El fin de las guardias sanitarias de 24 horas y su efecto rebote en los pacientes: “Hay más riesgo de cometer errores”

El Ministerio de Sanidad diseñará un plan durante la legislatura para acabar con estas guardias, malas para la salud de los sanitarios y peligrosas para los pacientes

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El fin de las guardias sanitarias de 24 horas y su efecto rebote en los pacientes: “Hay más riesgo de cometer errores”.

Acabar con las guardias de 24 horas se ha convertido en la última promesa de la ministra de Sanidad, Mónica García. Los turnos de trabajo que ocupan un día entero es una realidad para muchos sanitarios, que o bien trabajan en guardias de 16 horas tras acabar su jornada laboral habitual, o bien hacen una guardia de mañana, tarde y noche durante un día del fin de semana. Jornadas extenuantes que la evidencia científica ha revelado como ventanas en las que aumenta el riesgo a cometer errores durante el cuidado de pacientes.

La propuesta de reformar el estatuto marco para que estas guardias tan largas vean su final fue anunciada por la ministra García en declaraciones a los medios y aprovechó para tildar esta forma de trabajar como un “anacronismo” al que esperaban “darle solución a lo largo de la legislatura”.

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Álvaro Cerame, psiquiatra y presidente de la European Junior Doctors Association, es una de las principales voces que abogan por erradicar del ámbito laboral estas guardias: “Trabajar sin descanso genera una merma en las capacidades cognitivas de la persona y ha llevado a que en otros sectores se regulen tanto los descansos como las jornadas. Sabemos que trabajar esa cantidad de horas puede generar escenarios donde se den estándares subóptimos de atención al paciente, porque no es lo mismo ver a los pacientes las primeras ocho horas que verles sin descanso”, explica durante una conversación a Infobae.

Sobre las guardias del personal médico o de enfermería descansan muchos vacíos laborales. El estudio Horas de guardia del médico residente, tiempos de descanso y cumplimiento de la Directiva Europea de Tiempo de Trabajo en España: un estudio transversal publicado en la revista Human Resources for Health concluía que el 13% de los residentes encuestados al día siguiente de una guardia de 24 no descansaba, por lo que su jornada podía alcanzar las 32 horas seguidas de trabajo.

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“Se incumplen de manera sistemática los topes de jornada y también la cuestión de los descansos”, sostiene Cerame, que participó en esta investigación. “Existe un aumento de la probabilidad de que se cometan errores si no hay descanso. Esto lleva a que más del 80% de los médicos residentes en España trabajan por encima del límite establecido en la legislación europea”, apunta.

La salud mental de los sanitarios

Pero a la pérdida de la calidad del servicio sanitario hay que sumarle el desgaste emocional y mental que sufren los profesionales. Trabajar un día entero, descansar el día siguiente para luego hacer un turno de ocho horas y que la jornada posterior toque una nueva guardia. ¿Cómo se garantiza así una buena salud mental?

“Los turnos largos, la nocturnidad y la ausencia de descansos predispone al desarrollo de todo tipo de problemas, tanto físicos como mentales. Según pasan los años como médicos residentes, nadie duerme más de ocho horas de manera general e incluso hay gente que duerme por debajo de las seis de manera habitual y empiezan a puntuar alto en indicadores de riesgo de salud mental. Los sanitarios dejan de hacer actividad física y se convierte en una pendiente resbaladiza”, explica Cerame desde la preocupación por el estado de salud de los sanitarios en España.

Sanitarios con mascarilla en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón con mascarilla, a 11 de enero de 2024, en Madrid (España).
Sanitarios con mascarilla en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón con mascarilla, a 11 de enero de 2024, en Madrid (España).

Un estudio de la Fundació Galatea con el Consejo General de Colegios de Médicos titulado Estudio longitudinal sobre la salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los MIR de Cataluña comparaba la salud mental de un médico antes y después de finalizar su formación MIR. Los indicadores iniciales mostraban estados de salud mental similares al del resto de la población y, según avanzan los años, se constata un empeoramiento sustancial de la calidad del sueño o de las rutinas y estabilidad.

Las conclusiones lanzaban que al finalizar el cuarto año “un 10% de los residentes”, tanto hombres como mujeres calificaban su salud como “regular o mala”, estado que se constataba mediante el “incremento de enfermedades crónicas reportadas, especialmente de trastornos afectivos y de ansiedad y un mayor riesgo de mala salud mental”.

Pero la complicación añadida surge cuando entra en juego la nómina. Para muchos sanitarios, las guardias suponen el sustento económico fundamental de sus nóminas y elevan sus ganancias respecto al salario base. Elimiarlas o reducirlas debe ir acompañado de medidas que no impacten negativamente en sus salarios. “Se ha generado un sistema donde la gente está obligada a hacer guardias, porque si no, en muchos lugares no se puede alcanzar el gasto óptimo según el nivel de vida. Es un sistema de retroalimentación y de dependencia, donde los médicos necesitan hacer guardias para llegar a una serie de salarios. Para vivir en una ciudad como Madrid o Barcelona, un residente está obligado a hacer al menos cuatro o cinco guardias al mes”, zanja el presidente de la European Junior Doctors Association.

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