El próximo miércoles marcará un antes y un después en la vida de las familias que viven en la Cañada Real, el mayor asentamiento irregular de Europa, ubicado al sureste de Madrid. Será entonces, durante la celebración Comité Ejecutivo de la Cañada Real, cuando, previsiblemente, se firme en el acuerdo de una inversión de 330 millones de euros para financiar los realojos de los habitantes de la zona.
El lunes, el Gobierno de España, la Comunidad de Madrid, y los Ayuntamientos llegaron un acuerdo para llevar a cabo un Plan Extraordinario de realojos en la Cañada Real Galiana, a través del cual, cada administración implicada invertirá 110 millones entre 2024 y 2034. En concreto, han sido el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana de España, la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, la Delegación de Gobierno en Madrid y los ayuntamientos de Madrid y Rivas Vaciamadrid los que han pactado la cifra y se han comprometido a realizar la inversión tras una reunión con representantes de todas las partes en la Delegación del Gobierno.
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Un plan de realojo que avanza despacio
El Plan Regional por la Cañada Real Galiana, donde están representados la Administración autonómica, la Delegación de Gobierno en la región y los tres ayuntamientos por los que discurre este asentamiento (Madrid, Rivas y Coslada), pretende reubicar a las familias que viven la zona.
El último movimiento fue realizado en septiembre, cuando la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento acordaron el realojo en viviendas públicas de 180 familias en situación de vulnerabilidad, con una inversión de 52 millones de euros, financiados a partes iguales por el Gobierno regional y el Consistorio madrileño. Sin embargo, todo comenzó en 2017. Tras la firma del documento, comenzaron las actuaciones. Desde el año 2018, según datos del Gobierno regional, 408 unidades familiares en situación de grave exclusión social han sido trasladadas a nuevas viviendas.
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Más de tres años sin agua y sin luz
Desde los años setenta, a solo 14 kilómetros del centro de Madrid, la Cañada Real ha ido creciendo poco a poco. Los primeros vecinos llegaron, delimitaron la tierra y se asentaron. A pesar de la extrañeza que puede provocar hoy en día, entonces no era algo fuera de lo común. Miles de españoles se desplazaban hasta la capital cada año y acampaban donde podían. Muchos barrios de la capital nacieron así. Se edificaron casas y llegó el agua y la luz.
La Cañada nunca ha atravesado proceso del resto de asentamientos, no se ha convertido en un barrio. Sin embargo, la población creció hasta ocupar los seis sectores en los que hoy está dividido, pero las condiciones de vida, en lugar de mejorar para sus vecinos, han empeorado. Desde octubre de 2021, los 4.000 habitantes que residen en los sectores 5 y 6, entre ellos 1.800 niños, viven sin suministro eléctrico. Naturgy, la empresa distribuidora de la luz, cortó el suministro eléctrico alegando que existían numerosas conexiones ilegales para el cultivo de marihuana y desde entonces, la luz no ha vuelto al sector 6, al 5 lo ha hecho ocasionalmente.
Hace unos meses, en una entrevista con Infobae, el abogado y activista Javier Rubio, portavoz de la Plataforma Cívica Luz Ya para la Cañada Real, explicaba que tras de tres años “esa excusa no se sostiene” porque ese tema se habría resuelto procesando a los responsables. Pero, a pesar de las peticiones y las protestas, la luz no ha vuelto.