Hace menos de un año Irene Villa compartía una felicísima noticia, su compromiso con David Serrato. Tras un noviazgo muy dulce del que presumían en sus redes sociales, el coach decidía añadir formalidad a su historia y le pedía matrimonio, cumpliendo uno de los deseos de la periodista. Tras unos meses de planificación, este miércoles ha anunciado oficialmente su boda a través de una entrevista para ¡Hola! en la que han contado todos los detalles de cómo será el día.
Si bien el coach también sale en las fotografías, quien tiene la voz cantante es Irene, que responde a todas las preguntas y, como es habitual en ella, lo hace derrochando positivismo e ilusión por lo que está por venir. “Nos casaremos el 21 de septiembre, en el monasterio de Santa María de la Vid. Está al lado de Burgo de Osma y es mágico”, cuenta la periodista, que desvela el curioso motivo por el que han elegido este lugar: “Es muy gracioso, porque mi hijo Eric llama ‘Lavi’ a David. Por eso, cuando conocí el monasterio, dije: ‘este es el sitio’”.
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Pese al lugar, la suya va a ser una boda civil que celebrarán en los exteriores y que, como curiosidad, cuenta con la bendición religiosa del padre Ángel. “Nos dio su bendición en julio del año pasado. El Papa Francisco ha aprobado oficialmente que los sacerdotes puedan dar una bendición a parejas en situación irregular”, añade.
En este día tan especial estarán acompañados por sus amigos y familiares más cercanos. “La boda será muy familiar, bastante íntima. Habrá 150 invitados y unos 40 van a ser niños”, sigue la deportista, que también habla sobre su vestido de novia, una pieza que estará diseñada por Silvia Fernández y que “tendrá mi esencia, no voy a estar disfrazada”.
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Sobre cómo fue la pedida de mano, Villa cuenta que fue un día en el que “entre lágrimas, David me dijo que quería formalizar nuestra situación por mis hijos, que le he dado una familia con ellos. Me puse a llorar. ¡Como para no hacerlo!”. Su futuro marido no tiene hijos, y es que esto era un requisito que ella quería para una pareja porque “hice una lista de deseos para encontrar una pareja y pedí que no tuviera hijos, porque todo se complica. Sé de lo que hablo”.
Pese a esto, la madrileña reconoce que “si David me hubiera llegado un pelín antes, por supuesto tendría un hijo con él. Él dice que, si le dejo ayudarme con los míos, tendrá esa parte de la paternidad completa”.
Casados, pero no juntos
Uno de los detalles más curiosos de su matrimonio será que, pese a darse el ‘sí, quiero’, cada uno seguirá haciendo su vida como hasta ahora, pues Irene reside en Madrid y David en Soria. “Nos queremos casar porque queremos celebrarlo todo”, explica Irene Villa, que añade las ventajas que ve a la distancia, porque “nos echamos muchísimo de menos, pero los reencuentros son alucinantes”.
Además, añade que su prometido “ha adaptado su casa para mí”, por lo que cada vez estará más en Soria. “Antes todo eran escaleras y, ahora, nuestra cama está en el salón. Además, me ha hecho un baño adaptado, la cocina... Pinta que voy a estar más tiempo en Soria de lo que pensaba. Me gusta mucho estar allí”, sentencia.