El Congreso de los Diputados ha aprobado con 178 votos a favor la proposición de ley de amnistía. Ha sido en su segundo intento y tras meses de negociación entre el PSOE y sus socios de investidura, pero, con esta votación, el texto se consuma y continúa con su tramitación, en la que ya no caben sobresaltos estructurales. Lo que se ha votado este jueves en la Cámara Baja es un dictamen con modificaciones acordadas por el PSOE, Junts y ERC, que ajustan el texto a la normativa europea en lo que se refiere a la interpretación del terrorismo, cubre la malversación si no hay enriquecimiento y la traición en el caso de que la amenaza no sea real y no haya uso de la fuerza.
Para aprobarla, ha hecho falta una mayoría absoluta, que se ha superado con los mismos apoyos que la investidura de Pedro Sánchez, sin posibilidad de que se cometiesen fallos o se diesen ausencias y con una votación por llamamiento. Ahora que la norma ha prosperado, iniciará su recorrido en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta y piensa retrasar al máximo los trámites. En cualquier caso, no podrá hacerlo más de dos meses puesto que ese es el límite que establece la Constitución, con lo que la entrada en vigor se calcula para finales de mayo.
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En el debate previo, el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, defendió la norma como una herramienta para cerrar un “ciclo” de decisiones políticas tras una situación heredada en Cataluña, y un enfrentamiento entre “los nuestros y nosotros”. Por su parte, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se personó como la oposición a la norma por parte de los populares. “Esta ley divide a España en dos y a Cataluña en dos”, sentenció, reiterando que la norma no habla de reconciliación, sino de sumisión, y que solo se aprueba porque es la “única forma que tuvo Sánchez para ser presidente”. “Si dentro de un mes le piden otra cosa, también lo harán, si Puigdemont quiere”, lanzó.
Desde Junts, Josep María Cervera ha recordado al PSOE que desde el principio advirtieron de que era preciso enmendar el texto inicial, y por ello hicieron caer a finales de enero la norma en su primera votación. “Eso nos lleva hoy a aprobar la mejor ley de amnistía posible, una amnistía integral, que no deja a los independentistas fuera y que se adapta a los estándares europeos de terrorismo, malversación y traición, y que da dos meses más para los acusados por el Tribunal de Cuentas”, resumió el diputado. Con todo, ha advertido de que el siguiente paso es la autodeterminación.
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Con lo mismo amenazó ERC, que tildó la norma como una primera parte “necesaria” pero no “suficiente” para resolver el conflicto político. “Seguimos en el camino de la liberación nacional, lo haremos por los conductos democráticos, pacíficos, cívicos y dialogados, porque es nuestro paso político, nuestra huella, nuestro ADN político, y lo haremos a pesar de toda la oposición que pueda haber por parte del Estado y a pesar de todos los obstáculos que nos podamos encontrar”, señaló. Y finalizó: “No vamos a parar hasta el ejercicio del derecho de autodeterminación”.
Puigdemont celebra la amnistía
El líder de Junts, Carles Puigdemont, celebró desde Estrasburgo (Francia) la aprobación de esta norma, lo que devuelve “a la política definitivamente lo que es la gestión de un conflicto de naturaleza política”. “La amnistía responde a un objetivo, que no es pasar página ni tampoco un punto final a nada, sino superar una etapa errónea de represión judicial y policial a un movimiento político”, aseguró el expresident catalán.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también mostró su satisfacción a la aprobación de esta norma a su salida del pleno. En el debate y votación de la ley de amnistía ha estado presente, sin embargo, el dirigente de ERC, Oriol Junqueras y la vicepresidenta de la Generalitat catalana, Laura Vilagrà, han seguido los discursos desde la tribuna de invitados.