Los rivales del S-80: estos son los submarinos que compiten contra el buque español en el mercado internacional

Navantia busca concretar la primera venta internacional de su buque más moderno, pero los retrasos en su innovador sistema de propulsión podrían perjudicarle. Adversarios como Alemania, Suecia y Corea del Sur podrían aprovecharse de la debilidad del primer submarino 100% español

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Submarino Tipo 214 de Portugal
Submarino Tipo 214 de Portugal (TKMS)

A lo largo de los próximos años se espera que el negocio de los submarinos sea, entre las distintas ramas de la industria militar, uno de los más pujantes y ninguno de los grandes constructores navales del mundo quiere quedarse sin su porción de la tarta. No pocos son los países que precisan renovar su flota de sumergibles de aquí al final de la década, dado el avanzado grado de obsolescencia y desfase tecnológico que acusan los buque que despliegan en la actualidad. Así, gobiernos de todos los continentes y con distintos requerimientos han iniciado el proceso para adquirir nuevas unidades de la que se considera una de las mejores armas con las que puede contar una fuerza naval. India, Filipinas, Canadá y Polonia son tan sólo algunos de los estados que ya están inmersos -con mayor o menor progreso- en un proceso para dotarse de embarcaciones modernas. El S-80 de Navantia, el astillero público español, es un firme candidato en todos estos programas, pero no es el único y la competencia es grande.

Uno de los principales rivales de España es ThyssenKrupp, especialmente en el programa P75 de la India. La empresa alemana es, junto con Navantia, una de las dos alternativas que baraja Nueva Delhi para adquirir seis submarinos. La firma germana ofrece a la Marina India su modelo Tipo 214, embarcación que, al igual que el S-80, está equipado con un sistema de propulsión independiente de aire (AIP) que le permite permanecer sumergido durante un tiempo prolongado. De hecho, poseer un AIP es un requisito indispensable para los nuevos submarinos que desea la India.

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Desde ThyssenKrupp aseguran que el Tipo 214 es capaz de navegar a mayores profundidades y puede portar una amplia variedad de armamento y combinar torpedos, misiles y minas. El submarino alemán destaca por un casco único, optimizado para dejar una menor huella que dificulta que sea detectados por sonares enemigos. Su fabricante resalta que la combinación modular de armas y sensores juntos a las característica de su AIP hacen que su producto esté predestinado para todas las operaciones y misiones submarinas modernas que deben enfrentar las marinas y armadas alrededor del mundo. Grecia, Corea del Sur, Turquía, Portugal y Pakistán son algunos de los países que han optado por el sumergible alemán.

Submarino A26 (Saab)
Submarino A26 (Saab)

Otros contrincantes del S-80

Canadá ha puesto el ojo en el submarino de Navantia, pero también en los buques de otras empresas internacionales. El objetivo de Otawa, que ha descartado la opción nuclear, es comprar entre seis y 12 sumergibles convencionales y, en caso de decidir incorporar una docena embarcaciones, el presupuesto podría ascender hasta la astronómica cifra de 70.000 millones de euros.

Ante este jugoso contrato, la compañía neerlandesa Damen y la sueca Saab han decidido ofrecer al gobierno de Justin Trudeau el buque que han diseñado conjuntamente, denominado Expeditionary C-71. La alianza entra las dos firmas surgió para intentar hacer con el contrato de Países Bajos por cuatro submarinos, programa que, a falta de confirmación oficial, quedaría en manos de la francesa Naval Group, según recientes publicaciones de la prensa neerlandesa. Tras esta derrota frente a la industria gala, no sería de extras que ambas compañías redoblaran esfuerzos para concretar la primera venta de su diseño, lo que podría perjudicar al S-80 de Navantia.

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El Expeditionary se ha desarrollado en base a los submarinos A26 ideados por Saab, que actualmente construye dos de estos buques -que también cuentan con AIP- en beneficio de la Marina de Suecia. De acuerdo a sus fabricantes, el Expeditionary incorpora las últimas tecnologías y, gracias a su diseño modular, puede ser personalizados de acuerdo a los requerimientos y necesidades del cliente. Actualmente, Suecia, Australia, Japón y Singapur operan submarinos con tecnología de Saab.

Submarino KS-III de Corea del
Submarino KS-III de Corea del Sur (Hanwha Ocean)

Corea del Sur podría ser el rival a vencer en los concursos previstos en Filipinas, que pretende incorporar entre dos y tres submarinos; y Polonia, que tras cinco años detenido relanzó su proyecto Orka con el que busca adquirir hasta tres sumergibles. La firma surcoreana Hanwha Ocean ofrece a los dos países -y también a Canadá- su buque KSS-III, que tiene una eslora de 89 metros (mayor que la del S-80), desplaza 3.600 toneladas y ya presta servicio a la Marina de Corea del Sur. De hecho, la AIP de la empresa asiática, que combina una batería de iones, es la que registra a día de hoy el tiempo de inmersión más prolongado en un submarino convencional: más de tres semanas.

AIP, ventaja y debilidad del S-80

Los sistemas de propulsión con independencia de aire funcionan a base de hidrógeno puro, sustancia que debe ser almacenada en los buques con el consiguiente riesgo que esto lleva. No obstante, la particularidad del sistema ideado por Navantia es que no embarca hidrógeno sino bioetanol que, mediante un transformador y un proceso mucho más seguro, se convierte en hidrógeno. “Si bien las misiones para las que está ideado el submarino S-80 no varían demasiado con el resto de otros buques del mercado, sí mejora el tiempo de inmersión. En teoría, el AIP del sumergible español es mucho más fiable que la de sus adversarios”, explica a Infobae España el experto en Defensa Carlos Delgado.

Sin embargo, el Isaac Peral, el primer submarino de la familia S-80 entregado a la Armada el pasado noviembre, carece de este innovador sistema AIP por culpa de múltiples demoras en su desarrollo. Su instalación no está prevista hasta el tercer sumergible de la serie, que entrará en servicio a finales de 2026. A pesar de este inconveniente, que podría costarle a Navantia más de un contrato internacional a los que aspira, se sabe que el AIP español funciona y de manera satisfactoria, dado que sí fue probado por separado. Sólo resta evaluarlo como parte integral de un submarino navegando en inmersión, algo que no sucederá hasta dentro de dos años.

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