Desde la histórica movilización de 2018, donde las mujeres situaron a España a la vanguardia del feminismo mundial, el movimiento no ha dejado de crecer, pero aún queda un largo camino para alcanzar la igualdad de derechos y oportunidades. Para este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, también se esperan grandes movilizaciones en todas las ciudades del país tanto para celebrar las conquistas y avances logrados como para seguir reivindicando lo que aún no se ha conseguido: el fin de la violencia machista, de la brecha salarial, que las mujeres salgan a la calle sin miedo o un reparto equitativo de los cuidados. El 8M las mujeres marchan, en definitiva, para que las siguientes generaciones tengan un mejor futuro.
En algunos casos, como Madrid, el movimiento feminista vuelve a salir a las calles dividido debido principalmente a los diferentes puntos de vista sobre la Ley trans y la abolición de la prostitución, además de choques políticos. De esa forma, el Movimiento Feminista de Madrid se manifestará a las 19:00 horas desde Cibeles hasta Plaza de España bajo el lema ‘La prostitución no es un trabajo. ¡Abolición ya!’, mientras que la Comisión 8M se manifestarán a esa misma hora desde Atocha para finalizar en la plaza de Colón al grito de ‘Patriarcado, Genocidios, Privilegios #SeAcabó’ y para denunciar, además, las “violaciones de derechos humanos” en Gaza.
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Se trata del tercer año consecutivo que el feminismo marcha en dos convocatorias separadas en la capital, al igual que ocurre en otras ciudades del país, y como también sucede en otra fecha señalada como es el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El Movimiento Feminista de Madrid es contrario a la Ley trans, que fue aprobada en febrero de 2023 con el objetivo de despatologizar el proceso de cambio de sexo en el registro y lograr otros avances para un colectivo históricamente invisibilizado, por lo que se opone a la extensión de derechos a las personas transexuales.
Por su parte, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que lidera este departamento desde noviembre tras la salida de Irene Montero, ha asumido como propia la Ley trans y ha asegurado que desarrollarán la “normativa reglamentaria que garantice de manera más efectiva los derechos de las personas trans y del colectivo LGTBI”. Sin embargo, la ministra ha sido muy criticada por haber nombrado como directora del Instituto de las Mujeres a Isabel García, acusada de transfobia por sus comentarios “antiderechos trans” en redes sociales, si bien Redondo ha descartado su cese.
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El Movimiento Feminista de Madrid también se posiciona a favor de abolir la prostitución al considerarlo, junto con la pornografía, como el “núcleo duro de la cultura de la violación” y confían en que el PSOE, que se declara como un partido “abiertamente abolicionista”, cumpla su programa electoral y elabore una legislación que penalice a quienes pagan “por acceder al cuerpo de las mujeres y a toda persona que se lucre de ello”.
Una manifestación segura para “todas y todes”
Por su parte, la Comisión 8M, que aglutina al movimiento feminista autónomo desde finales de los años 70, ha convocado una manifestación “diversa, inclusiva y segura para todas y todes” y recuerda que no van a renunciar a que los derechos trans formen parte de la agenda feminista. “Las feministas autónomas estamos en todas partes, en los centros de salud, en los centros educativos, en los barrios y en los pueblos, en los movimientos de base. Y somos las que hemos tomado las calles”, han defendido en su manifiesto.
Este año, la Comisión 8M también ha puesto el foco en el Pacto sobre Migración y Asilo de la Unión Europea, que fue aprobado el pasado mes de diciembre y supone un endurecimiento de los requisitos de acogida, de forma que reclaman la “regularización de las personas migrantes” en España y la derogación de la Ley de Extranjería, una norma que a su juicio “permite la explotación de cientos de miles de mujeres en trabajos invisibilizados y mal pagados”.
Pero a pesar de las divisiones, hay que destacar que el feminismo no ha dejado de crecer en España en estos últimos años y son importantes los avances conseguidos, entre los que figuran el Pacto contra la Violencia de Género, la ley del “solo sí es sí”, que ha creado un amplio paraguas de protección para las víctimas de violencia sexual, que la educación sexual esté presente en el debate público o que se contabilicen todos los feminicidios (no solo los que se producían en el ámbito de la pareja).
Un movimiento amplio y diverso
El hecho, además, de que haya manifestaciones diferentes en un mismo lugar también refleja que el feminismo es un movimiento social, amplio y diverso, con multitud de opiniones. Sin embargo, por encima de todo existe un eje que marca el consenso y es erradicar la violencia machista, los feminicidios y acabar con las desigualdades que sufren las mujeres.
Estos son algunos de los motivos por los que el movimiento feminista sale a las calles este 8M:
- Feminicidios: en 2023, un total de 58 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, según datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, lo que lo convierte en el año más trágico desde 2015, cuando se registraron 59 crímenes machistas. En lo que va de año, 5 mujeres han sido asesinadas y desde 2003, año en el que se empezaron a recopilar estos datos en España, la cifra de feminicidios asciende a 1.245.
- El trabajo de cuidados no remunerado: las mujeres dedican casi 7 horas de media al día (412 minutos) al cuidado de los hijos, el doble que tiempo que los hombres, que ocupan unas 3,7 horas, según constata una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Ellas son también quienes dedican más tiempo a las tareas del hogar: casi 3 horas de media al día, mientras que ellos destinan 2 horas. Ese mismo sondeo reflejó que el 44,1% de los hombres está de acuerdo con que “se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se les está discriminando a ellos”.
- Más desempleo y precariedad: Las mujeres siguen sufriendo más el desempleo que los hombres, tal y como refleja la Encuesta de Población Activa del cuatro trimestre de 2023, que indica que la tasa de paro femenina se sitúa en el 13,3% y la masculina baja hasta el 10,3%. La temporalidad y las jornadas parciales también afectan más a las mujeres, al igual que tienen menos posibilidades de progresar en su carrera profesional al estar condicionadas por la maternidad.
- Brecha salarial: Según datos de los deciles salariales del empleo principal medidos por la Encuesta de Población Activa (EPA) relativos a 2022, el 40,0% de las mujeres tuvo un salario inferior a 1.440 euros, frente al 20,7% de los hombres. Los salarios medios más bajos de ese año correspondieron a actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico (981 euros) y hostelería (1.389).
- La violencia machista impacta en la economía: los efectos de la violencia de género repercuten en todos los aspectos de la vida de las mujeres que la sufren, independientemente de que esa violencia sea física, psicológica o sexual, pues todas esas formas tratan igualmente de controlar, amedrentar, acosar y humillar. También tiene un impacto en la economía que es cuantificable: 4.933 millones de euros, lo que supone un 0,37% del PIB y 104 euros per cápita, tal y como refleja el estudio Impacto de la violencia de género y de la violencia sexual contra las mujeres en España: una valoración de sus costes en 2022, que presentó en febrero el Ministerio de Igualdad.
- La representación política no alcanza la paridad: A 10 de enero de 2024, el total de mujeres que se desempeñan como Jefas de Estado y/o de Gobierno asciende a tan solo 28, según datos de la ONU, por lo que la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará por otros 130 años, según estima la organización.