El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha sido, si no el mayor, uno de los gobiernos europeos que más crítico se ha mostrado con las acciones llevadas a cabo por Israel en la Franja de Gaza como respuesta al ataque perpetrado por el grupo terrorista Hamas, que dejó un saldo de 1.200 muertos, el pasado 7 de octubre. Desde aquel día, según aseguró a principios de año el ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, España no realiza “ninguna operación de venta de armamento a Israel”.
Antes de que comenzara el conflicto en Gaza, en el primer semestre de 2023, se concretó la transacción de material militar, con destino Israel, por algo más de 700.000 euros, el grueso correspondiente a sistemas de control de armas y equipos de punterías. Además, también durante la primera mitad del año pasado, el Gobierno dio luz verde, según publicó El País, a la exportación de 18 vehículos blindados a territorio israelí, cuyo valor ascendió a 44,4 millones de euros. Sin embargo, el destino final de estas unidades no era Israel sino Filipinas, como consecuencia de un acuerdo entre la empresa israelí Elbit Systems y la española Santa Bárbara Sistemas.
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A pesar de que La Moncloa ha frenado el suministro de armamento en beneficio de Israel, no ha hecho lo mismo en la dirección contraria. España continúa siendo un importante cliente de la industria militar israelí y, de hecho, algunos de los mayores proyectos con los que el Ministerio de Defensa planea modernizar a las Fuerzas Armadas dependen de tecnología desarrollada en este país de Oriente Próximo. Desde misiles antitanques a una docena de lanzacohetes, los programas de adquisición de armamento de diseño israelí, aunque con fuerte participación de la industria española, ascienden a casi 1.200 millones de euros.
Misiles Spike LR2
El Consejo de Ministros aprobó el pasado octubre, días antes de que estallara la guerra en Gaza, un presupuesto de 285 millones de euros para la compra de hasta 1.600 misiles antitanque Spike LR2 que serán repartidas entre el Ejército de Tierra y la Infantería de Marina. Si bien este armamento es un diseño de la compañía israelí Rafael, el mismo será fabricado, transferencia de tecnología mediante, en España por un grupo de empresas locales liderado por Pap Tecnos, filial del fabricante original. El resto de las firmas que estarán involucradas en el desarrollo de los misiles son Escribano, Tecnobit, FMG y Expal. El plan industrial presentado por el consorcio, en diciembre de 2022, prevé generar 1.100 puestos de trabajo en seis provincias.
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El Spike LR2 es un misil de 5º generación y capaz de, lanzado desde tierra, acertar a objetivos a una distancia de 5,5 kilómetros, un 35% superior a la de su versión previa, que puede extenderse hasta los ocho kilómetros si se dispara desde un helicóptero. Para aumentar la letalidad, el misil presenta dos configuraciones exclusivas de ojivas avanzadas y de gran potencia, que incrementa la capacidad de penetración del blindaje en más de un 30%.
Proyecto Silam
A finales de diciembre, la cartera que lidera Margarita Robles encargó a las empresas españolas Escribano y Expal -propiedad esta última de la alemana Rheinmetall- el desarrollo de un nuevo sistema lanzacohetes para el Ejército de Tierra. El proyecto denominado Silam cuenta con un presupuesto de 697,5 millones de euros. La propuesta que presentaron las dos firmas se basa en el sistema israelí Puls, fabricado por la ya mencionada empresa Elbit Systems, montado en un camión 8x8. El plan que presentaron a Defensa implica la fabricación por parte de Escribano de la mecánica, hidráulica y electrónica del lanzador; mientras que Expal será responsable del desarrollo de los cohetes.
El Puls, ya en uso en países europeos como Dinamarca y Países Bajos, es un lanzador multipropósito que cuenta con dos pods, cada uno diseñado para un tipo de cohete específico: el Accular de 122 mm (18 cohetes) con un alcance de hasta 35 km, el Accular 160 mm (10) con un alcance de hasta 40 km, el Extra (4) con un alcance de hasta 150 km y el Predator Hawk (2) con un alcance de hasta 300 km. Entre los planes del Ministerio figuran también la compra 685 cohetes, radares multifunción y drones tácticos para localizar e identificar los objetivos.
Más recientemente, el Ministerio de Defensa ha adjudicado a la empresa Rafael un contrato de 207 millones de euros para suministrar pods de designación láser para los 45 nuevos cazas Eurofighter que recibirá el Ejército del Aire y del Espacio en los próximos años, según ha publicado el medio especializado Infodefensa. Estos pods mejorarán las capacidades de combate de las aeronaves españolas.