Todo es cuestión de talento, o del talent. Que se lo digan a Pablo Grandjean (Madrid, 1998). Con tan sólo 18 años se presentó a Factor X, el formato televisivo que Telecinco ha recuperado recientemente tras un considerable parón. Meses después de brillar en las audiciones (corría el año 2018), el joven artista de padre francés y madre española se alzó con el título de ganador, consagrándose como Pol Granch.
Desde entonces, el cantante ha sabido navegar las complicadas olas de la industria musical sin sacrificar su estilo personal. “Soy muy tímido, pero en el escenario exploto. Todo lo que me cuesta expresar aquí lo quiero mostrar durante la hora del concierto”, dice a Infobae España. Granch regresa con Gigante, el primer adelanto de su próximo proyecto: un tema que compuso “en un momento en el que me sentía muy chiquitín”, un juego de palabras entre la sensibilidad y el crecimiento. Además de diversos sencillos, una de las sorpresas de su nuevo álbum será “una colaboración que me hace muchísima ilusión”, pero de la que no ha querido dar más detalles.
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Granch se considera “camaleónico”, pues afirma que dentro y fuera del estudio está probándose constantemente. Tras un éxito como el de Tiroteo, canción que compartió junto a Rauw Alejandro y Marc Seguí, ¿qué hay en el porvenir de un artista? “Después de un hit tan grande notas la presión”, que aumenta en un momento en el artista quiere probar cosas nuevas y alejarse de lo que, hasta ahora, había definido su personalidad sonora. “Estoy muy contento con lo que estoy componiendo últimamente, me siento inspirado y capaz de decir lo que quiero transmitir”, apostilla.
En cuanto a la acogida de su nueva música, Granch evita fijarse en las cifras como el detector único y universal del éxito. “Prefiero fluir”, dice sobre un sentimiento que parece estar obsoleto en la industria coyuntural. “Esas cosas sólo me quitan la creatividad”, enuncia sobre los streams y todo lo relacionado con lo viral. “Antes no me fijaba tanto, pero ahora hay tantas plataformas para seguir tus números que resulta inevitable, ¿no?”, añade. De momento, su cabeza está en la gira que hará por España y Latinoamérica, con las entradas de su primera fecha en Madrid (en La Sala del WiZink Center) ya agotadas. Además de nueva música, Granch aparecerá en la película Disco, Ibiza, Locomía (después de probarse en el mundo de la interpretación con un cameo en Élite).
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Una carrera televisiva
“Lo primero que pensé es: ‘joder, qué mayor estoy y qué rápido pasa el tiempo’”, dice entre risas tras rememorar las fotos de su paso por Factor X. Pol Granch venció en la edición de 2018 y la cadena que le lanzó a la fama prepara el regreso del talent que, en términos de exposición pública y datos de share, ha vivido a la sombra de Operación Triunfo (ahora renovado de la mano de Prime Video). “Me gustaría que me invitasen, o incluso ser jurado”, pide.
“Yo creo que esta edición tendrá más audiencia seguro”, afirma con una convicción implacable. De momento, lo poco que se sabe de esta nueva entrega es que tendrá un “En la mía no hubo tanta, pero lo agradezco un poco porque, de esa manera, me encasillé menos”, explica. Preguntado sobre si se volvería a presentar, responde: “Si tuviera 18 años lo volvería a hacer, aunque con miedo”.
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La palabra surge en el contexto de la sobreexposición televisiva y pública, y también a causa de la fragilidad que presenta la industria. “Hay que tener cuidado”, advierte el cantante. “Los talent te prometen muchas cosas, engordan mucho esa sensación de que eres un artista”, explica. Para dar más cobertura a su declaración, Granch emplea una metáfora por la que se congratula. ”Al principio estás en una pecera donde te dan de comer de puta madre, pero luego te tiran al mar y hay tiburones”, explica. Para el intérprete, la clave está en el trabajo, en saber dónde acaba el concurso y dónde empieza la ardua labor para conseguir entrar en la industria. “Hay que estar preparado para esto, ¿sabes? Hay que trabajar mucho, no porque te hayan dado esa oportunidad se acaba todo ahí”, incide.
“Los ‘talent’ te prometen muchas cosas. [...] Al principio estás en una pecera donde te dan de comer, pero luego te tiran al mar con los tiburones”
El ‘burnout’ musical y la terapia
“Como artista y como persona soy una rollercoaster constante”, expresa. Como para no serlo en un mundo en el que cada semana un problema se planta ante la puerta y toca el timbre con insistencia. Para Pol Granch, las claves de su éxito en el gremio son varias, pero las resume en un par de términos: “veracidad, sentimiento y la sensación de poder expresarme como si estuviera en una sesión de terapia”. Como muchos otros artistas, el hispanofrancés se anima a afirmar que la ayuda psicológica está siendo clave en su desarrollo como adulto. “Me ha ayudado mucho, porque soy muy enérgico, tengo ansiedad social”, indica.
En cuanto al panorama musical en España, considera que están surgiendo nuevos artistas “que están peleando por sus sueños” y que generan un caldo de cultivo de gran calidad. “Hay muy buenas migas entre los cantantes españoles”, dice, mientras expresa su deseo de integrarse más en dicha ‘pandilla’. “Soy el raro”, afirma. “A veces me da mucha vergüenza y considero que tendría que juntarme más con la gente”.
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Algunos de los nombres que más notoriedad han ganado en los últimos años, como Quevedo o Saiko, se han querido distanciar de una industria que les ha coronado en tiempo récord. Tras pulverizar cifras y aparecer en todos los titulares posibles, su descontento con el gremio es latente. “A mí me gusta empatizar con la gente, me intento poner en su cabecita”, dice. El cantante canario anunció su ‘retirada’ (entre comillas, porque nunca se sabe cuándo algo vuelve) en el punto álgido de su carrera. “Para él puede ser duro el hecho de haber conseguido tanto en tan poco tiempo, entonces entiendo que se dé su tiempo, porque en esta vida tienes que hacerlo todo con mucho amor y ganas”, concluye.
“Para Quevedo puede ser duro haber conseguido tanto en tan poco tiempo, entiendo que se dé su tiempo”