¿Es mejor hacer la declaración de la Renta conjunta o en solitario si estoy casado?

A partir del próximo 3 de abril y hasta el 1 de julio, todos los contribuyentes de España tendrán que asistir a su cita con Hacienda: deberán realizar la declaración de la Renta 2023-2024. Que esta sea la más larga de los últimos años no es la única novedad que trae consigo la campaña de la Agencia Tributaria ya que, a las deducciones que ya se han aplicado en ocasiones anteriores, se unen ahora otros descuentos que conviene tener en cuenta. A ello se suma una de las dudas más habituales: ¿es mejor hacer este trámite de forma conjunta o en solitario si se está casado? Para responder a esta pregunta, se han de tomar en consideración ciertas cuestiones.

El objetivo de todos los ciudadanos que tendrán que rendir cuentas con Hacienda es que el resultado sea lo más favorable posible. Para ello, es posible aplicar alguna de las rebajas que existen, como es el caso de las personas que han hecho una donación, que han arrendado la vivienda habitual, han invertido en dispositivos domésticos que favorecen el ahorro de agua o disponen de un plan de pensiones.

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Asimismo, antes de hacer la declaración de la Renta, es fundamental que los trabajadores analicen su nómina. Cada mes, Hacienda les retiene una parte del pago que les realiza la empresa, a través del IRPF. Este porcentaje está fijado en el salario, por lo que es importante revisar la casilla correspondiente para que no haya errores, se añada información adicional, si es necesario, y se eviten así multas, que pueden ser muy cuantiosas.

Antes de plantearse si es más ventajoso realizar la declaración de la renta conjunta o individual, es fundamental saber de qué forma se puede presentar el IRPF. Tal y como establece la Agencia Tributaria solo las unidades familiares tendrán la posibilidad de hacerla de manera conjunta. Para ello, hay que estar unido por vínculo matrimonial o formar una familia con hijos bajo condiciones específicas. Así, deben darse una de estas dos situaciones:

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• El primero de ellos se relaciona con las parejas casadas: es obligatorio que exista un matrimonio legalmente reconocido. En este contexto, es posible incluir a los hijos menores de edad o aquellos que estén incapacitados dentro de la declaración.
• Por otro lado, si no hay vínculo matrimonial, como es el caso de las parejas de hecho o personas divorciadas, solamente uno de los progenitores tendrá la facultad de incluir a los hijos en su declaración de manera conjunta, siempre y cuando estos sean menores de 18 años. Además, se ofrece un beneficio fiscal por descendientes menores de 25 años que cumplan ciertos requisitos.

La capacidad de beneficiarse de la declaración conjunta y los criterios para definir una unidad familiar implican una serie de normativas que los contribuyentes deben comprender para asegurar el cumplimiento fiscal efectivo. Estas disposiciones tienen como objetivo crear un marco justo que regule las responsabilidades tributarias de las familias, tomando en consideración la composición y situación particular de cada unidad familiar.

Tal y como establece Hacienda, los recién casados tienen las mismas condiciones que cualquier otra pareja casada. La posibilidad de realizar una declaración conjunta depende de la situación matrimonial al finalizar el año fiscal, es decir, a 31 de diciembre.

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La Agencia Tributaria examina la situación personal y familiar de los contribuyentes al cierre del año. Aquellos que hayan contraído matrimonio a esa fecha están habilitados para optar por la declaración conjunta de ingresos. Esta normativa busca simplificar el proceso tributario para las parejas, ofreciendo una alternativa que podría resultar en beneficios financieros dependiendo de sus circunstancias económicas.

La elección correcta entre hacer la declaración de la Renta conjunta o individual podría significar un considerable ahorro. Los contribuyentes deben plantearse las ventajas e inconvenientes de cada modalidad para maximizar sus beneficios. Entre las principales ventajas de la tributación conjunta destaca la reducción fiscal que se aplica a las unidades familiares, entendiendo por estas tanto a las parejas casadas con o sin hijos, como a las familias monoparentales.

De esta forma, la tributación conjunta permite una deducción de 3.400 euros para las familias compuestas por ambos cónyuges e hijos, en caso de que los haya. Mientras tanto, en el caso de las unidades conformadas por un solo progenitor y sus hijos, la deducción aplicable es de 2.150 euros. Esto provoca la disminución de la base sobre la cual se calculan los impuestos a pagar. Además, esta modalidad ofrece la posibilidad de compensar entre sí las pérdidas y ganancias generadas por las inversiones de los miembros de la familia, siendo tratadas fiscalmente como si pertenecieran a una única persona.

Si bien las ventajas fiscales son patentes, los contribuyentes deben evaluar detenidamente cada situación particular. La decisión entre una declaración conjunta o individual depende de múltiples factores, incluidos los ingresos totales del hogar, las posibles deducciones aplicables y las particularidades de las inversiones realizadas. Es fundamental considerar todos estos aspectos para tomar la decisión más adecuada que permita optimizar el ahorro fiscal.

Sin embargo, presentar juntos la declaración de la Renta plantea desventajas significativas para las parejas, especialmente cuando ambos cónyuges generan ingresos. La suma de los sueldos puede llevar a tributar en un tramo del IRPF más alto, a pesar de que se intenta compensar esta situación con una reducción específica para este tipo de tributación. Por lo general, la opción no beneficia a parejas con dos ingresos debido a que los tramos de impuestos no se modifican.

Este método de declaración no permite aumentar los límites de deducción, salvo por algunas excepciones. Por ejemplo, aunque la base para deducciones por alquiler de vivienda puede ser mayor al hacer una declaración conjunta, la cantidad deducible no aumenta. Esto se traduce en que este sistema ofrece pocas ventajas fiscales para aquellos que podrían considerarlo una opción viable.

La tributación conjunta se diseñó para ofrecer un beneficio a las familias, especialmente en situaciones donde solo uno de los integrantes percibe ingresos. Pero el sistema actual no parece proporcionar las ventajas esperadas para las familias con doble ingreso. Las reglas fijas del IRPF y las limitaciones en las deducciones contribuyen a ello.