Se cumplen 27 días sin noticias de Ana María Knezevich Henao, la colombiana con pasaporte estadounidense desaparecida en Madrid el pasado 2 de febrero. La Policía Nacional y el FBI avanzan en la investigación, que se encuentra bajo secreto de sumario en un juzgado de Madrid tras los “indicios de criminalidad” recabados por los agentes, según indican a Infobae España fuentes próximas al caso. La familia de Ana María sostiene que los problemas en el divorcio con su marido están detrás de una desaparición que, aseguran, no fue voluntaria.
El Grupo de Desaparecidos de la Jefatura de Policía de Madrid y el FBI estadounidense han intensificado en los últimos días sus esfuerzos en la búsqueda de Ana María Znezevich, dueña de una exitosa empresa en Miami, tras constatar varios indicios que apuntan a que su desaparición es de alto riesgo. De hecho, los agentes norteamericanos han viajado esta semana a Europa para continuar con las diligencias. Y es que la reconstrucción de sus últimas horas en Madrid antes de desaparecer hacen pensar a los investigadores que terceras personas pueden estar involucradas en el caso.
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Ana María había iniciado en enero de 2023 los trámites de divorcio con su marido, de origen serbio, con quien regentaba la sociedad EOX Technology Solutions, que da soporte informático a empresas del sur del estado de Florida. A raíz de sus problemas matrimoniales, el pasado mes de diciembre decidió instalarse en Madrid, donde contaba con amistades y tenía previsto emprender un nuevo negocio. Estaba afincada en un piso del exclusivo barrio Salamanca, concretamente en la calle de Francisco Silvela, donde vivía sola.
El pasado 2 de febrero, viernes, había visitado otro piso para mudarse porque se le vencía el contrato en fechas próximas, pero no fue de su agrado. Tras la visita al piso, sobre las 20:00 horas, Ana María estuvo hablando por teléfono con una amiga durante más de una hora. Le dijo que estaba en casa y que no tenía pensado salir. Esa es la última noticia de la empresaria antes de su desaparición. Horas después, sobre las 23:00 horas, otra amiga trató de ponerse en contacto con ella, pero no lo consiguió. Cuando los bomberos accedieron a la vivienda, no encontraron nada sospechoso.
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Pintura negra en las cámaras de seguridad del edificio
Esa mismo viernes, según los testimonios de los vecinos y la portera del edificio de la calle Francisco Silvela, las cámaras de seguridad de la finca habían sido pintadas con un spray negro. El autor, aseguran, fue un hombre ataviado con un casco de moto negro. Sin embargo, las fuentes consultadas por Infobae España explican que el incidente podría estar relacionado con un intento de robo en el edificio, aunque la portera de la finca subrayó que no había ocurrido “en los más de ocho años” que lleva trabajando allí.
Al día siguiente, desde el móvil de Ana María se enviaron dos mensajes “inquietantes” a dos de sus amigas en los que contaba que había conocido a una persona y que en ese momento estaban iniciando un viaje a una casa de verano situada a dos horas de Madrid, donde no tendrían cobertura. Los mensajes fueron enviados con tres horas de diferencia, uno de ellos en castellano y el otro en inglés.