Los tiempos en los que España optaba a ser el país con más tenistas en el Top 100 de la ATP, mirando de tú a tú a Estados Unidos y Francia en esa pugna, han pasado a mejor vida. Al menos, en estos precisos momentos, cuando nuestro deporte de la raqueta parece fiarlo todo, en el circuito masculino, a Carlos Alcaraz. El ganador de dos Grand Slams es la principal baza española en los principales torneos, sin que ninguno de sus acompañantes en la parte más selecta del ranking dé un golpe sobre la mesa lo suficientemente ilusionante como para descartar que las vacas flacas son una realidad.
En lo que va de 2024, el número dos del mundo ha hecho cuartos de final en el Abierto de Australia y semifinales en Buenos Aires, retirándose en primera ronda de Río por un esguince lateral de grado II en el tobillo derecho. Hay que bajar hasta el puesto 24 de la tabla para encontrarnos al siguiente español, Alejandro Davidovich. El malagueño, principal alternativa a Carlitos, se quedó en la fase de grupos de la United Cup y llegó hasta segunda ronda de Australia, cuartos de final de Marsella y primera ronda tanto en Róterdam como en Doha.
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Si bajamos a la posición 66, tenemos a Roberto Carballés. El tinerfeño ha conseguido últimamente unos cuartos de final en Auckland, una primera ronda en Australia, una segunda ronda en Córdoba y una primera tanto en Buenos Aires como en Río. El número 70 es Jaume Munar. Sin pasar de la previa ni en Hong Kong ni en Auckland, el balear cayó en segunda ronda de Australia, en primera de Montpellier, en cuartos de final de Córdoba, de nuevo en la qualy en Buenos Aires y en segunda ronda de Río.
El último representante nacional entre los 100 jugadores de referencia es un Roberto Bautista que, no lo olvidemos, llegó a ser número nueve en 2019. El castellonense es el 98 de la clasificación, con unos cuartos en Hong Kong, una primera ronda en Auckland y en Australia, una segunda ronda en Marsella, la previa en Róterdam y una primera ronda en Doha como resultados más inmediatos. Queda claro que el panorama no es especialmente alentador.
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Una situación inédita desde 1989
Hay que remontarse hasta agosto de 1989, hace casi 35 años, para encontrar unas circunstancias tan paupérrimas a nivel tenístico español en la ATP. Por aquel entonces, contábamos con idéntico número de integrantes, cinco, en el Top 100: Emilio Sánchez-Vicario (15), Sergi Bruguera (27), Jordi Arrese (39), Javier Sánchez-Vicario (48) y Tomás Carbonell (88). Nombres muy notables (medallas olímpicas y un Roland Garros de por medio), aunque el nivel ganó enteros años después: Moyá, Ferrero, Nadal, Ferrer, Verdasco, etc.
Hay dos exponentes de la presente Armada que han caído de forma descomunal en el ranking por las lesiones. El primero de ellos es un Rafa Nadal que apenas pudo jugar tres choques en Brisbane antes de volver a ausentarse de las pistas, ocupando el número 654. Aún más abajo se encuentra Pablo Carreño, el 1.032 al no poder competir desde octubre de 2023.
Entre medias de los cinco supervivientes en el Top 100 y estas dos ausencias notables, Pedro Martínez (101), Albert Ramos (104) y Bernabé Zapata (143) tendrán sus opciones de escalar puestos. Además, hay raquetas prometedoras como Pablo Llamas (151), Dani Rincón (208), Martín Landaluce (399) y Dani Mérida (401), en las que se confía de cara a que las prestaciones de los españoles mejoren próximamente.