La Armada no encuentra jóvenes con vocación “para el servicio de las armas”: el 22% de los futuros marineros abandona durante la instrucción

131 de los 581 alumnos que empezaron el segundo ciclo de formación de 2023 han abandonado. La Armada reconoce que en la sociedad actual valores como la disciplina o el espíritu de sacrificio “son menos comunes de lo que lo eran hace unos años”

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Marineros de la patrullera Infanta Cristina
Marineros de la patrullera Infanta Cristina

El Boletín Oficial de la Defensa del pasado 19 de febrero da un dato demoledor: 131 de los 581 alumnos que comenzaron el segundo ciclo de formación de la convocatoria de 2023 habían decidido abandonar la instrucción y no formar parte de la Armada antes incluso de ser nombrados oficialmente marineros. “Son cifras alarmantes y eso que la Armada cuida especialmente a su personal, ya que necesita gente muy especializada y cualificada”, explica Marco Antonio Gómez, presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME). El dato supone que el 22,5% de los alumnos desistieron durante el periodo de formación, que dura siete meses.

Las causas son múltiples, pero desde ATME las resumen en que el salario es bajo y las condiciones laborales no son las mejores. “Defensa lo vende muy bonito en la fase de reclutamiento, pero una vez dentro de la Armada los alumnos van conociendo lo que les esperan y muchos renuncian durante la formación. Y eso que solo tenemos, de momento, el dato de abandono durante la formación, no cuando la terminan y se les asigna el destino. Ahí, ese número crece”, prosigue Gómez. Su asociación lleva años denunciando que hay que mejorar retribuciones y las medidas de conciliación familiar para hacer más atractivas, en general, cualquier rama de las Fuerzas Armadas.

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El sueldo anual neto de un marinero nada más terminar su formación es de 1.134 euros anuales. En la Armada, el compromiso inicial es de dos años, con dos posibles prórrogas más de otros dos años cada una. El problema, según ATME, no solo es el salario, sino los tiempos máximos de destino en función del rango y la unidad. Por ejemplo, un marinero que haya sido asignado a un buque con puerto en Cádiz está destinado, como máximo, cuatro años. Seis años si es cabo o cabo primero. “A los cuatro o seis años te tienes que ir de Cádiz. Es así de lógico. Así no se puede conciliar”.

Según ATME, las Fuerzas Armadas españolas tienen un déficit de 12.000 soldados y marineros. La última convocatoria de reclutamiento, hecha pública en enero, fija en 3.976 las plazas vacantes para incorporarse a las escalas de tropa y marinería, 580 de ellas en la Armada. “Según los datos que nos han facilitado, solo se han presentado 14.000 candidatos, y más de 2.000 se han caído en el proceso de presentar solicitudes. Luego vendrán las renuncias durante el proceso de formación. Hay un problema claro de reclutamiento”, explica Gómez, que compara, por ejemplo, estos datos con las últimas oposiciones en Correos. Hubo más de 55.000 aspirantes.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, a su llegada al acto de entrega a la Armada del submarino 'Isaac Peral' S-81 por parte de Navantia, en la Flotilla de Submarinos del Arsenal de Cartagena (Edu Botella - Europa Press)
La ministra de Defensa, Margarita Robles, a su llegada al acto de entrega a la Armada del submarino 'Isaac Peral' S-81 por parte de Navantia, en la Flotilla de Submarinos del Arsenal de Cartagena (Edu Botella - Europa Press)

Pero el Ejército, obviamente, es otra cosa. En el último número de la Revista General de Marina se reconoce que la Armada está inmersa en la lucha por “captar a los más aptos” para el desempeño y que no siempre es fácil diseñar “una oferta de valor ganadora” para atraerlos. “A todos los que amamos nuestra Armada y formamos parte de ella nos gustaría que el resultado de ser marinero o infante de marina se pudiera ‘vender solo’, contar con una masa de jóvenes con verdadera vocación para el servicio de las armas, con alma y espíritu de marinos. Pero, en la sociedad actual, valores atribuidos tradicionalmente a la milicia, como la disciplina o el espíritu de sacrificio, son menos comunes de lo que lo eran hace unos años. Por todo ello, podemos concluir que una gran parte del personal que se va a incorporar en cada ciclo viene movido por otras razones y motivaciones”, reza un artículo escrito por David Almeida, Magíster en Dirección y Desarrollo del Talento en la Defensa.

Captar a jóvenes de entre 15 y 29 años

Tanto el Ministerio de Defensa de manera general como la Armada en su Plan de Reclutamiento han establecido que el esfuerzo de captación debe ir orientado y adaptado a un público objetivo prioritario, cuyo intervalo de edad se sitúe entre los 15 y los 29 años, etapa que sería coincidente con la denominada generación Z. “Su llegada al mundo laboral no está exenta de conflictos. La mayor parte de ellos consideran positivos aquellos empleos que les permiten mejorar su vida personal, son menos tolerantes con los ambientes autoritarios y valoran más positivamente factores como la conciliación, el buen ambiente laboral, la capacidad de I + D y de ética de la compañía y la posibilidad de avanzar en su carrera profesional”, refleja Almeida en su artículo.

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De hecho, una encuesta realizada por Defensa señala que apenas un 15% de los entrevistados se decantaría por servir en la Armada por dos de los motivos más vocacionales que se les atribuyen a los militares, es decir, aquellos relacionados con la participación en operaciones y con el manejo de las armas. Para conseguir captar la cantidad suficiente de candidatos para cubrir la demanda anual de tropa para la Armada, el Plan Particular de Reclutamiento 2023 establece distintas líneas de acción. La principal es impartir conferencias en centros educativos al público objetivo.

Luego están la celebración de jornadas de convivencia con colegios y centros de formación de empleo; potenciar la difusión de información por medios telemáticos; organizar visitas de centros educativos a buques y a unidades de Infantería de Marina; participar en ferias y eventos; y aumentar la información en redes sociales sobre los procesos selectivos. En definitiva, la Armada reconoce que “se encuentra continuamente en la tesitura de tener que atender sus necesidades de personal joven y suficientemente capacitado para ocupar aquellos puestos que son, a priori, los menos atractivos desde el punto de vista vocacional”.

El cuartel militar más antiguo de España: se construyó hace casi 300 años y se puede visitar.
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