Qué motivos hacen que se declare nulo un testamento antes de recibir una herencia

La validez de un testamento es una cuestión de suma importancia, dado que determinará el reparto de los bienes tal y como el testador ha dejado escrito

Testamento y herencia. (Getty Images)

La validez de un testamento es una cuestión de suma importancia en el ámbito del Derecho Sucesorio. En España, el Código Civil enfatiza la primacía del testamento como instrumento para estipular la sucesión, mediante el principio favor testamenti. Este principio implica que, en caso de duda, se prefiere la interpretación que mejor asegure los efectos del testamento sobre la sucesión intestada, donde no existe testamento. Sin embargo, existen circunstancias específicas bajo las cuales un testamento puede ser declarado nulo.

La incapacidad del testador al momento de disponer de su patrimonio es una de las causas principales para la nulidad de un testamento. El Código Civil, en su artículo 662, establece que cualquier persona puede testar a menos que la ley lo prohíba expresamente. Entre las excepciones a esta norma se encuentran la carencia de juicio, ya sea de manera habitual o accidental, y ser menor de 14 años. Estas restricciones buscan proteger tanto la voluntad del testador como el correcto reparto de su herencia.

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La jurisprudencia ha definido la “falta de cabal juicio” como cualquier alteración psíquica que impida al testador comprender y desear de manera adecuada la disposición de sus bienes. Esta alteración puede ser resultado de enfermedades como demencias severas, comúnmente presentes en ancianos. En estos casos, el riesgo de vulnerabilidad es alto, especialmente cuando el testamento se modifica o redacta en momentos cercanos al fallecimiento del individuo.

Dos mujeres ancianas caminando por un parque (Gabriel Luengas - Europa Press)

El Código Civil permite testar a partir de los 14 años, revelando la intención del legislador de no causar perjuicios al menor, dado que el acto de testar solo tiene efectos tras la muerte del testador y puede ser revocado en cualquier momento. No obstante, para el testamento ológrafo, aquel redactado íntegramente a mano por el testador, se requiere haber alcanzado la mayoría de edad, es decir, 18 años, debido a la ausencia del notario que podría atestiguar la verdadera voluntad del testador.

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La capacidad del testador

La capacidad del testador para realizar un testamento debe ser evaluada al momento de su otorgamiento. Aunque no es siempre necesario un informe médico que acredite la incapacidad mental en ese preciso instante, es crucial que la evidencia presentada sea contemporánea al testamento. Además, testimonios de testigos e información documental sobre la condición del testador en ese momento son esenciales para demostrar si verdaderamente se reflejó su voluntad en el documento.

En el escenario en que se determine la falta de capacidad del testador, el testamento será declarado nulo de manera absoluta. Esto obliga a revisar un posible testamento previo para ordenar la sucesión o, en su defecto, recurrir a la sucesión intestada si no existieran otros testamentos. Por tanto, el análisis de la validez de un testamento bajo la legislación española no solo requiere una profunda evaluación de la capacidad del testador en el momento de su creación, sino también una clara y sólida prueba de cualquier alegato de incapacidad. La presunción de validez del testamento, respaldada tanto por el legislativo como por la jurisprudencia, subraya la importancia concedida al derecho de cada individuo de decidir sobre la disposición de sus bienes después de su muerte, respaldando la autonomía personal en el ámbito sucesorio.

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