Qué es la Paradoja de Fermi, la teoría que conecta ‘El problema de los 3 cuerpos’ con ‘Oppenheimer’

La plataforma en streaming Netflix ha estrado una de sus series más ambiciosas de esta temporada, la adaptación por parte de los creadores de Juego de Tronos, de la novela de culto escrita por el chino Liu Cixin. En ella, se cuenta cómo durante la época de la Revolución Cultural, una joven científica que trabaja en una investigación secreta, descubre una serie de cálculos por los que, a través del efecto reflexivo del Sol, se pueden ampliar las señales de radio, una técnica que utilizará para trasmitir mensajes a lo más profundo del universo.

En efecto, El problema de los 3 cuerpos, nos adentra en el territorio de la ciencia ficción pura y dura, y lo hace a través de teorías científicas que existen en la realidad. El escritor de la novela, había sido ingeniero mecánico en una central eléctrica durante muchos años hasta que decidió plasmar su amor por el género al igual que hizo en su momento una de sus grandes influencias, Isaac Asimov, que pasó de profesor de bioquímica a convertirse en uno de los más importantes escritores del género.

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A pesar de la carga teórica que hay en la nueva serie de Netflix, no hay motivo para que los espectadores se asusten, se puede seguir perfectamente aunque nadie sea especializado en la materia. Eso sí, hay algunos conceptos que pueden ser interesantes para adentrarse en el universo de La teoría de los 3 cuerpos.

Uno de ellos es la Paradoja de Fermi, que se menciona en uno de los capítulos. Enrico Fermi fue un físico italiano que recibió el Premio Nobel por sus trabajos sobre radioactividad inducida, y fue uno de los participantes del proyecto de la bomba atómica auspiciada por Robert Oppenheimer. De hecho, en la película de Christopher Nolan aparece y está interpretado por Danny Deferrari.

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Precisamente cuando estaba trabajando en el Proyecto Manhattan surgió la formulación de esta paradoja a través de la que preveía que toda civilización avanzada desarrollaba una tecnología con el fin de exterminarse, algo que sin duda, tenía mucho que ver con el trabajo que estaba haciendo en esos momentos.

La Paradoja de Fermi se basa en la contradicción de supone afirmar que hay una alta probabilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes en el universo y la ausencia de evidencias de que las haya. A través de ella se preguntaba: ¿Somos los seres humanos los únicos en la galaxia? Y si hubiera más, ¿dónde están esas vidas extraterrestres?, ¿por qué no se ha producido contacto con ellas?

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Estas preguntas surgieron a partir de otro teorema, la Ecuación de Drake, que se encarga de estimar la cantidad de civilizaciones que podría haber en la Vía Láctea susceptibles de ser detectadas a través de emisiones de radio (algo que ocurre en El problema de los 3 cuerpos). Drake trabajaba en el Instituto SETI, especializada en buscar vida inteligente más allá de nuestro planeta.

Todas estas investigaciones, ha sido utilizadas de forma prolífica en las historias de ciencia ficción. Algunas de las respuestas podrían ser que no tenemos la tecnología necesaria o que estemos inmersos en un ciclo de destrucción, como postulaba Fermi. En cualquier caso, como decía Arthur C. Clarke (autor de 2001. Una odisea en el espacio), tanto si estamos solos en el universo como si no lo estamos, da mucho miedo.