Los premios de la Academia de Cine de Hollywood se han rendido por fin a Christopher Nolan. Después de una trayectoria profesional que ha sido una auténtica apisonadora a nivel de ambición, inventiva (a la hora de deconstruir los géneros que tocaba) y capacidad para unir espectáculo con sello auroral, el autor de El caballero oscuro, Origen o su ópera prima, la ‘indie’ Memento, ha alcanzado la gloria en los Oscar gracias a Oppenheimer, su particular visión del creador de la bomba atómica que incluye una revisión política de lo que fue la caza de brujas en Estados Unidos.
Ha conseguido 7 premios: mejor película, mejor dirección, mejor actor protagonista (Cillian Murphy), mejor actor de reparto (Robert Downey Jr.), mejor banda sonora (Ludwig Göransson), mejor fotografía (Hoyte Van Hoytema) y mejor montaje (Jennifer Lame).
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Su poderío ha sido tal, que poco ha dejado para el resto de sus competidores. Pobres criaturas rascaba cuatro galardones: Emma Stone como mejor actriz protagonista, mejor vestuario, mejor maquillaje y peluquería y mejor diseño de producción. Así, Los asesinos de la luna, la gran obra crepuscular de Martin Scorsese que se encargaba de poner de manifiesto el extermino de la comunidad indígena en Norteamérica, se iba de vacío y Barbie, el mayor fenómeno socio-cultural de los últimos tiempos solo conseguía alzarse con la mejor canción compuesta por Billie Eilish y su hermano Finneas.
Las representantes españolas lo tenían difícil
Finalmente, en la categoría de mejor película internacional, La sociedad de la nieve, de J.A. Bayona no pudo con La zona de interés de Jonathan Glazer, una de las películas más importantes de la temporada por su capacidad para contar el horror de los campos de exterminio nazi desde un punto de vista diferente, en el nada se ve y todo se siente, gracias a un trabajo magistral de sonido que también ha sido recompensado con una estatuilla.
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Tampoco Pablo Berger y su Robot Dreams pudo hacerse un hueco en el palmarés, pero es que el Oscar a la mejor película de animación ha ido a parar al genio nipón Hayao Miyazaki y la que se ha anunciado como la última película de su gran carrera, El chico y la garza, en la que condensa todo su imaginario para proporcionarnos una aventura tan única como repleta de imaginación.
Mujeres a reivindicar
Si había una gran favorita en esta edición era Da’Vine Joy Randolph. La razón, lo ha ganado todo en esta temporada de premios. Y es que su interpretación de reparto en Los que se quedan, de Alexander Payne, es de esas que dejan huella y que pasan a la historia más allá de los logros de la propia película, por su humanidad, por su contundencia y su gracia congénita.
El fenómeno de Anatomía de una caída después de ganar la Palma de Oro de Cannes ha sido otro de los protagonistas del año. Y uno de sus grandes méritos era sin duda su férreo, preciso e inteligente guion escrito por la propia directora, Justine Triet y Arthur Harari, que se han llevado el Oscar en esta categoría. Lo mismo, por cierto, que le ocurrió a Pedro Almodóvar con Hable con ella, cuando no fue preseleccionada por nuestro país para competir en los Oscar.
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También ha habido una sorpresa: por primera vez, Wes Anderson ganaba una estatuilla. Lo hacía con su cortometraje La maravillosa historia de Henry Sugar, que pertenecía a una antología de trabajos para Netflix basados en diferentes relatos adultos de Roland Dahl.
Por último, 20 días en Mariúpol, de Mstyslav Chernov, se convertido en el mejor documental, una crónica sobre la Guerra de Ucrania en primera línea de batalla a través de un equipo de periodistas atrapados en la ciudad situada.