Los precios altos del alquiler no corresponden solo a la situación de España: son muchos los países occidentales los que viven una crisis de la vivienda, cada vez más inaccesible para las clases modestas. Así, si Australia parece un destino de moda entre españoles que buscan una mejor calidad de vida, tampoco allí podrán encontrar unas rentas apropiadas. Este país se ha convertido en un lugar predilecto para los jóvenes que desean trabajar, viajar y estudiar. Los datos de la Oficina Australiana de Estadística muestran que en julio de 2023, llegaron 38.000 españoles con visado a su territorio, un 37% más que en el año 2019. Así, los vídeos en redes sociales que muestran cómo es la vida en la nación oceánica se vuelven virales rápidamente, debido al enorme interés que despierta.
Eso ha sucedido con una publicación en TikTok de María del Pino (@mariadpv_), que realiza un house tour, el conocido trend en el que los usuarios muestran cómo son sus casas por dentro. Esta vez, lo hace en su piso de Australia, por el que paga nada más y nada menos que 700 dólares a la semana, es decir, 2.800 dólares al mes (unos 1.690 euros).
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La joven vive en Brisbane y encontró un piso en el centro de la ciudad que comparte con otras dos personas por lo que ella paga unos 930 dólares mensuales (560 euros). Una de las particularidades que presenta es que está totalmente amueblado, lo que “es complicado en Australia”, según explica María. Aclara que el apartamento “es muy pequeñito”, pero le compensa al vivir “en el centro de Brisbane”.
Cómo es un piso en Australia: “No tiene ni balcón ni ventanas”
La casa que habita María tiene tres habitaciones, una para cada compañero; una estancia conjunta que hace las veces de salón, comedor y cocina (”estaba con todos los electrodomésticos”, comenta ilusionada) y un baño. La vivienda no viene sin sus características particulares: al no tener balcón, han de tender la ropa en el salón, estancia a la que dan las ventanas de la primera habitación, por lo que no se puede ventilar. Tampoco el baño, que no tiene ventanas.
Aun habiendo visto todas estas estancias, María aclara que “aquí no acaba todo”, pues su edificio ofrece muchas más cosas. Y es que la “mejor parte” de su complejo de viviendas no está dentro del apartamento, sino en la planta número cuarenta.
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A ese nivel de alturas, los residentes encuentran un gimnasio. “No es que tenga muchísimas máquinas, pero lo necesario para hacer cardio”, comenta. Lo especial para ella son “las vistas” y no es para menos: la imagen de la ciudad desde las alturas “es una maravilla”, en palabras de María. El edificio incluye hasta piscina, con una zona para descansar y una zona de barbacoa. Con todos estos extras, a sus seguidores no les parece nada caro.