El exalcalde condenado a 38 años por la Gürtel que está terminando un curso para combatir el “narcisismo” y poder así obtener la semilibertad

Guillermo Ortega, exregidor del PP de Majadahonda, está terminando un programa de reinserción de delitos económicos, paso previo para que se le aplique el artículo 100.2 y solo vaya a dormir a un CIS

Guardar
Guillermo Ortega, ex alcalde de Majadahonda condenado por la trama Gürtel
Guillermo Ortega, ex alcalde de Majadahonda condenado por la trama Gürtel

Guillermo Ortega, exalcalde del PP de la localidad madrileña de Majadahonda, es uno de los condenados por la trama Gürtel. La Audiencia Nacional le impuso una de las penas más altas de prisión: 38 años y tres meses por amañar contratos para la red liderada por Francisco Correa y cobrar suculentas comisiones a cambio cuantificadas en 2,56 millones de euros. Ortega, encarcelado desde 2018 en Soto del Real, está a punto de obtener la semilibertad. La Junta de Tratamiento del centro ha decidido aplicarle el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, una medida “excepcional” que permite cierta flexibilidad en el régimen de vida de un recluso para disfrutar de parte de los beneficios de los reos clasificados en régimen abierto.

El objetivo es que Ortega acabe el Programa de Intervención en Delitos Económicos (PIDECO) en el que está participando para que se le aplique un grado de semilibertad y pueda entonces seguir cumpliendo su pena en un Centro de Inserción Social (CIS), concretamente el de Algeciras (Cádiz). Allí solo tendría que ir a dormir, mientras que el resto del día estará en la calle trabajando o colaborando con una ONG. Ortega ha elegido Algeciras porque tiene su familia en Málaga.

Te puede interesar: Un municipio ‘saqueado’ por la Gürtel recupera 15 años después sus primeros 500.000 euros pagados por un constructor y exmagnate de la comunicación

El programa PIDECO está dirigido a reclusos condenados por delitos económicos y los internos que quieran participar en él se puedan apuntar de manera voluntaria. De hecho, Iñaki Urdangarin ha formado parte de él. Consiste en que el recluso trabaje con un grupo de psicólogos conceptos como la autoestima y las habilidades sociales, el liderazgo, la humildad o la empatía, y aprenda a combatir características de la personalidad como el narcisismo y el egocentrismo. En su fase final, por la vía de la justicia restaurativa, se facilitan encuentros de los participantes con víctimas de delitos económicos, ya sean perjudicados directos o indirectos del hecho delictivo, con el objetivo de propiciar la petición de perdón y la búsqueda de la reparación del daño. Está previsto que Ortega acabe este curso en abril y pueda, a partir de entonces, ser trasladado al CIS de Algeciras.

Ortega, apodado “la rata” por Correa y lo suyos por ser el primero en abandonar el barco (dejó de ser alcalde en 2005 y entonces perdió el poder para seguir favoreciendo los negocios ilícitos de la Gürtel), era “un descerebrado” de los relojes de lujo, como declaró ante la Policía Nacional uno de sus concejales. Se gastó 1,2 millones en relojes y tenía en casa una máquina especial que permiten que los cronógrafos estén en funcionamiento y no se estropeen. Con las mordidas que recibía también adquirió dos motos BMW, dos motos Piaggio y una moto Gilera GP800; un coche de la marca Volvo, un BMW, un Chrysler, un Mini Cooper, dos Renault Mégane, una Citroën Jumpy; y un barco de 5,22 metros de eslora.

Pablo Crespo y Francisco Correa, cabecillas de la trama Gürtel, en uno de los juicios celebrados
Pablo Crespo y Francisco Correa, cabecillas de la trama Gürtel, en uno de los juicios celebrados

La influencia de Correa fue tal en Majadahonda que consiguió que su segunda esposa (hoy están separados) fuera nombrada por Ortega su jefa de gabinete en el Ayuntamiento de la localidad. Ella, Carmen Rodríguez Quijano, sigue actualmente en prisión. Cuando Ortega obtenga la semilibertad y duerma solo en el CIS, seguirá los pasos de otros de los principales de la trama: el empresario Paco Correa y Luis Bárcenas, el extesorero del PP. Correa ha cumplido 11 años en prisión y actualmente trabaja para un medio de comunicación, lo que le ha permitido obtener la semilibertad e ir a dormir solo al CIS de Victoria Kent de Madrid.

La Audiencia Nacional fijó para el cabecilla de la trama un máximo de estancia en prisión de 18 años. Aunque aún tiene que sentarse en el banquillo por otros juicios, las hipotéticas futuras condenas no ampliarán su plazo de condena. Con más de la mitad de la pena cumplida desde 2022, su vista está en julio de 2025, cuando habrá cumplido dos terceras partes y pueda aspirar a la libertad condicional. No extinguirá totalmente su deuda con la justicia hasta el 9 de julio de 2031. Ahora tiene 69 años.

Te puede interesar: La paciencia del hombre que echó a Rajoy del Gobierno: más de tres años esperando el indulto

En el mismo CIS Victoria Kent está Luis Barcenas, que ha pedido no compartir barracón con Correa. El ex tesorero popular lleva 13 meses saliendo de este centro todos los días laborales desde las 7.30 hasta las 23.00. Interior le fijó este horario después de que Bárcenas justificase que iba a trabajar como contable para una empresa de su hijo Guillermo, músico y líder de la banda Taburete, y que también se había registrado como voluntario en un comedor social regentado por una orden religiosa. Bárcenas no extinguirá la totalidad de la pena hasta el 19 de septiembre de 2028.

Guardar