Rocky Balboa. Este es el nombre del ficticio boxeador, interpretado por Sylvester Stallone, más famoso del mundo. Rocky es incluso más conocido que los mismos profesionales de este deporte. Y es que más allá de la popular saga, en España, hasta hace no mucho, poca relevancia tenía el boxeo. O el muay thai, las MMA (artes marciales mixtas por sus siglas en inglés) o el resto de deportes de contacto. Sin embargo, no siempre fue así.
Antes de la etapa democrática en el país ibérico, los deportes de contacto, especialmente el boxeo, gozaban de cierto reconocimiento. En los años 70, cuando este deporte alcanzaba su época dorada, igualando casi al fútbol, coincidieron varios factores que mermaron su fama. Por un lado, la llegada de la democracia. Con ella, se quiere dejar atrás todo lo relacionado con la violencia característica de la época inmediatamente pasada, explica Raúl Sánchez, coordinador del Grupo de Sociología de Deporte de la Federación Española de Sociología que, desde hace años, estudia la evolución de los deportes de contacto en España. Por otro lado, se producen dos muertes muy seguidas en el ring, la de Rubio Melero y la de Salvador Pons, que propician la aparición de un fuerte movimiento en contra del boxeo. “Se crea un clima social muy adverso”, explica el sociólogo.
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Con el tiempo, esa “visión tan negativa ha ido perdiendo peso. Luego, estallaron las MMA, primero en Estados Unidos a mitad de los 90.” En Europa el desarrollo fue más lento porque “había una mayor oposición tanto de la opinión pública y los legisladores como de otros deportes de contacto olímpicos, como el judo francés, uno de los mayores actores que no querían permitir el desarrollo de las MMA en Europa”.
Poco a poco, los deportes de contacto -o de combate como los llaman en el resto del mundo- han ido encontrando su hueco. Tanto es así que en 2023, en España, entre entrenadores y deportistas, había casi 10.000 licencias masculinas de deportes de contacto más que en 2017. Igualmente, en el mismo periodo de tiempo, el número de licencias femeninas llegó a crecer más del doble, según datos oficiales ofrecidos por la Federación Española de Boxeo.
“Las guerras afectan al sentir de la gente”
‘La velada del año’, organizada por el streamer Ibai Llanos o ‘La velada de Jordi Wild’, organizada por el youtuber catalán, más allá de las polémicas que hayan podido generar con los profesionales del sector, han ayudado a la sociedad a familiarizarse con ciertos conceptos de estos deportes. Adoptando el formato clásico de una velada de boxeo, estos creadores de contenido organizan eventos en los que se disputan peleas no profesionales y se dan combates poco reglamentarios, como enfrentamientos de tres contra uno, que siempre generan cierto morbo entre la audiencia.
Llanos y Wild sembraron un ‘semillita’ que explotó cuando llegó Ilia Topuria a romper todo récord hasta el momento. Un poco de suerte y, por supuesto, mucho trabajo: el chaval era bueno y apostaron por él sin saber muy bien donde iba a llegar. “Ha sido mucha casualidad que una persona sea tan tan buena en un desierto, porque aquí [en España] no había la estructura para generar eso”, explica Sánchez.
Raúl Sánchez habla de un tercer componente que sumado a las veladas “circenses” -como las califica el presidente de la Asociación Española de MMA (AEMMA) Chinto Mordillo- de los streamers y al boom de Topuria, está actuando como agente en la sombra para la popularidad de los deportes de contacto. El sociólogo está convencido que el momento “turbulento” en el que nos encontramos debido, sobre todo, a las guerras iniciadas recientemente, “también afecta al sentir de la gente”.
Por último, el revival del boxeo, comenta Sánchez, está relacionado también con “una idea de masculinidad que se ha puesto en entredicho. La cuestión de género en el boxeo sigue siendo muy masculinizada”. A pesar de esto, el número de chicas que practican este u otros deportes de contacto ha aumentado notablemente y se han forjado nuevos referentes jóvenes como Laura Fuertes, clasificada para los próximos Juegos Olímpicos de París en 2024, o Laura Barceló, que afirma que en este deporte sigue habiendo todavía mucho machismo pese a que ella ha brillado entre chicos.
Pero no solo crece el boxeo. El año pasado, la AEMMA cerró con unas 850 licencias de gimnasios donde practicar artes marciales mixtas. Ahora, en lo que va de 2024, llevan ya 1.500, confirma Chinto Mordillo. Un aumento de más de 600 licencias en poco más de tres meses. “En Estados Unidos, China, Asia, Rusia… las MMA han sido muy importantes. Aquí nos está costando mucho, especialmente en el deporte femenino. Solo se hablaba del fútbol, pero en España tenemos tres campeonas del mundo de MMA. Pasa que, hasta ahora, no habíamos tenido este empuje, sobre todo, mediático”.
La incorporación de mujeres en estos deportes, clave para su popularidad
De la cuestión de género en los deportes de contacto habla María Martín, profesora en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y especialista en incorporar la perspectiva de género a la investigación social aplicada a la educación física y el deporte. El aumento de la fama de estos deportes también se debe a una incorporación creciente de las mujeres en estas prácticas.
Durante el franquismo, los deportes de contacto estaban prohibidos para el sector femenino. No fue hasta la década de los 2000 que el boxeo femenino empezó a despegar con Esther Páez y, más adelante, con Joana Pastrana, María Jesús Rosa o Soraya Sánchez. Pero en los últimos años, “ha habido un salto, un trampolín, y el fútbol femenino está siendo el tractor en este proceso de cambio”, explica María.
Coautora del estudio Actividades Físicas y Deportivas de las Adolescentes, financiado por la fundación MAPFRE y con la colaboración del consejo COELF, Martín constata que hay un interés creciente del sector femenino hacia los deportes de contacto. Según el estudio, el 7,7% de las chicas adolescentes, frente al 6,3% de los chicos, están interesadas en hacer alguna actividad de contacto, especialmente, artes marciales. “Son actividades que las empoderan”, sentencia María.
Hay que poner especial atención en el aumento que han experimentado las licencias femeninas, explica Carlos Utrilla, secretario del Comité de Boxeo Profesional de la Federación Española de Boxeo (FEB). Este profesional coincide con que el factor Topuria ha sido clave para la popularidad de los deportes de contacto. Pero menciona otro nombre que puede garantizar la continuación de esta popularidad. De nuevo, Laura Fuertes. Y es que esta joven asturiana será la primera mujer española en participar en la modalidad de boxeo en unos Juegos Olímpicos, marcando así un antes y un después en el mundo del deporte femenino.