La venta de electricidad a cero euros ha ocupado numerosos titulares en lo que llevamos de año, pero esto no siempre fue así. En 2022 los precios subieron debido a la inflación y a la guerra de Ucrania. Ahora, entre los primeros 72 días del año (del 1 de enero y el 13 de marzo) ya se han registrado tantas horas de luz gratis como en todo el año pasado: 108 horas en lo que va de 2024 frente a las 109 de todo el 2023. Sin embargo, expertos consultados por Infobae España han asegurado que lo que es positivo para los consumidores, a la larga, puede suponer un problema para el sector. Las grandes energéticas llevan meses alertando que esto es insostenible.
Ya en el mes de septiembre del año pasado, algunos de los principales responsables de las compañías energéticas alertaron que el precio cero desincentiva las inversiones en renovables y la creación de valor. “El actual mercado no va a ser operativo a corto y medio plazo. La venta de electricidad a cero euros que estamos viendo algunos sábados y domingos es insostenible”, advirtió el presidente de TotalEnergies Electricidad y Gas en el VIII Foro de Energía La revisión del PNIEC celebrado el pasado septiembre.
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Meses después, el sector continúa ahogado: el hundimiento del precio de la luz se produce cuando las energías renovables más baratas, como la fotovoltaica y la eólica, son capaces de cubrir toda la demanda nacional de electricidad. Dado que no pueden almacenarse, y sino se perderían, entran en el mercado a precios muy bajos o, como ya se visto a lo largo de este año, incluso a cero. Esto es un problema para las propias empresas porque con esos precios no pueden acaparar los costes.
Reducir el consumo de petróleo y gas
Por ello, una de las medidas para hacer frente a los intereses económicos del sector, y a su vez a la defensa del medio ambiente, es la electrificación de la demanda para reducir el consumo de petróleo y gas. Un concepto que se refiere a utilizar únicamente energía eléctrica con el objetivo de reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
“Si tú inviertes un dinero en poner una central solar, necesitarás ver unos precios que sean suficientes para tener una recompensa de esa inversión, explica a Infobae España Marcial González, ingeniero electrónico industrial especializado en energías renovables. “Al final, si electrificamos más consumo y aumentamos la demanda, vamos a hacer también que aumente el precio de mercado de energía”, añade.
Para ello, apuesta por cambiar, por ejemplo, el transporte. “El tema del transporte es lo más claro, pues en su mayoría funciona mediante combustibles fósiles”, añade. Otra forma de electrificar es integrar bombas de calor (aerotermia). “Consiste en ir sustituyendo, sobre todo las calderas diesel, que tenemos todavía muchas en España por sistemas de calefacción electrificados”, puntualiza.
González también explica que “van a aparecer demandas industriales nuevas que requerirán altos consumos de energía eléctrica”, como es el caso de los centros de datos. En la actualidad, los centros de datos son responsables de hasta el 3% del consumo mundial de electricidad, pero como bien indica el experto, uno de los motivos por los que se instalan en nuestro país es por “nuestro bajo precio energético”. De la misma forma, también se prevé es la instalación de fábricas, como la futura gigafactoría de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos de Navalmoral de la Mata, en la provincia de Cáceres. “Todas esas cositas al final lo que van haciendo es que nuestra forma de consumir energía sea más eléctrica y menos basada en los combustibles fósiles”, señala.
“La inversión automáticamente se convierte en ruinosa”
De la misma manera, Mario Sánchez-Herrero, asegura a Infobae España que “todo el sector de renovables está muy preocupado” porque si no aumenta la demanda los precios de luz a horas cero va a continuar “durante buena parte del año”, lo que es un riesgo porque “la inversión automáticamente se convierte en ruinosa”.
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Él también es uno de los profesionales que aboga por esta medida como una solución para hacer converger la regulación del precio de mercado con el impacto medioambiental que genera la producción de gas, petróleo o carbón. “El desafío que tiene ahora mismo nuestro país es el despliegue de un mayor número de centrales de generación renovable, eólica y fotovoltaica”, puntualiza. “Queremos que se consuma mucha más electricidad, no porque seamos despilfarradores, sino porque cambiamos esos vectores energéticos fósiles del petróleo, carbón y gas directamente y lo cambiamos por electricidad”, explica.
De hecho, electrificar la demanda es un asunto pendiente para el Gobierno. De hecho, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, actualizado con la aprobación de la Comisión Europea en este mes de enero, recoge como uno de sus pilares la electrificación basada en un origen verde. El documento contempla que, para descarbonizar la atmósfera, es necesario desarrollar las energías renovables, especialmente en el sector eléctrico. Por ello, se espera que las energías renovables supongan en 2030 el 42% de la demanda final de energía y al 74% de la producción en el sistema eléctrico.