Gisela da la bienvenida a Indiana, su primer hijo, a los 45 años: la odisea de la cantante para cumplir su sueño de ser madre

“Te estábamos esperando desde hace tanto que no nos lo podemos creer… ¡Eres nuestro sueño hecho realidad!”. Con estas palabras ha dado la bienvenida Gisela, a sus 45 años, a su primer hijo, un bebé que ha nacido este pasado sábado 30 de marzo y que se ha convertido en la mayor de sus alegrías. La que fuera concursante de Operación Triunfo 1 ha cumplido así su gran sueño de ser madre, pues durante años ha luchado para tener un bebé junto a su novio, José Ángel Ortega.

Tras una larga espera ya está con ellos Indiana, como han llamado al pequeño, al que ha presentado a todos sus seguidores de Instagram con una fotografía en la que se puede ver cómo la cantante y su pareja sostienen la mano del niño. Además, ha aprovechado la publicación para agradecer los cuidados que ha recibido en el hospital barcelonés Dexeus, donde ha venido al mundo al bebé. “¡Agradecidos a la vida!”, termina el texto Gisela, que da así la bienvenida a una nueva etapa de su vida.

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Quien la siga sabe que llegar hasta este momento no ha sido nada fácil para ella. Así lo contó ella misma en la revista ¡Hola!, donde desveló que quedarse embarazada había sido un “calvario” para ella, pues estuvo intentándolo durante cinco años. Primero lo intentó “de manera natural” y sufrió dos abortos y, con el tiempo, decidió buscar “otras alternativas”. “Con la edad, un aborto significa también todo un proceso de recuperación. Tienes que esperar, tu cuerpo tiene que restablecerse, y se nos echaba el tiempo encima”, contó.

Decidida ya por la fecundación in vitro, se sometió a “cinco estimulaciones”, con todo lo que ello conlleva. “Eso también es un proceso de mucha hormona, con muchos pinchazos…, en el que tu cuerpo sufre muchos cambios. Y de todo ese proceso solamente me quedó un embrión viable. Imagínate. Entonces, fuimos a por ese uno, que es este que está ahora aquí mismo dando caña”, dijo, refiriéndose a su bebé recién nacido.

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Por si fuera poco, unas semanas después de conocer que estaba embarazada descubrieron que tiene un desprendimiento del saco gestacional por el que tuvo que guardar reposo absoluto durante “casi dos meses”. Por si fuera poco, también ha tenido problemas de riñón y tuvo que acudir al hospital por un cólico nefrítico que no logró solucionarse.

“Consiguieron que la piedra volviera al riñón porque no salía, se quedó atascada y entonces llevo una sonda, un catéter, que lo tengo que llevar hasta el final del embarazo y eso la verdad es que está siendo bastante duro”, contó al tiempo a Europa Press, desvelando que hasta el nacimiento de su hijo tenía que permanecer así. “Es bastante incapacitante. Parece que es una tontería llevar ahí un catéter, pero es muy doloroso y molesto”, añadía.

Y cuando parecía que todo se había estabilizado, Gisela desvelaba en febrero que había tenido que ser ingresada por los fuertes dolores del riñón. “El bebé está bien y sigue dentro de la barriguota. Es mi riñón el que me ha llevado a volver a ingresar… pero de momento todo controlada. Estoy en las mejores manos”, escribía hace apenas unas semanas.