Con las guardias de 24 horas de los sanitarios en el punto de mira después de que la ministra de Sanidad, Mónica García, afirmara que uno de los propósitos de sus ministerios serían intentar acabar con ellas, las enfermeras han reclamado que se les permita acceder a la jubilación anticipada por el hecho de trabajar por las noches. García afirmó a principios de este mes que las guardias 24 horas son una forma “anacrónica” de trabajar y que da pie a que se puedan cometer más errores humanos. Sin embargo, también admitió que erradicarlas sería algo que conllevaría tiempo y se dio de plazo esta legislatura.
Además, el Sindicato de enfermeras SATSE argumenta que si el Gobierno es consciente de la peligrosidad para la salud que conlleva trabajar por las noches, debería haber permitido ya la jubilación anticipada para las enfermeras, que trabajan durante toda su vida laboral sometidas a condiciones que perjudican su salud física y psicológica. Se refieren a las palabras de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien manifestó públicamente que trabajar en horario nocturno conlleva distintos riesgos para la salud, tal y como afirman entidades como la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De hecho, la OIT calcula que los profesionales que trabajan en turno de noche pierden cinco años de vida por cada 15 trabajando en horario nocturno. Otro estudio que cita SATSE publicado por American Journal of Preventive Medicine concluye que las mujeres que trabajan en turno de noche tienen un 11% más de riesgo de muerte.
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Hay otros colectivos profesionales, como el de los bomberos, mineros, la policía autonómica de Euskadi y Cataluña o los policías locales, que han logrado en los últimos años adelantar la edad ordinaria de jubilación, pero las enfermeras no son uno de ellos. La Administración permite rebajar la edad mínima exigida para tener derecho a jubilación si se forma parte de esos colectivos, ya que se considera que se dedican a actividades profesionales de naturaleza “excepcionalmente penosa, tóxica o peligrosa y acusen elevados índices de morbilidad y mortalidad”. Y SATSE afirma que, justamente, son estos los criterios que se pueden aplicar a las enfermeras. “Nunca se ha reconocido la penosidad vinculada a la dureza psicológica, la carga mental y la alerta permanente que afecta a las enfermeras, profesión feminizada, y que tiene serias consecuencias en la salud mental y física de estas profesionales”, denuncian en un comunicado.
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SATSE registró un informe en octubre de 2021 en el Ministerio de Seguridad Social para iniciar el procedimiento, pero hasta la fecha ―lamentan―, no ha habido ningún avance por parte de ningún Gobierno.
Por último, el Sindicato de Enfermería incide en que el sistema de jubilación por coeficientes reductores que propone no implica una sobrecarga adicional del sistema público de pensiones ni tampoco de la Seguridad Social, ya que prevé una cotización incrementada que se abonará durante toda la trayectoria profesional de cada enfermera.
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