España recicla menos que sus vecinos europeos. Un informe elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) revela que, a pesar de los avances de los últimos años, solo se recupera un 48 % del total de los residuos generados. La cifra queda por debajo de la media de la Unión Europea (UE), situada en el 58 %.
Los datos recabados entre los años 2000 y 2021 muestran que España ha pasado de generar una cantidad de residuos urbanos por encima de la media europea (653 kg por habitante) a quedar un 10 % por debajo. En 21 años, se ha conseguido reducir la basura de las ciudades en un 32,5 %, hasta los 472 kg por habitante. Sin embargo, “aún queda bastante camino por recorrer en el desarrollo de la economía circular”, explica el texto.
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Las reducidas tasas de reciclaje españolas dan como resultado una modesta tasa de uso circular de materiales, que incluso ha empeorado con el tiempo. Si en el 2010, la tasa era del 10,4 %, en 2022 esa cifra cayó al 7,1 %.
Menos residuos, pero peor tratamiento
El estudio de BBVA e Ivie aplaude el esfuerzo realizado por España en la reducción de residuos generados. La buena evolución se debe especialmente a la reducción de los residuos químicos (-68%), de madera (-69%), textiles (-50%) y plásticos (-50%). También sorprende la bajada en los residuos urbanos, que suponen un 20 % del total generado. “España es, entre los países de mayor tamaño económico (en términos de PIB) de la UE, el que más ha reducido los kilos de residuos por habitante desde principios de siglo, un 32,5 %”, explica el texto.
No obstante, los residuos electrónicos no presentan tan buenos resultados: se han duplicado en cantidad entre 2009 y 2018. También han crecido un 12 % los envases y embalajes. Este fenómeno se explica por la digitalización y generalización del comercio en línea, una tendencia que también siguen otros países dentro de la Unión Europea.
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Los resultados negativos comienzan con el tratamiento que se le da a todos estos residuos. España se sitúa entre los últimos puestos en cuanto a tasa de reciclaje de recursos urbanos, de los que solo se recupera un 36,7 %. No obstante, en el último siglo las tasas de reciclaje españolas han aumentado considerablemente, especialmente en el caso de los residuos urbanos (99%) y determinados residuos como envases y embalajes (76%) o residuos electrónicos (8% desde 2010).
La debilidad en el reciclaje desencadena que la tasa de uso circular de materiales (relación entre el uso circular de materiales y el uso general) también caiga por debajo de la media europea. Se queda además muy alejada de la de países como Holanda (27,5 %), Francia (19,3 %), Italia (18,7 %) o Alemania (13 %). La evolución de este indicador es “preocupante”, advierten los expertos, pues se ha empeorado con el paso del tiempo, a diferencia de otras economías. “Se están desaprovechando recursos en un contexto en el que las materias primas son cada vez más escasas y caras”, alertan.
Falta innovación y desarrollo de nuevas tecnologías
En España, las actividades relacionadas con el reciclaje y la recuperación de materiales suponen un 1,9% del PIB, un porcentaje inferior a la media europea (2,1%), aunque por encima del peso que representan en países como Francia o Países Bajos. En términos de empleo, su peso es algo más alto en España (2,3%), frente a la media de 2,1% de la UE. Unos datos que el estudio achaca a que estos sectores son menos avanzados tecnológicamente, lo que explica la mayor necesidad de mano de obra.
En ese sentido, España figura entre los últimos puestos en innovación, con alrededor de 0,4 patentes relacionadas con la economía circular registradas por cada mil habitantes de media en la última década. Los resultados comunitarios tampoco son mejores y quedan por debajo de una patente por cada mil habitantes. En 2022 España se sitúa un 4% por debajo de la media europea en el índice de ecoinnovación (índice sintético que mide la situación de los países europeos según diferentes dimensiones relacionadas con la ecoinnvoación) y esa diferencia es aún mayor respecto a países como Alemania (22%) o Francia (13%).
“A pesar de los avances realizados en los últimos años, a España aún le queda bastante camino por recorrer en el desarrollo de la economía circular”, insiste el estudio. Entre sus recomendaciones para aprovechar el potencial de este modelo están el aumento en las inversiones de I+D+i y la generación de patentes en este ámbito.