La etapa de Luka Modric en el Real Madrid parece cada vez más cerca de su final. A los 38 años, el centrocampista croata ha tenido que acostumbrarse a estar más en el banco que en el terreno de juego, por mucho que esa situación le disguste. Y, sin embargo, quien tuvo retuvo. A uno de los emblemas recientes del conjunto merengue aún le queda algo de magia en sus botas. Volvió a demostrarlo este domingo, cuando los blancos tuvieron que agarrarse a un golazo suyo desde fuera del área para superar la férrea defensa del Sevilla. Los de Nervión aguantaron estoicamente el 0-0 durante 81 minutos. Fue tras un despeje hispalense, qué ironía para los de Quique Sánchez Flores, cuando el líder de LaLiga se encontró el tanto con el que amarró la victoria (1-0).
blockquote class="twitter-tweet" data-media-max-width="560">LUKA MODRIC ES ETERNO ✨ A sus 38 años, decidiendo un partido clave en la carrera por @LaLiga 💥
— DAZN España (@DAZN_ES) February 25, 2024
El gol que decidió el Real Madrid - Sevilla #LALIGAenDAZN ⚽ pic.twitter.com/yIrKPMIl5o
Modric acababa de entrar al campo, puesto que lo había hecho en el 75. Apenas le costó seis minutos perforar la meta, con suspense por posible fuera de juego de Rüdiger. Finalmente, se confirmó que el balcánico había superado a un Nyland que se había propuesto ser tan rocoso atrás como el resto de sus compañeros. Ya en la segunda mitad, el guardameta del Sevilla evitó todos y cada uno de los intentos más portentosos del Madrid por meter la bola en sus redes. Vinicius y Rodrygo, hiperactivos en busca de la diana, no tuvieron más remedio que claudicar ante el noruego, que mutó en Thor para amargar la noche a la dupla. El martillo se le iría al traste, a pesar de todo.
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El Madrid, de tanto buscarlo, acabó encontrando el premio. Tras el descanso, el ritmo fue otro totalmente distinto. Ya justo antes de pasar por los vestuarios, los locales amenazaron con cambiar el choque. No lo consiguieron, pero Valverde inquietó lo suyo al contrario. Primero, con un disparo lejano. Después, una vez que la segunda parte estaba en juego, mandando la pelota al poste. Ambas intentonas quedaron en nada. Pero ahí estaban los avisos. Que sólo fueron a más a medida que se acercó el final.
El suspense que reinó hasta la hora de la verdad pudo haber resultado inexistente. Así habría sido si Lucas Vázquez, a los diez del arranque, no se hubiese quedado sin tanto que subir al marcador. Pero este apareció y desapareció en visto y no visto: una falta previa de Nacho a En-Nesyri llevó a la revisión en el VAR y a la anulación. Lo cual caldeó el ambiente lo suyo en el Bernabéu, en uno y otro bando. La polémica tan sólo contribuía a calentar más la de la previa, cuando el Sevilla decidió denunciar ante Competición el nuevo vídeo de Real Madrid TV censurando la labor arbitral.
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Cambio de colegiado
A pesar de que el Madrid tenía más la pelota, no estaba lo suficientemente fino en los últimos metros. La más clara del Sevilla había sido antes de que todo se embarullase, precisamente por mediación de En-Nesyri. Más allá de eso, se centró en la contención, y le fue realmente bien. Al que le tocaba mover ficha era al Madrid, que controlaba el juego pero no definía. Los regates de Vinicius y Rodrygo se perdían por el camino: la intención estaba, aunque sin efectividad.
Ya tras la pausa, Isaac Romero pudo meter el miedo en el cuerpo al Madrid, pero Lunin dejó una intervención estelar para evitarlo. Y, cuando más verticalidad mostraban los de Carlo Ancelotti, llegó la imagen anecdótica del encuentro: ¡el árbitro pedía el cambio! A Díaz de Mera no le quedó otro remedio que hacerlo, ya que se dolía del gemelo. Así pues, el cuarto colegiado, Fernández Buergo, le daba el relevo, tras un parón que podía haber pasado factura. Pero no lo hizo.
Cuando más empezaba a apretar el reloj, Modric salió al rescate. Entonces, las actuaciones salvadoras de Quique Salas y Sergio Ramos cayeron en el olvido. Los tres puntos se los quedaba un Madrid que respira tranquilo en la primera plaza, tras obligarle el Barça a no fallar. No lo hizo, aunque costase lo suyo. De nuevo, se puede decir que los viejos rockeros nunca mueren.