La Cámara de Cuentas no solo será el nuevo retiro dorado de Joaquín Leguina, expresidente socialista de la Comunidad de Madrid. El PP en la Asamblea regional también quiere que Carlos Salgado, que lleva desde enero de 2001 como consejero de este ente público, continúe seis años más en el cargo, lo que conllevará que si cumple su mandato sume 29 años en el puesto. Salgado es el único de los siete nuevos consejeros propuestos por los grupos parlamentarios que renovará si obtiene la mayoría del Parlamento, algo que se da por descontado.
La Cámara de Cuentas fue creada en 1999 bajo el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón. Es el órgano encargado de fiscalizar los contratos y los gastos del Ejecutivo autonómico, ayuntamientos de la región, universidades y todo tipo de entes y empresas públicas. Dos años después, en enero de 2001, eran nombrados los primeros consejos. Ahí desembarcaba ya Salgado. Fue reelegido en 2006 y en 2012 (con Esperanza Aguirre en el poder). Desde 2018 se mantiene en el cargo a pesar de que todo el consejo tendría que haber sido renovado ese año. No lo fue. Llama la atención que en todo estos años la Cámara no haya elaborado un reglamento de organización y funcionamiento, como marcaba la ley de 1999.
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Actualmente, solo hay cuatro consejeros (Salgado hace las funciones de presidente y vicepresidente) en la Cámara de Cuentas. Los cuatro trabajan con su mandato caducado. Una anomalía que acabará en marzo. Está previsto que bien en el Pleno del día 4 o del día 11 la Asamblea elija a los siete nuevos consejeros. Al PP le corresponde elegir a cinco: Joaquín Leguina, Francisco Cabrillo, Graciela Soledad García, Ana Cossío y Carlos Salgado. Más Madrid ha propuesto a la economista Verónica López y el PSOE a Otilia Armiñana, una funcionaria de la Cámara.
Aunque el foco mediático de los nuevos nombramientos se lo ha llevado Joaquín Leguina por ser propuesta del PP a pesar de su pasado socialista (el PSOE le expulsó en diciembre de 2022 por apoyar a Isabel Díaz Ayuso), Carlos Salgado, todo un superviviente, ha conseguido seguir en la terna de elegidos pese a que se esperaba una renovación total. Es Licenciado en Derecho y miembro del Cuerpo de Intervención Militar de la Defensa. Tiene 69 años y si cumple todo el mandato estará hasta los 75 años en el Consejo de la Cámara.
El artículo 32.4 de la ley que regula la actividad de la Cámara de Cuentas establece que sus consejeros tendrán las mismas retribuciones que los consejeros que forman parte del Gobierno regional. Desde 2011 el salario de Salgado es, por tanto, de 100.556,52 euros anuales. Además, los consejeros que tienen la condición de funcionarios de carrera (como Leguina y Salgado) perciben los trienios reconocidos. La labor de los consejeros es dirigir las unidades de fiscalización de la Cámara (hay seis) y supervisar la elaboración de los informes que, cada ejercicio, solicitan los diputados madrileños a través de la Comisión de Hacienda. Los consejeros también pueden proponer que la Cámara realice determinados informes.
Tras la última reforma aprobada en diciembre de 2023 por el Ejecutivo regional, los consejeros son nombrados si reciben la aprobación de tres quintos de la Asamblea de Madrid. En principio, no habrá problema para que los siete sean elegidos en abril. Vox se ha quedado sin tener representante porque los populares no han querido cederle uno de los puestos. Luego, los propios consejeros eligen al presidente. Habrá que ver si Salgado sigue en el puesto. Leguina, con 83 años, no lo será. En las quinielas suena Francisco Cabrillo, catedrático de Economía Aplicada, licenciado en Derecho y ex presidente del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid. Cabrillo también fue el director de la tesis de Rocío Albert, actual consejera de Economía, Empleo y Hacienda del Gobierno de Ayuso.
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La elección del presidente es clave, porque es él quien reparte a los distintos consejeros los proyectos de fiscalización que se aprueban en la Asamblea. Por su parte, la elección de Joaquín Leguina define, en cierto modo, el modo de hacer política de la presidenta madrileña. Para Ayuso Leguina se ha convertido en el ejemplo de un PSOE que ya no existe y que la presidenta madrileña quiere contraponer al que ahora lidera el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El PP sabía que la elección de Leguina iba a molestar a Sánchez y a los socialistas madrileños.