La reivindicación de ‘Cowboy Carter’: el álbum con el que Beyoncé rinde homenaje a la música ‘country’ negra

Beyoncé se ha convertido en la primera mujer negra en liderar la lista de éxitos country de Billboard gracias a Texas Hold ’Em, el primer adelanto de Cowboy Carter: la segunda parte de la trilogía musical que la artista estadounidense comenzó con Renaissance (2022). Una victoria poética que pone de manifiesto la falta de diversidad de un género que, más allá de la idiosincrasia del vaquero, había vivido ensimismado con perfiles à la Dolly Parton y Taylor Swift, cuyo primer disco la convirtió en la promesa de una música que se interpretaba con vestidos vaporosos y botas de cuero. Mujeres rubias de tez blanca y ojos claros que alaban a Dios y le piden que su amado regrese lo antes posible.

Beyoncé (que nació en Houston, Texas) se topó con el desencanto y el rechazo del que entra a un espacio en el que no es bienvenido. En 2016 acudió a los Country Music Association Awards, los premios más importantes del género, para cantar junto a The Chicks (la banda que enfadó a la industria del country tras oponerse públicamente a George W. Bush en pleno cisma por la Guerra de Iraq en 2003). Por aquel entonces, la estadounidense se había aventurado a probarse el sombrero de vaquero con Daddy Lessons (que formaba parte del álbum Lemonade) la primera canción con la que metía el pie en el género.

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Tras su actuación, la web de los premios no mencionó la interpretación de ambas por ninguna parte. Un borrado completo que hizo reflexionar a Beyoncé. “Este álbum lleva más de cinco años gestándose. Nació de una experiencia que tuve hace años en la que no me sentí acogida... y estaba muy claro que no lo era”, afirmó recientemente, haciendo referencia al episodio de 2016. La venganza se sirve fría, pero en el caso de la estadounidense, cuenta con un aperitivo histórico que reivindica a la comunidad afroamericana en el género.

“A raíz de esa experiencia, profundicé en la historia de la música country y estudié la riqueza de nuestro archivo musical. Me encanta ver cómo la música puede unir a tanta gente en todo el mundo, al tiempo que amplifica las voces de algunas de las personas que han dedicado gran parte de su vida a educar sobre nuestra historia musical”, señaló. Casi una década después, Beyoncé no sólo quiere desafiar a los detractores de un género de actitudes déspotas y clasistas, también redefinir sus preceptos sonoros. “Las críticas que recibí cuando empecé a trabajar en este género me obligaron a superar las limitaciones impuestas. Act ii es el resultado de desafiarme a mí misma y de tomarme mi tiempo para mezclar géneros”, explicó.

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Cowboy Carter, que llega este viernes 29 de marzo, es el resultado de todo lo anterior: una rabia contenida, un ímpetu por comprender las imposiciones de un género históricamente racista y un ejercicio de poder. Si alguien tiene licencia para meterse en todos los charcos musicales que se precien, esa es Beyoncé, la mujer con más premios Grammy de la historia (32). De momento, hay dos adelantos ya publicados. El mencionado Texas Hold ‘Em y 16 Carriages.

Este miércoles, la estadounidense publicó el listado de canciones de compondrán este nuevo proyecto musical que, parece, tendrá muchos guiños hacia elementos cronológicamente históricos del country: vaqueros Levi’s, Jolene de Dolly Parton y una águila. Los rumores apuntan a que el segundo acto de la artista emulará a una estación de radio del género, con interludios, anuncios y grandes colaboraciones. Miley Cyrus y Post Malone (además de la propia Parton) son dos de los nombres confirmados.

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Años después de la criticada actuación junto a The Chicks, Beyoncé sigue sufriendo el racismo sistémico de los magnates del género, considerándola como una extranjera de sus partituras. “No ponemos a Beyoncé porque somos una emisora de música country”, espetaron recientemente en la emisora estadounidense KYKC, especializada en el género, después de que un oyente pidiera uno de sus nuevos temas. La información, que viaja más rápido que un cohete de SpaceX, llevó al dueño a aclarar lo vertido en la emisión después de la críticas de “racismo y discriminación flagrantes”.

“En un principio nos negamos a ponerla de la misma manera que si alguien nos pide que pongamos a los Rolling Stones en nuestra emisora country”, declaró el director general Roger Harris, que no había sido informado de que una de las artistas más importantes de la industria se había lanzado (de nuevo) al género. “Mi esperanza es que, dentro de unos años, la mención de la raza de un artista, en lo que se refiere al lanzamiento de géneros musicales, sea irrelevante”, espetó Beyoncé al anunciar Cowboy Carter.

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El relato de tres partes comienza a coger sentido. Reinaissance era una oda a la cultura del ballroom, un homenaje a los pioneros afroamericanos que crearon tendencia en los suburbios neoyorquinos al celebrar la diversidad en todas sus aristas. El que haya visto la serie Pose o sea un acérrimo de RuPaul’s Drag Race entenderá el poder de sus reivindicaciones. La corriente subversiva que celebró a las minorías y, ante todo, la libertad creativa, es sólo la primera parte de un articulado plan con el que la cantante pone de manifiesto el peso de la comunidad negra en la conformación del relato musical (y cultural) de Estados Unidos.

Primero fue el voguing, un testamento artístico que inspiró a Madonna para componer Vogue, uno de sus grandes éxitos (que poca gente asoció a las comunidades relegadas al destierro social). Ahora, Beyoncé hace lo propio con el género más escuchado en su Texas natal, reivindicando a las figuras afroamericanas que, desde la sombra a causa de la segregación social de la época, enriquecieron el country y, por ende, la música.

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Otro de los acertijos que se esconden detrás de Cowboy Carter es el de Beyincé, el que habría sido el nombre real de la familia de la artista. Su madre, Tina Knowles, explicó que Beyoncé (su apellido de soltera) nació de un error ortográfico en su partida de nacimiento, una confusión que se produjo en una época de “mucha segregación”. “¿Por qué el nombre de mi hermano se escribe B-E-Y-I-N-C-E?”, recordó haberle preguntado Knowles a su madre, una anécdota que contó en un episodio del pódcast In My Heart, de Heather Thomson, en septiembre de 2020.

Ella y Skip eran los únicos (de un total de siete hermanos) que tenían Beyoncé en su partida. Agnéz Beyincé, su madre, intentó solicitar que se corrigieran los documentos, pero le dijeron: “Alégrate de recibir un certificado de nacimiento”. De esta forma, la cantante estadounidense reivindica sus orígenes más allá de la música country.

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Beyoncé afirma que, durante cinco años, ha estudiado los pasajes del género para comprender mejor su peso y el borrado de las figuras afroamericanas en dicho. Otro elemento que destaca el poder narrativo de Cowboy Carter ha sido la manera en la que la artista ha desvelado las canciones que formarán parte del disco: un póster que se asemeja a aquellos del Chitlin’ Circuit. El nombre que hacía referencia al conjunto de locales (como por ejemplo el Cotton Club o el Victory Grill) en Estados Unidos en los que músicos, actores y artistas afroamericanos se exhibían con libertad durante el periodo de segregación racial en el país.

El Chitlin’ Circuit no tardó demasiado en mutar a una cantera de talento legendario: Jimi Hendrix, Aretha Franklin, BB King, Ray Charles, Tina Turner, Nina Simone, The Supremes, Otis Redding o Patti LaBelle. Su nombre deriva del término chitterlings, un plato guisado elaborado con intestinos de cerdo convertido en el entrante estrella de la soul food, las recetas tradicionales afroamericanas en los estados confederados.

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