España solo tiene la mitad de los vehículos eléctricos comprometidos con la UE para 2025: las ayudas no bastan

La Comisión Europea cifra en 373.687 la flota española de vehículos eléctricos en 2023, lo que la convierte en una de las más reducidas respecto al parque total y queda lejos de alcanzar el objetivo de 800.000 el próximo año

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Un vehículo eléctrico Tesla durante una recarga. (EFE/Luis Tejido).
Un vehículo eléctrico Tesla durante una recarga. (EFE/Luis Tejido).

Los países de la UE han acordado avanzar en la movilidad eléctrica a marchas aceleradas para descarbonizar la economía, ya que el transporte es responsable de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, el 25% del total en el caso de España. Sin embargo, el ritmo de implantación de los vehículos eléctricos en cada estado miembro es muy distinto, así como el catálogo de incentivos a la compra que han aprobado los distintos gobiernos. Según el observatorio de combustibles alternativos de la Comisión Europea, creado a raíz de la Directiva 2014/94, España es uno de los países con poco peso de los vehículos eléctricos en su flota y está lejos de cumplir los objetivos fijados en el corto y en el medio plazo.

Con datos actualizados en marzo, España contaba con 373.687 vehículos eléctricos hasta 2023, resultado de sumar turismos, furgonetas, autobuses y camiones. Esta cifra supone menos de la mitad (un 46,7%), del objetivo comprometido con la Comisión: alcanzar los 800.000 vehículos en 2025. Se trata de una meta fijada por el Ejecutivo en el informe nacional de aplicación entregado a Bruselas en 2021, el cual también compromete 5 millones de vehículos eléctricos en 2030. Además, el Gobierno ha elevado en otro medio millón este último objetivo aprovechando la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.

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Será complicado alcanzar ambas cifras si el ritmo de implementación no aumenta en los próximos años y meses, algo que por el momento no parece estar sucediendo. Según los datos publicados este lunes por Aedive (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica), las matriculaciones de vehículos eléctricos puros e híbridos enchufables cayeron un 1,1% en el primer trimestre de 2024 en comparación con el año anterior. Un efecto negativo que atribuyen a la celebración de la Semana Santa en marzo, pero que también evidencia que no hay un crecimiento notable de ventas de eléctricos como para duplicar el parque actual en menos de dos años.

De hecho, la tasa de crecimiento de la flota de vehículos eléctricos que publica la Comisión no refleja una aceleración. Tanto en 2022 como en 2023, la flota de este tipo de vehículos ha crecido a un ritmo sostenido del entorno del 50% en el caso de los turismos y furgonetas, que suponen el 99,5% del total de vehículos eléctricos en España.

En comparación europea, otros siete países van aún más retrasados que España en sus compromisos: República Checa, Luxemburgo, Lituania, Hungría, Bulgaria, Eslovenia y Polonia. En el lado contrario, ocho estados superaron ya en 2023 el objetivo de 2025. En cuanto al peso de los vehículos eléctricos sobre el parque de cada país, en España los ligeros eléctricos (turismos y furgonetas) apenas supusieron el 0,85% del total de vehículos ligeros en 2023. Por delante hay otros 13 países, con Suecia (8,88%), Dinamarca (6,82%), Luxemburgo (5,75%) y Países Bajos (5,32%) a la cabeza.

Ayudas, puntos de recarga lenta y desconfianza

Los vehículos eléctricos tienen precios elevados y los años en los que se tenía que producir un auge en su compra han estado marcados por la crisis inflacionista, la pérdida de poder adquisitivo y un aumento de los precios de la vivienda. Además, las ayudas no son inmediatas, por lo que obligan a los interesados a contar previamente con el dinero o con la capacidad de financiación. Desde las distintas patronales del motor señalan que las bonificaciones fiscales y las subvenciones a la compra no están bien definidas y no resultan eficientes, por lo que son uno de los factores que explican el retraso en la introducción de los vehículos eléctricos.

Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) opina que en los planes Moves hay “falta de agilidad en la tramitación y la entrega de la ayuda al comprador”, lo que ha sido “su principal problema”. Cuentan con una amplia dotación económica, 1.200 millones de euros, pero “en muchos casos no son percibidos como ayudas, ya que pueden tardar hasta dos años en que se te entreguen”, explican fuentes de la patronal. Además, deben ser incluidas en la declaración de la renta como ganancia patrimonial.

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Respecto a la bonificación del 15% del IRPF aprobada en junio de 2023 y los nuevos préstamos ICO anunciados recientemente, Anfac celebra que son “un estímulo más”, pero consideran mejor el modelo de Portugal. “Seguir el ejemplo de Portugal con medidas como la deducción del Impuesto de Sociedades y del IVA para vehículos electrificados, principalmente en la compra del canal de empresas, puede acelerar la electrificación”.

Otro factor que frena la compra de vehículos eléctricos es la escasez de puntos de recarga lenta en las ciudades, que hacen necesario contar con uno propio en el domicilio o en el centro de trabajo disponible durante ocho o diez horas. Por otra parte, también influye en el volumen de compra la desconfianza de parte de los consumidores en la seguridad de los vehículos eléctricos. En los últimos meses han circulado vídeos virales de vehículos ardiendo en los que se asegura que son vehículos eléctricos, cuando realmente se trataba de bulos, según ha comprobado la fundación de fact-cheking Maldita. En un artículo reciente inciden en que “solo un 0,0012% de los coches eléctricos entre 2010 y 2020 sufrieron un incendio que afectó a su batería”.

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