CNT denuncia que Cruz Roja quiere “tapar con dinero” un caso de acoso laboral: “Se niegan a readmitir a la empleada”

Marta fue despedida en 2023 tras denunciar las actitudes machistas y el comportamiento de riesgo de otro empleado en un centro gestionado por Cruz Roja en Valladolid. El juicio debía celebrarse el 7 de marzo, pero ha quedado aplazado

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CNT denuncia que Cruz Roja quiere “tapar con dinero” un caso de acoso laboral: “Se niegan a readmitir a la empleada”.

Marta, una trabajadora que fue despedida en 2023 por Cruz Roja tras denunciar las actitudes machistas y el comportamiento de riesgo de otro empleado en un centro gestionado por la ONG en Valladolid, estaba deseando que llegara el 7 de marzo para poder pasar página. Esa era la fecha en la que debía celebrarse el juicio para reclamar la nulidad de su despido, pero ha sido aplazado, ya que al haberse iniciado el protocolo de acoso laboral contra una de las responsables del departamento de dicho centro, esa persona debe presentarse con un abogado en una próxima cita.

No obstante, antes de que comenzara el juicio, durante la mediación, la empresa ofreció a Marta (nombre ficticio) más de 25.000 euros, pero ella lo rechazó porque lo que quiere, asegura, es volver a su puesto de trabajo. “No es cuestión de dinero, sino de que reconozcan que no han hecho las cosas bien”, comenta la trabajadora a Infobae, a quien todo este proceso le ha dejado una huella psicológica.

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La pesadilla de Marta comenzó en febrero de 2023, cuando observó “una actitud y trato degradante hacia las personas usuarias y trabajadoras” por parte de otro empleado, unos hechos que primero comentó al propio trabajador para que cambiara su comportamiento, pero al no tener éxito, se lo comunicó a su superior. Al ver que Cruz Roja seguía sin tomar medidas, asegura, dejó constancia de los hechos por escrito, tras lo cual el empleado fue trasladado a otro puesto de trabajo.

Una voluntaria de Cruz Roja.
Una voluntaria de Cruz Roja. (Alejandro Martínez Vélez./ Europa Press)

El empleado en cuestión, explica Marta, no solo realizaba comentarios machistas, sino que en varias ocasiones le encontró “viendo pornografía en la oficina”, mientras que algunos voluntarios de Cruz Roja le habían visto haciendo fotos a una camarera por debajo de la falda. Pero lo peor de todo, señala, eran las conductas del empleado que ponían en riesgo a las personas que atendían en el centro, pues “en ocasiones bebía alcohol antes de salir de servicio conduciendo la ambulancia y se justificaba diciendo que ningún agente iba a parar a una ambulancia, más aún siendo de Cruz Roja”.

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A partir del trasladado del trabajador a otro puesto, Marta asegura que sufrió una campaña de acoso laboral, asumiendo el trabajo de dos personas, con semanas en las que llegó a hacer “80 horas” y con viajes continuos fuera, una sobrecarga que derivó en una baja de tres semanas por ansiedad, un periodo de tiempo en el que sus jefes continuaron llamándola, recuerda la afectada. Cuando regresó en abril, siguió asumiendo una “carga de trabajo desproporcionada” y sus superiores insinuaban que se había tomado la baja para perjudicar a la empresa, hasta que cuatro meses después, en julio, la despidieron.

“Aún no puedo entender cómo a este trabajador no le dijeron nada y simplemente le cambiaron de puesto y a mí me dejaran sola para sacar el doble de trabajo”, señala indignada y tras haber estado en tratamiento psicológico debido al estrés y la depresión que le han provocado todo este proceso. Y aunque confiesa que teme una nueva situación de sobrecarga y acoso si Cruz Roja la readmite, también se muestra decidida a recuperar su trabajo porque “le gustaba mucho” y considera que lo desempeñaba bien.

“No han protegido a la trabajadora”

Desde CNT, el sindicato que decidió iniciar el pasado 29 de febrero el protocolo de acoso laboral que Cruz Roja pone a disposición de las trabajadoras para este tipo de casos, se muestran especialmente indignados con la actitud de la ONG, ya que “tiene una responsabilidad social con la gente más vulnerable”. En el caso de Marta, “no solo no han protegido a la trabajadora, sino que la han acosado”, apunta Javier Ríos, de Acción Sindical de CNT Valladolid.

Ante la gravedad de los hechos ocurridos y la consistencia de las pruebas aportadas, CNT considera que se trata de un “claro caso de acoso laboral hacia una trabajadora que lo único que pretendía es que se dejaran de cometer irregularidades y se diera un servicio responsable y de calidad a los usuarios de Cruz Roja Valladolid”, al tiempo que lamenta que la ONG quiera “taparlo con dinero” en lugar de readmitir a la empleada.

Tras el aplazamiento del juicio, ahora Marta permanece a la espera de una nueva fecha con la esperanza de poder poner punto y final a este capítulo.

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