Exactamente 1.156,5 kilos de hachís. Esta es la cantidad de droga que la Guardia Civil ha interceptado escondida en el sistema de refrigeración de un camión que transportaba fruta en ruta internacional.
Fue el pasado lunes 26 de febrero en un polígono industrial de La Muela, en Zaragoza. Ahí, la Guardia Civil había montado un punto de verificación. En acercarse a él, el conductor de un camión, un varón de unos 40 años, realizó una maniobra sospechosa con intención de evadir el control, lo que hizo reaccionar rápidamente a los agentes. El hombre fue detenido inmediatamente y, posteriormente, fue acusado como presunto autor de tráfico de drogas. Una vez identificado, se encontró que este hombre contaba con antecedentes penales relacionados con delitos contra la salud púbica y, además, le constaba una prohibición de salida del territorio nacional.
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El vehículo fue inspeccionado con la ayuda de un perro especializado en la detección de estupefacientes, que señaló un área específica del camión a la altura de la finalización del semirremolque y la cabina tractora. Por eso y debido a la gran carga de palets con productos alimentarios que se hallaban en el camión, el vehículo fue trasladado a una instalación cercana para poder extraer la mercancía y someterlo a un examen más exhaustivo.
Una vez descargados todos los palets con la ayuda de un toro mecánico, el perro volvió a señalar el mismo lugar que marcó en la primera inspección. Allí, se descubrió un compartimento oculto donde debería ubicarse el sistema de refrigeración, pero en su lugar, se hallaron 224 tabletas de hachís envueltas en bolsas herméticas, todas ellas impregnadas con algún tipo de líquido, probablemente para intentar evitar la detección olfativa de los estupefacientes por parte de los perros de búsqueda. Tras la extracción y pesaje de las tabletas de hachís, que sobrepasaban la tonelada, alcanzando casi los 1.200 kilos, se procedió a la detención del conductor con su posterior acusación por tráfico de drogas.
Entrega de productos al banco de alimentos
El camión, que cumplía una ruta internacional con productos perecederos destinados a Italia, no solo trasladaba los 1.200 kilos de droga, sino que también contaba con unas 13 toneladas de frutas y hortalizas. Frente a la gran cantidad de alimentos, concretamente seis palets de naranjas, uno de patatas, uno de cebollas, uno de limones y otro de tomates, se realizaron las gestiones oportunas para entregar toda esta comida al Banco de Alimentos, evitando así su desperdicio.
En este dispositivo han participado efectivos de Seguridad Ciudadana de la compañía de Casetas, del destacamento de Tráfico de Calatayud y del Grupo Cinológico de la Guardia Civil con un perro detector de drogas.