avatar electrónico como complemento.

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La escena de las píldoras
La escena de las píldoras en 'The Matrix'

La dependencia tecnológica

Verla 25 años después de su estreno genera escalofríos, sobre todo tras el auge (e intromisión) de la inteligencia artificial (IA) en todo tipo de labores lideradas históricamente por el ser humano. La distopía que posicionó a las máquinas como culpables de la falta de empleo y del fin de la humanidad no ha cumplido con sus promesas catastróficas, pero sí se ha acercado lo suficiente como para tenerle respeto a una herramienta que nos tiene amordazados. Copia voces, retoca imágenes con una soltura implacable y es capaz de generar fakes que comprometan a todo tipo de perfiles (famosos, políticos o gente de a pie).

En The Matrix, el futuro se presentaba como una evolución homogénea liderada por máquinas feroces y sin compasión. El objetivo era rebelarse contra ellas. Desde luego, el ser humano coyuntural no se va a posicionar en contra de un ente tecnológico que ameniza sus viajes en el transporte público, pero la dependencia mostrada hacia él si revela el ímpetu rebelde al que apelaban las hermanas Wachowski, que hace 25 años soñaban con despertar a la sociedad de su letargo.

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Keanu Reeves como Neo, el
Keanu Reeves como Neo, el personaje al que da vida en el universo Matrix creado por las hermanas Wachowski

Como el buen vino, mejora con el tiempo

Más de dos décadas pueden ser capaces de enterrar a una película en el cementerio del olvido. El tiempo es un elemento cronológico que eleva o tritura, de ahí que muchos largometrajes clásicos y de culto no hayan sobrevivido al paso de los años. No es el caso, sin embargo, de la obra universal de Lana y Lilly Wachowski. Atrevida, moderna, intrigante, filosófica, distópica con tintes realistas, conectada con la sociedad coyuntural pese a haber sido gestada en el año 1999 y con unos efectos especiales que poco tienen que envidiar a los actuales.

The Matrix y las cintas que la sucedieron dentro del mismo universo siguen siendo igual de relevantes, si no más. Por eso es considerada, no sólo una de las mejores películas de la historia en el género de la ciencia ficción, también una cinta de culto, imprescindible en cualquier listado y de visionado obligatorio.

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Una de las escenas míticas
Una de las escenas míticas de 'The Matrix', esquivar las balas a través de la elasticidad extrema

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