Imágenes del bólido espacial que sobrevoló España, a su paso por Benicassim (Comunidad Valenciana). ((RED DE INVESTIGACIÓN BÓLIDOS Y METEORITOS (SPMN)/X)
Los últimos días han estado marcados por la incertidumbre: la aparición de un bólido espacial en el cielo español captó la atención de muchos e hizo saltar las alertas. El objeto sobrevoló el este peninsular durante la madrugada del viernes al sábado hasta perderse en el mar, al sur de la Comunidad Valenciana, según informó la Red de Investigación de Bólidos y Meteoritos (SPMN) del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC. En unos primeros momentos, algunas informaciones apuntaron a que podía tratarse de un misil, pero la hipótesis se descartó rápidamente. Posteriormente, las Fuerzas Aéreas de Alemania (Luftwaffe) afirmaron que se trataba de un satélite StarLink, del magnate sudafricano Elon Musk. Pero nada más lejos de la realidad.
Este lunes, el Centro de Operaciones y Vigilancia Espacial (COVE) ha expuesto sus conclusiones: se trataba de un meteoroide rozador y es un fenómeno natural. El centro, dependiente del Ejército del Aire y del Espacio, ha confirmado que el bólido “en ningún caso tenía las características ni comportamiento de un misil balístico”, algo que habrían respaldado desde el Centro de Vigilancia de Alertas de Misiles Balísticos del Mando Aéreo de la OTAN.
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Según explica el jefe del COVE, el teniente coronel Manuel Olmos, en una nota de prensa, “la naturaleza armamentística del fenómeno no era real”. También descartan que fuera un satélite privado de Starlink, como se sugirió por parte de la Luftwaffe. “La única información que damos como posible es que fue un meteoroide rozador”. Es decir, un asteroide que roza la atmósfera sin llegar a desintegrarse ni a caer.
El Centro de Operaciones y Vigilancia Espacial (COVE) en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz. (Marco Romero/Ministerio de Defensa) Los mandos militares han afirmado que existe un protocolo nacional e internacional de alertas espaciales y que, en caso de riesgo de caída o reentrada de un objeto espacial peligroso, se habría activado. Solo responde a los objetos de determinada masa, a partir de los 5.000 kilos, muy lejos del peso de un satélite Starlink, que no llega a los 300 kilos. De haberse tratado el bólido de este tipo de satélite, su masa es tan mínima que la atmósfera habría sido capaz de desintegrarla, por lo que “no se considera una alerta”, ha explicado Olmos.
De media el COVE observa más de 5.000 objetivos que a lo largo del día cruzan el campo de visión del radar español. Abarca una extensión desde los 200 hasta los 2.000 kilómetros de la órbita baja y media, donde operan la gran mayoría de objetos espaciales. Actualmente, hay unos 26.000 de estos objetos orbitando la Tierra, entre los que se incluye la basura espacial. No obstante, eso “no quiere decir que todos supongan un riesgo”, explicó el jefe del Mando del Espacio (MESPA), general de división Isaac Crespo.
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El COVE fue creado en el año 2019 y forma parte del Sistema Nacional de Vigilancia y Seguimiento Espacial. Su misión es la vigilancia del espacio ultraterrestre, en especial sobre lo que afecta al desarrollo de las operaciones militares de las Fuerzas Armadas.