El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inicia este lunes una gira por Oriente Próximo de tres días que, en pleno Ramadán, le llevará a Jordania, Arabia Saudí y Catar para abordar el conflicto entre Israel y Hamás y la situación de Gaza, y defender como única solución viable la convivencia de dos Estados.
Sánchez planteará esa solución y ratificará la necesidad de un alto el fuego que permita la llegada de ayuda humanitaria a Gaza en las reuniones que mantendrá en Amán con el rey jordano, Abdalá II; en Riad con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán; y en Doha con el emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani.
La de Sánchez será la primera visita de un jefe del Ejecutivo español a Jordania y Arabia Saudí en quince años, y la primera a Catar en trece, ya que José Luis Rodríguez Zapatero fue el último en hacerlo en 2009 y 2011, respectivamente.
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Será también su primer viaje a la región desde que la pasada semana, junto con otros tres primeros ministros europeos, se comprometiera a reconocer el Estado palestino.
No se fijaron un plazo concreto para ello, pero Sánchez y sus homólogos de Irlanda (Leo Varadkar), Malta (Robert Abela) y Eslovenia (Robert Golob) aseguraron que lo harán cuando “pueda suponer una contribución positiva y las circunstancias sean las correctas”.
Aplauso árabe, crítica israelí
Ese compromiso fue un nuevo paso en la intención de Sánchez de que España reconozca el Estado palestino, porque en su debate de investidura ya se comprometió a trabajar para ello y a primeros de marzo anunció que en esta legislatura propondrá al Parlamento ese reconocimiento.
Una posición aplaudida por los países árabes y que con seguridad será agradecida por los líderes con los que se entrevistará en esta gira por Jordania, Arabia Saudí y Catar.
No así por Israel, quien ha recriminado a Sánchez que el reconocimiento del Estado palestino supone “una recompensa al terrorismo”.
Un nuevo roce diplomático de los que ha habido en los últimos meses entre España e Israel por la posición del Gobierno tras los ataques terroristas de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre, que Sánchez ha condenado rotundamente pero exigiendo a la vez una respuesta proporcionada que cree que no está ocurriendo ante la catástrofe humanitaria que vive Gaza.
Además de defender un alto el fuego (que el Consejo de Seguridad de la ONU reclamó por vez primera el pasado lunes), Sánchez viene apoyando mantener la ayuda a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) y defendiendo una conferencia internacional de paz que impulse la única solución que ve posible al conflicto: la convivencia de dos Estados, Israel y Palestina.
Reconocer también a Israel
Eso supone reconocer no sólo a Palestina, sino también a Israel, que aún no ha sido aceptado por muchos países árabes y musulmanes, y es lo que defenderá también en este viaje.
Jordania, el país que acoge el mayor número de refugiados palestinos en el mundo (algo más de dos millones, según cifras oficiales) y donde se suceden algunas de las mayores manifestaciones contra Israel, sí reconoce a este país desde 1994, pero no hay un reconocimiento oficial de este Estado por parte de Arabia Saudí y Catar.
Arabia Saudí e Israel han tenido un paulatino acercamiento que no ha desembocado aún en el establecimiento de relaciones diplomáticas y que se ha enfriado ante la situación en Gaza.
El mes pasado Riad exigió para reconocer a Israel que haya también un reconocimiento internacional de un Estado palestino sobre los territorios ocupados por los israelíes en 1967, y que incluyen Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.
Catar tampoco reconoce a Israel, pero dialoga con este país, está jugando un papel muy relevante de mediación en el conflicto junto a Egipto y Estados Unidos, y alberga negociaciones entre las partes para intentar acordar un alto el fuego.
La gira del presidente del Gobierno se ha concretado después de las visitas que en los últimos meses ha realizado a la región el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y tiene eminentemente carácter político, pero también habrá una vertiente económica y comercial.
La noche del lunes llegará a Amán y se verá al día siguiente con el rey de Jordania, con quien se reunió en diciembre pasado en Madrid.
Interés saudí por Telefónica
El mismo martes se trasladará a Riad, y en su reunión con el príncipe Bin Salmán, el presidente del Gobierno tendrá la oportunidad de abordar, aparte de la situación en la región, la decisión del grupo saudí STC de adquirir el 9,9 % de Telefónica, a lo que el Ejecutivo respondió anunciando que se hará con el 10% de la compañía para salvaguardar su capacidad estratégica.
Tras el interés saudí, Sánchez afirmó que esa decisión no afecta a la relación bilateral, que dijo que es “extraordinaria” y que esperaba seguir fortaleciendo.
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El pasado lunes Telefónica comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que la SEPI había comprado ya el 3,044 % de sus acciones, y la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, comentó al día siguiente que esperan que se alcance el 10 % “en el menor tiempo posible” y “siempre que no afecte a la cotización” de la compañía.
STC Group ya adquirió en septiembre el 4,9 % de sus acciones y pretende llegar al 9,9 % en el plazo de un año.
Por otro lado, Arabia Saudí (que alberga la Supercopa de fútbol española tras una decisión por la que está siendo investigado, entre otros, el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales), ha recibido este mismo mes la última de las cinco corbetas que encargó a Navantia.
Un contrato de algo más de 1.800 millones de euros firmado en 2018 y que fue el mayor de la historia de los astilleros públicos españoles con un cliente extranjero.
Navantia aseguró en septiembre pasado que seguía negociando con Arabia Saudí la formalización de otro contrato que podría rondar los 2.000 millones de euros para construir otras cinco corbetas y negó que el reino árabe hubiese paralizado el proyecto, pactado un año antes, a raíz de la situación provocada por el interés en Telefónica.
Inversión catarí
La última etapa de la gira será Catar, donde Sánchez pernoctará el martes y desarrollará al día siguiente una agenda que incluye su reunión con Al Thani, con quien ha coincidido en diversas ocasiones y con quien se reunió durante la visita que el emir catarí realizó a España en mayo de 2022.
Al Thani anunció entonces que su país invertiría en los próximos años en España casi 5.000 millones de euros.
De la marcha de esas inversiones podrá hablar con él Sánchez, quien, a falta de confirmación oficial de su agenda, prevé mantener en Catar un contacto con empresarios españoles con intereses en este país.
La visita de Sánchez se realiza en plena celebración del Ramadán, el mes de ayuno musulmán en el que está prohibido comer, beber, fumar e incluso mascar chicle en público desde el amanecer hasta la puesta de sol, unas reglas que se aplican de forma estricta en dos de los países de la gira, Arabia Saudí y Catar.
*Con información de EFE