Este jueves en buena parte el territorio luce el Sol y la temperatura es muy agradable. De cara al fin de semana los termómetros van a subir aún más, de hecho, se esperan máximas que ronden los 23 y 24 grados en áreas del Mediterráneo y del sur de la península. Es un tiempo muy bueno para salir a la calle e ir a la terraza de un bar, o la campo a pasear. A priori parece una buena noticia, pero no lo es. Este invierno, que acaba en unos días, ha sido el más cálido desde que hay registros, según el balance climático del invierno que ha presentado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
El invierno que acaba en unos días ha sido el más cálido de la serie histórica, que arranca en 1961, empatado con el invierno de 2019/20. Los tres meses que se contabilizan (diciembre, enero y febrero) tuvieron temperaturas superiores al promedio del período de referencia y fueron frecuentes los episodios cálidos, es decir, con los días con los termómetros marcando cifras superiores a las normales. La temperatura medía registrada en la península durante este periodo fue de 8,5 Cº (1,9 ºC por encima de lo normal); en Baleares, se ha situado en 12,3 grados (1,7ºC de por encima) y en Canarias de 17,7 ºC (2,5 ºC por encima de la media).
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La reserva hídrica se encuentra al 56,8%
A finales de 2022, España entró en una estación de sequía de larga duración que continúa, solo en la cuenca del Tajo y de forma muy limitada. Se trata de la sequía más larga, aunque no la más intensa, que ha enfrentado en país en su conjunto, aunque hay zonas, como las del sur, donde el estado de falta de lluvias ya dura ocho años.
El invierno comenzó con un diciembre muy seco; enero tuvo carácter normal y febrero fue más lluvioso de lo normal. Las precipitaciones ayudaron a paliar en parte la sequía meteorológica en las cuencas de acumulación del noroeste del país. En este sentido, el invierno fue, en su conjunto, normal en cuanto a precipitaciones, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 170,5 mm, valor que representa el 90% del valor normal del trimestre en el periodo de referencia 1991-2020. Sin embargo, aunque el invierno tuvo carácter entre normal y húmedo en la mayor parte de la Península, en el Levante, puntos del Cantábrico y en el sur de Andalucía fue una estación entre seca y muy seca. En el archipiélago balear el invierno fue en general seco, y tuvo un carácter muy seco en Canarias.
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La reserva hídrica de España se encuentra al 56,8% de su capacidad total. A fecha de 12 de marzo de 2024, los embalses cuentan con un total de 31.844 hectómetros cúbicos de agua, una cifra que ha aumentado en la última semana en 1.171 hectómetros cúbicos (el 2,1% de la capacidad total actual de los embalses) gracias a las lluvias. Sin embargo, los datos por regiones son muy dispares.
Las regiones del norte y del centro de la península cuentan con una mayor reserva hídrica, pero el área del mediterráneo o el sur presenta cifras muy bajas. La cuenca del Cantábrico Oriental presenta una situación favorable, con un 93,2% de su capacidad. De forma similar, el Cantábrico Occidental alcanza el 90,4%, y la cuenca de Miño-Sil, muestra también un nivel alto con el 88,8%. Por su parte, Galicia Costa se encuentra al 92% y las Cuencas internas del País Vasco tienen sus embalses a un 95,2% de su capacidad.
Por el contrario, el Duero está al 77,9% y el Tajo un poco más bajo, al 72,9%. La situación en el sur de España es particularmente preocupante, con el Guadiana al 39,1%, muy por debajo de otras áreas. Tinto, Odiel y Piedras cuentan con un 78,2%, mientras que el Guadalete-Barbate y el Guadalquivir registran niveles críticos, con un 20,2% y 28,5% respectivamente. La Cuenca Mediterránea Andaluza y el Segura también muestran cifras alarmantes, con un 21,3% y 19,5%. En el este, el Júcar se sitúa al 50,6% y el Ebro al 70,1%, mientras que las Cuencas internas de Cataluña enfrentan la situación más crítica con solo un 14,6%.
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Una primavera incierta y un verano cálido
La AEMET también ha lanzado una previsión de la primera, aunque avisa que, por la naturaleza de esta estación, no se puede aportar un pronóstico detallado respecto a la lluvia, existen las mismas probabilidades de la primavera sea más lluviosa que más seca de lo normal. Por otro lado, y con una alta probabilidad, indican que la primavera será, probablemente, más cálida de lo normal en todo el país, especialmente en el extremo norte peninsular, vertiente mediterránea y ambos archipiélagos.
Cayetano Torres, el coordinador del Área de Información Meteorológica y Climatológica, ha apuntado que el trimestre de verano, que comprende junio, julio y agosto, va a ser más cálido. “Nos tenemos que preparar para un verano bastante caluroso”, ha alertado. Esto se debe, según ha explicado, al cambio climático, pero también a la presencia de El Niño, el fenómeno que tiende a crear un clima más cálido de lo normal y que contribuye a alcanzar temperaturas cálidas récord, como ocurrió el pasado verano.