España no da opción a Francia y también conquista la primera Nations League femenina de la historia

Tras el título del combinado masculino en 2023, las campeonas del mundo igualan el hito en una final durante la que hicieron gala de la solidez que les ha caracterizado a lo largo de toda la competición (2-0)

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España, campeona de la Nations
España, campeona de la Nations League femenina (REUTERS/Jon Nazca)

La flecha hacia arriba de esta España no tiene fin. No contentas con ser campeonas del mundo, las chicas de Montse Tomé sellaron la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024, los primeros para nuestra selección. Si la apuesta no era ya lo suficientemente meritoria, la subieron un escalón más este miércoles, cuando se hicieron con la primera Nations League femenina de la historia en Sevilla. Igualando, de paso, el hito que los chicos ya consumaron el pasado verano (2-0).

La Roja se ha paseado por la competición continental en su estreno. Con tan sólo una derrota en el bagaje, el favoritismo en este duelo por el título, y más jugando en casa, era abrumador. Las jugadoras viven instaladas en una solidez desconocida hasta el pasado verano, cuando su tarro de las esencias se destapó de forma irremediable. Desde entonces, nadie ha logrado ponerle el cascabel a este grupo. La mejor generación de futbolistas españolas no se cansa de ganar y de convencer, haciendo cada vez mayor afición y trascendiendo a niveles que van más allá de lo deportivo.

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La moral está por las nubes unos meses antes de jugarse la medalla olímpica, a la que no cabe duda de que ellas optarán con creces. El choque ante la futura anfitriona gala no fue una excepción, sino la tónica que se ha visto a lo largo de toda esta Liga de Naciones: una España contundente y convincente, que se crece ante rivales que antes se hacían bola para triturarlos como nunca.

Aitana Bonmatí, MVP de la
Aitana Bonmatí, MVP de la Nations League (REUTERS/Jon Nazca)

“Este equipo no tiene techo”, proclamaba Aitana Bonmatí en La Cartuja nada más sumar un nuevo entorchado al ya de por sí grandioso palmarés que atesora. La última ganadora del Balón de Oro impartió su enésima clase magistral sobre el césped hispalense, con otro MVP como conclusión inevitable. Cuando ella inauguró el marcador en la primera mitad, tras una asistencia de Olga Carmona de esas que ninguna jugona que se precie deja sin convertir en gol, el camino hacia el triunfo se vio más cercano.

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Dominio y contención

La gran líder del equipo nacional fue clave para conseguir otra pica en Flandes de las nuestras: derrotar, puesto que nunca antes se había logrado, a las francesas. Con 10 derrotas y tres empates en 13 partidos frente a las bleus, la maldición era real, pero por fin se ha terminado con ella. El dominio le perteneció a España. Lo que sucede es que le costó trasladarlo al electrónico en la primera parte. De ahí que Aitana hablase de “algunas imprecisiones”, ya con la copa debajo del brazo.

Encerradas en su área, las galas lo fiaban prácticamente todo a la defensa, a sabiendas de que las locales iban a ir sobradas de ímpetu. El que les permitió adelantarse, pero también no relajarse ni un ápice ya superado el descanso, puesto que Francia, dispuesta a pelear el resultado, abandonó los vestuarios con mentalidad de tiburón. Le sirvió para igualar las fuerzas, pero no el 1-0, que a posteriori acabaría incrementándose.

Elisa De Almeida y Mariona
Elisa De Almeida y Mariona Caldentey (REUTERS/Marcelo Del Pozo)

La jugada del 2-0 partió, cómo no, de Aitana. Ella encontró en la posición precisa a Ona Batlle para que esta hiciera lo propio con Mariona Caldentey, que remató con cero dudas para dejar a España al borde de la gloria. Quedaba más de media hora para el pitido final, y la misión estaba clara: o bien hacer más sangre o bien que todo se quedase como estaba, sin que Francia se enganchase al encuentro. Sucedió lo segundo, pero lo primero no resultó descabellado: Salma Paralluelo, desbocada durante la totalidad de esta Final Four, se quedó a punto de protagonizar el 3-0.

Que la ocasión más peligrosa de Francia (tampoco tuvo muchas) llegase cuando se acercaban los diez minutos decisivos hizo evidente que el trabajo de España había sido prácticamente impecable, tanto en lo ofensivo como en lo defensivo. El alirón era un hecho y las causantes de la gesta verbalizan sin tapujos, en este caso Mariona, que su éxito sigue sin ser flor de un día: “Hemos llegado aquí para quedarnos. Vamos a seguir luchando para conseguir más títulos”. El próximo en el disparadero, por romper aún más barreras, será el olímpico.

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