Aunque todos los españoles saben de las recetas y hazañas de Karlos Arguiñano, pocos conocen su vida privada. Es el rey indiscutible de los mediodías de Antena 3 desde hace más de treinta años, pero a pesar de ser un personaje cantarín, cómico y con don para la conversación ante las cámaras, no es habitual oírle hablar sobre él y su familia.
Por eso, lo que ocurrió el pasado martes en su programa fue un momento inédito. El de Beasain se abrió como nunca sobre uno de los momentos que marcó un antes y un después en su vida y en la de su mujer, Luisi Ameztoy, junto a la que, actualmente, disfruta de más de cincuenta años de matrimonio.
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El televisivo comenzó hablando de su hijo mayor, al que quiso dedicar unas palabras por su cumpleaños. “Estoy de celebración. Hoy hace 49 años que nació mi primer hijo. Un hermoso niño al que le pusimos de nombre Eneko”, afirmó Arguiñano y además hizo una broma respecto a la edad: “Ya tengo hijos casi cincuentones”.
Sin embargo, lo que vendría a explicar después era sobre un tema menos festivo. El cocinero y su mujer siempre habían soñado con tener una gran familia y, a pesar de que a día de hoy lo hayan cumplido y de tener siete hijos, el camino hacia la paternidad fue cuesta arriba para ellos.
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Una triste anécdota para los Arguiñano-Ameztoy
El televisivo aprovechó la felicitación a su primogénito para hablar a corazón abierto de su familia y del imprevisto que les sucedió antes de traer al mundo a Eneko. “Tuvimos dos abortos de siete meses. Fue una tragedia en nuestra casa”, lamentó el profesional culinario.
“A nosotros que nos gustaban tanto los niños... y los dos primeros nacieron muertos, después de siete meses de embarazo”, explicó con tristeza Arguiñano. “Menuda pena nos dio. Cómo lloraba Luisi”, recordó el cocinero en pleno directo de su programa.
Él, por su parte, fue el apoyo incondicional que su mujer necesitaba en esos momentos. “Yo le animaba. Le decía ‘estate tranquila, que tienes un pedazo de marido. Vamos a tener familia, fijo”, relató el de Beasain, haciendo referencia a sus deseos de ser padres.
Siete hijos no son multitud
Desde Eneko, el mayor del clan hasta Joseba, el más joven del clan y responsable de la repostería del restaurante que tiene su padre en propiedad. Y lo cierto es, que no es el único de los hermanos que ha seguido los pasos de su padre y se ha lanzado a la aventura del mundo culinario. “Han nacido en el negocio. Estos de hostelería saben mucho”, bromeó el televisivo.
Empezando por Eneko, el metre del Hotel Restaurante Karlos Arguiñano. Detrás de él, figura Zigor, jefe de cocina en el citado establecimiento. Un alto cargo en el negocio familiar, si no fuera porque lo comparte con su hermana María, la joven que adoptó la pareja en un viaje a Argentina.
Otro de los integrantes del clan Arguiñano-Ameztoy es Martín, que también pone su granito de arena en el negocio familiar ocupándose de la gestión administrativa del mismo. Otro apasionado del mundo culinario es Joseba, el más pequeño de los siete, que se ha decantado por la repostería.
Por otro lado, está Amaia, también empresaria como su padre, pero alejada de las cocinas: la joven dirige Bodega K5 de vino chacolí. Y finalmente está Txarli que tiene una vocación profesional muy diferente y nada relacionada con la de sus hermanos: trabaja como director de fotografía de cine.