Juani, vecina del barrio madrileño de Hortaleza, lleva 730 días en un “duelo eterno”. Cree que su hijo Francis, desaparecido desde el 21 de marzo de 2022, puede estar muerto. Un juzgado de Madrid y la Policía Nacional continúan investigando el caso, aunque sin rastro, por el momento, de Francisco de Pablo Páez, que el pasado mes de septiembre habría celebrado su 34 cumpleaños.
“Estoy pasando un duelo sin saber si mi hijo está vivo o muerto”, relata en una conversación con Infobae España. Juani ha perdido buena parte de la esperanza de reencontrarse con su hijo. La desaparición de Francis está llena de misterios, incógnitas y malas compañías. Apenas cuatro meses antes de su marcha, envió un audio a un amigo para contarle que había sufrido un vuelco (robo) de droga: “He tenido un problemón... Ya te contaré, es muy fuerte. He perdido casi 15.000 pavos. Me han entrado en casa mientras estaba durmiendo”.
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El día de la desaparición, Francis salió de su piso de alquiler en Hortaleza sobre las cinco de la tarde para, según le dijo a un amigo que se quedó esperándole, “resolver un asunto”. Su móvil se apagó esa misma tarde y nada más se volvió a saber de su paradero. No llevaba la documentación encima -se la habían robado junto a su coche a principios de mes- y dejó en su piso a los dos perros a los que “amaba”, destaca su madre.
Secreto de sumario
El Juzgado de Instrucción número 37 de Madrid decretó el secreto de sumario hace un año tras la reapertura del caso, solicitada por el abogado de SOS Desaparecidos Juan Manuel Medina. Fuentes próximas a la investigación indican que la Policía identificó, tras la declaración de un testigo, un vehículo en el que Francisco se montó el día de su desaparición. Además, los investigadores extrajeron la última geolocalización de su teléfono móvil antes de apagarse.
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Juani relata que ha pasado por “tres psicólogos”, uno de ellos especializado en el duelo. “No me pudo atender porque yo no sé si mi hijo está vivo o muerto”, cuenta. Además, ha estado en tratamiento psiquiátrico tomando “antidepresivos” mientras intentaba continuar con su vida diaria: “He ido a trabajar con las piernas dobladas del sufrimiento”.
Se siente “sola” en su particular lucha por saber qué le ocurrió a su hijo Francis, ya que no ha contado con el apoyo de algunos familiares. “Los policías me dicen que soy una madre coraje”, señala Juani, que cada poco acude a la comisaría del distrito de Hortaleza para interesarse por los avances en la investigación, aunque los agentes, prudentes, no le facilitan apenas información al encontrarse el caso bajo secreto de sumario.
Una cita misteriosa
A finales del año 2022, la Policía trató de tirar del hilo de una cita médica concertada en un centro de salud a nombre del desaparecido tan sólo un mes después de perderle la pista. Juani interpuso una denuncia para que se investigaran los hechos, ya que la tarjeta sanitaria de su hijo estaba entre la documentación que le robaron poco antes de su desaparición.
La Policía llegó a citar a declarar a la doctora, pero los investigadores concluyeron que la cita se había generado automáticamente al revisar el historial médico de Francisco y nadie acudió a la misma. Esta semana, la fotografía de Francis, como iniciativa de la asociación SOS Desaparecidos, figura en los cajeros automáticos de Euronet con la esperanza de que alguien pueda aportar nueva información.
Tras superar un cáncer, Juani trata de mirar hacia adelante: “Me digo a mí misma que tengo que vivir”. De momento, el dolor que le provoca la desaparición de su hijo, “el más grande” que ha sentido en su vida, no le abandona.