En un plazo de dos semanas, el Govern habrá modificado el plan de emergencia por la sequía que aprobó hace un mes. Este miércoles, durante la sesión de control en el Parlament de Cataluña, el conseller de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat, David Mascort, ha afirmado que entre la semana que viene o la siguiente se introducirán cambios para “flexibilizar” las restricciones, tal como se acordó en el Parlament unas semanas atrás.
Mascort ha asegurado que las modificaciones del plan especial de sequía “están en trámite”. “Las haremos, si no la semana que viene, la otra”, ha afirmado.
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La reducción de las medidas contra la sequía aprobadas es una de las exigencias de los agricultores y ganaderos que llevan más de un mes manifestándose. A mediados de febrero, tras una reunión entre Mascort y los representantes de los trabajadores del campo, se anunció el estudio de una rebaja de las medidas al que ya se ha puesto fecha límite. “Debemos lograr que las limitaciones no sean tan duras para el sector. Analizaremos cómo podemos modular los porcentajes que limitan el riego en un 80% a la agricultura y el uso del agua en un 50% a la ganadería”, informaba el conseller.
La reservas hídrica se sitúa por debajo del 15%
El anuncio de Mascort, en respuesta a una pregunta de la diputada del PSC-Units Sílvia Paneque en el pleno de la Cámara, llega cuando el estado de las reservas de agua en Cataluña se sitúan en el 14,51% según los datos de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), que también marcan que hace 4 años había una reserva del 92% de media. Las regiones más afectadas siguen bajo mínimos, la reserva de agua embalsada de la provincia de Barcelona se sitúa en el 8.39% y la Girona en el 19,05% de su capacidad.
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Presiones contra el plan de emergencia
Los agricultores y ganaderos no son los únicos que han pedido una rebaja en las medidas del plan para combatir la sequía que asola a la región. El sector hostelero y turístico también pedía flexibilidad, y el Parlament se hacía eco de ello. PSC y Junts también sacaban adelante una propuesta para permitir que en el sector turístico se pudiera usar el agua de mar tratada para llenar piscinas y para la operativa de las instalaciones acuáticas de recreo. Tanto en el caso de las instalaciones deportivas como en esta de las desaladoras para piscinas.